Derechos Humanos

La suspensión de la labor de Cruz Roja afectará a toda la población afgana

2017-02-09

Entre los servicios en suspenso, la fuente mencionó las visitas a centros de detenidos para...

 

Kabul, 9 feb (EFE).- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió hoy de que la suspensión temporal de sus operaciones en Afganistán, decidida tras el asesinato ayer de seis de sus trabajadores y la desaparición de otros dos en el norte del país, afectará "indirectamente a la totalidad de la población" afgana.

"Desafortunadamente la suspensión de las actividades de CICR afectará indirectamente a toda la población del país y tendrá un impacto negativo en la nación", dijo a Efe el portavoz de CICR en Kabul, Ahmad Ramin Ayaz.

Ayaz precisó que "toda la ayuda humanitaria ha quedado detenida" en el país asiático.

La decisión de CICR llega después de que el pasado enero Naciones Unidas alertase en un informe de que casi un tercio de la población afgana, unos 9,3 millones de personas, necesitará asistencia humanitaria en 2017.

Entre los servicios en suspenso, la fuente mencionó las visitas a centros de detenidos para chequear su estado de salud y sus condiciones, la asistencia médica básica a afectados por el conflicto, los trabajos para mejorar el acceso al agua, la reagrupación familiar y el traslado de heridos y cadáveres desde los frentes.

"Incluso si en algunas áreas hay una gran necesidad, no podremos proporcionar ayuda ahora (...) ya que todos los viajes sobre el terreno han quedado en suspenso", dijo Ayaz.

El CICR anunció ayer la suspensión temporal de sus operaciones en Afganistán tras el asesinato de seis de sus miembros y la desaparición de otros dos en un ataque contra uno de sus convoyes en la provincia norteña de Jawzjan.

Según informó la policía provincial, el grupo de trabajadores de la ONG fue interceptado mientras llevaba pienso para animales en una zona controlada por insurgentes y delincuentes en la que solo se adentra esta organización humanitaria.

La de ayer fue la peor tragedia sufrida por esa organización en Afganistán en los últimos 20 años y se produjo casi un mes después de la liberación de uno de sus cooperantes, secuestrado el pasado diciembre en la también norteña provincia de Kunduz.

El jefe del Gobierno de Afganistán, Abdulá Abdulá, condenó hoy el ataque, que calificó como un "acto criminal y brutal", y pidió a las fuerzas de seguridad que investiguen "a fondo" el suceso y tomen medidas contra sus autores. 



yoselin
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