Derechos Humanos
Las mujeres reclaman su lugar en la paz y reconciliación de Birmania
Noel Caballero y Ana Lázaro
Bangkok, 3 feb (EFE).- Con sólo una fémina en el Ejecutivo y una decena entre 440 parlamentarios, organizaciones de defensa de los derechos humanos reclaman un lugar para las mujeres en el proceso de paz y reconciliación en la Birmania democrática.
Por tradición, Birmania ha privilegiado la educación de las mujeres y respetado sus derechos, pero la historia cambió completamente con la llegada de la junta militar, en 1962, que rigió el país con puño de hierro durante casi medio siglo.
La situación continuó durante la breve transición y no ha evolucionado en gran medida desde la llegada al poder de la Liga Nacional para la Democracia (LND), en marzo de 2015, pese a estar liderada una mujer, la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, considerada la primera gobernante democrática de la historia del país.
"La agenda (del Gobierno) para los derechos de las mujeres ha sido olvidada; por ejemplo la participación en política o en los niveles de toma de decisiones es muy débil o en los últimos meses se ha registrado un recrudecimiento de la violencia contra mujeres, especialmente en regiones de conflicto y contra las pertenecientes a grupos minoritarios", resalta a Efe la activista Wai Wai Nu.
La fundadora de la Red de Mujeres por la Paz de Arakan incide en la "preocupante" situación y apunta al crecimiento de grupos extremistas budistas, como la secta Ma Ba Tha (Asociación para la Protección de la Raza y la Religión) y la "impunidad" ante los abusos del Ejército, entre los principales responsables.
Con leyes que restringen los matrimonios interreligiosos, prohíben el aborto y prostitución o cuentan con una controvertida definición de la violación, "existen muchos problemas en términos sociales para la mujer, que puede ser enviada a prisión aún en ausencia de preceptos legales", dice.
Wai, quien pasó siete años en prisión durante los últimos años de la junta militar a raíz de las actividades de oposición política de su progenitor, trabaja en programas que promueven la capacitación de las mujeres como líderes políticas, comunales o sociales y lucha por derribar las "barreras" impuestas al género.
"Es muy importante que las birmanas, especialmente aquellas de zonas remotas desplazadas por los conflictos (bélicos), quienes han sido sistemáticamente discriminadas, se unan para tener una posición fuerte ante la violencia contra mujeres, con principal énfasis ante la violencia organizada por el Estado", destaca Debbie Stothard, fundadora de la organización Altsean-Burma, en entrevista con Efe.
Durante unos meses, algunas de las activistas birmanas de la Red formada por Wai Wai Nu acuden a Bangkok, donde, en la sede de Altsean-Burma, reciben cursos de derechos humanos y derecho internacional de las mujeres, entre otras materias.
"No enseñamos a estudiantes, estamos formando a las líderes del futuro, a nuestras futuras jefas (...) Algunas de estas mujeres son refugiadas o desplazadas internas, se les ha impedido ir a la escuela o universidad y han superado todo esto para representar a sus organizaciones y comunidades (...) ante la comunidad internacional o Naciones Unidas", declara Stothard, que desde el proyecto inaugural en 1997 estima que han formado alrededor de 200 futuras líderes.
Sin embargo, la presencia de mujeres todavía se ve delegada a puestos de observador durante las actuales conversaciones de paz entre el Gobierno central y una decena de minorías étnicas con el objetivo de sellar acuerdos duraderos tras décadas de conflicto armado, cuya próxima ronda está prevista para finales de febrero.
"Existe un claro sentimiento de decepción con el Gobierno de la LND porque no ha contribuido a que (la actuación de) las mujeres sean más destacada, ni se ha comprometido con la protección de los derechos de la mujer", comenta Stothard respecto a la Administración liderada de facto por Suu Kyi.
"Aunque es muy complicado afirmarlo, no he visto ninguna mejora en términos de derechos de la mujer" durante el presente mandato y habrá que esperar "un largo plazo" para hablar de igualdad, sentencia Wai.
yoselin
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