Poker de Ases

Hacienda: que siempre sí

2017-02-20

De acuerdo con los expertos en el tema están dadas todas las condiciones para reducir los...

Carlos Fernández-Vega, La Jornada

Pues nada, que, trepada en su macho, la Secretaría Hacienda se negó a reconsiderar su maléfico programa y siempre sí "ajustará" diariamente los precios de las gasolinas y el diésel, en un "mercado abierto" que enloquecerá por tal disposición. Pero para demostrar que es dadivosa y dar la imagen de que también es "muy sensible" al reclamo ciudadano, la dependencia del Ejecutivo también decidió "disminuir"… dos centavos a tales precios.

De acuerdo con los expertos en el tema están dadas todas las condiciones para reducir los precios de los combustibles en una proporción muchísimo mayor a la anunciada ayer por Hacienda, pero a ésta le importó un comino y con el criterio de que aquí sólo sus chicharrones truenan echó a caminar el esquema de precios distintos cada 24 horas. Ello, con todo y que en Estados Unidos el precio promedio de la gasolina se mantiene alrededor de 30 por ciento por debajo del imperante en México. Pero todavía los cínicos voceros oficiales y oficiosos aseguran que “no habrá gasolinazo”.

La dependencia a cargo de José Antonio Meade lo informó así: “conforme al calendario que fue anunciado por la Secretaría de Hacienda el 27 de diciembre pasado, los precios máximos de los combustibles se determinarán de manera diaria a partir del 18 de febrero. El precio máximo aplicable para cada una de las regiones del país (90 en total, en las que imperan mil 453 precios distintos) será publicado la tarde previa en la página electrónica de la Comisión Reguladora de Energía.

“Los precios máximos reflejarán el movimiento en los precios diarios de las referencias internacionales. En todo momento, el gobierno federal buscará mitigar las fluctuaciones excesivas (¿como la del primero de enero?). Los márgenes de comercialización de las estaciones de servicio no tendrán modificaciones.

“Los precios máximos al público de las gasolinas y el diésel vigentes el 18 de febrero disminuirán dos centavos por litro, con lo que el precio promedio (ojo: promedio) de la gasolina Magna será de 15.97 pesos por litro, el de la gasolina Premium de 17.77 y el del diésel de 17.03. Los precios máximos para los días sábados también estarán vigentes el siguiente domingo y lunes, por lo que la siguiente actualización se hará para los precios del martes 21 de febrero.

"Las medidas de austeridad y el uso de los ingresos excedentes de gobierno federal que pudieran generarse por el mayor tipo de cambio y precio del petróleo respecto de lo presupuestado para 2017 es lo que permite tener movimientos más graduales de los precios máximos de los combustibles de una manera fiscalmente responsable."

Así lo comunicó, y dada la enorme creatividad de los genios tecnócratas nada raro sería que en breve la Secretaría de Hacienda anuncie que los precios de los combustibles se modificarán cada minuto y en un futuro no lejano cada segundo. En vía de mientras, el gobierno regala dos centavos para que los consumidores se soben, en espera del mandarriazo que viene.

Ayer al mediodía la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) pronosticaba que "todo hace indicar que (los precios) permanecerán sin cambios respecto de los niveles observados en el periodo del 4 al 17 de febrero de 2017, en la Magna, Premium y diésel, de acuerdo con los factores que integran la estructura de precios de cada combustible y que tienen variantes marginales y de bajo impacto".

Sin embargo, en su análisis la Amegas no consideró la generosidad de la Secretaría de Hacienda, con sus dos centavotes de "reducción", que igual procedió así para tomar vuelo. Entonces, hay que esperar a lo que suceda el próximo martes e intentar adaptarse al enloquecido mercado de los combustibles y al ritmo impuesto por la citada dependencia del Ejecutivo.

Pero bueno, la citada asociación detalló que los factores que establece la ley para fijar los precios máximos al público no registraron variación alguna (entre ellos el ajuste por calidad, margen comercial, logística, costos de distribución, cuotas del impuesto especial sobre producción y servicios, tipo de cambio y costo de la "molécula"), de tal suerte que ni lejanamente se justificaba un aumento, por mínimo que fuera.

Así, advertía la Amegas, la cotización y precio del petróleo Brent se ha mantenido y tiene relación directa con el precio de referencia de las gasolinas y el diésel. Variables marginales, de bajo impacto, que no justifican aumento a los precios máximos al público en México.

Y en cuanto los movimientos de precios la Amegas explica que "a partir del 18 de febrero los máximos al público tendrán una vigencia de 24 horas y se sujetarán a las siguientes modalidades: tratándose de los días martes, miércoles, jueves y viernes, serán aplicables por un periodo de 24 horas, que se iniciará a las 4 horas del día de que se trate hasta las 3:59.59 horas del día siguiente; tratándose de los días sábado, domingo y lunes consecutivos, será aplicable el precio máximo que se dé a conocer para el sábado, cuya vigencia se iniciará a partir de las 4 horas de ese día y concluirá a las 3:59.59 del martes siguiente. Se continuarán aplicando los precios máximos al público que se hayan dado a conocer por última vez hasta en tanto se haga la publicación de los nuevos precios".

Ahora la pelota está en la cancha ciudadana, que deberá decidir si acepta la imposición del gobierno peñanietista o mantiene la protesta, y no sólo por el compromiso incumplido de Peña Nieto ("gracias a la reforma energética" ya no habrá gasolinazos ni tarifazos eléctricos) y el brutal aumento de enero pasado, sino por los 35 años al hilo de aumentos tras aumentos (en todas las áreas, en todos los renglones), siempre con la promesa oficial de que se aplican "por el bien de los mexicanos".

¿Será que el mercado negro de combustibles registrará mayor jauja tras la imposición de Hacienda?

Las rebanadas del pastel

Una raya más al tigre: el 21 de enero de 2013 el inquilino de Los Pinos la presentó como la "gran solución" para uno de los más lacerantes problemas sociales del país, pero cuatro años después la denominada Cruzada Nacional contra el Hambre opera prácticamente en medio del caos (La Jornada, Alonso Urrutia), de acuerdo con información divulgada por la Auditoría Superior de la Federación. Y de los 7.4 millones de mexicanos hambrientos que –en el discurso oficial– se atenderían, en los hechos sólo la mitad la libró, y no plenamente, sin que el gobierno precise "las causas por las que no atendió al total de la población en pobreza alimentaria". Lo mejor del caso es que el citado se presumió como el "programa estrella" de la política social.



yoselin

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