Del Dicho al Hecho

Del poder y la enfermedad

2017-02-20

El senador demócrata por el estado de Minnesota, Al Franken, afirmó que

Luis Martínez Fernández del Campo, La Jornada

En la antigüedad Calicles elaboró una teoría en el sentido que el poder pertenecía a los más fuertes. Que traducido al tiempo presente, la respuesta consiste en el impacto fatal del rico y el fuerte sobre el pobre y el débil. En esto se basa la arrogancia con que nos maltrata el presidente Donald Trump. Hoy prevalece lo que definió Guy Laborde como la sociedad del espectáculo, que requiere incrustarse en el manejo abrumador de Twitter y la utilización de las imágenes. Esto es gobernar por medio de la pantalla.

El senador demócrata por el estado de Minnesota, Al Franken, afirmó que "algunos de sus colegas congresistas del Partido Republicano han expresado en privado su temor de que el presidente Donald Trump padezca de sus facultades mentales, por su capacidad para mentir y el temperamento que ha mostrado".

No se trata de un tema trivial, se trata de que existe una relación entre el poder y la enfermedad. La enfermedad en hombres poderosos afecta la toma de decisiones, que pueden tener consecuencias muy graves para los gobiernos que representan. Las dolencias mentales se desarrollan en el síndrome de hybris, que se traduce en la embriaguez del poder.

Es pertinente tomar en cuenta la observación de Bismarck, según la cual la política es el arte de lo posible, pero debe ir acompañada de la modestia. De otra forma el daño que pueden hacer es de consecuencias muy graves.

La historiadora Barbara Tuchman advirtió "que el poder genera locura, de que el poder de mando impide a menudo pensar, de que la responsabilidad del poder se desvanece, conforme aumenta su ejercicio. La responsabilidad del poder implica gobernar de manera razonable cuidando el interés del Estado. En ese proceso es una obligación mantener la mente abierta y resistir el insidioso encanto de la estupidez". Pero en el caso que nos ocupa se requiere de la humildad para reconocer el aforismo del Lord Acton: "El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente".

Estados Unidos es una nación afortunada, con una población diversa, trabajadora y talentosa, afortunada en las instituciones que idearon los padres fundadores otorgándose tres poderes que les obliga a no manejarse como una nación omnipotente. Tomando en cuenta estas circunstancias considero que de ninguna manera tiene derecho el gobierno actual de esa nación a ejercer la arrogancia del poder.



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