Derechos Humanos

La impunidad reinó en la guerra de Siria en 2016, con más de 300,000 muertos

2017-02-21

En su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, AI explica que

 

París, 22 feb (EFE).- La impunidad reinó en Siria en 2016, cuando la cifra de muertos en el conflicto superó los 300,000 y cuando todas las partes cometieron "crímenes de guerra, otras violaciones graves del derecho internacional humanitario y abusos flagrantes contra los derechos humanos", según Amnistía Internacional (AI).

En su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, AI explica que "las fuerzas del Gobierno sirio y de su aliado ruso perpetraron ataques indiscriminados y ataques directos contra civiles y bienes civiles mediante bombardeos aéreos y de artillería, causando miles de víctimas".

Entre los aliados del régimen de Bachar al Asad figura asimismo la organización libanesa Hizbulá y grupos armados y milicias de otros países, que también cometieron abusos.

Además, "se tuvo constancia de que las fuerzas gubernamentales habían utilizado también agentes químicos y que mantuvieron asedios prolongados que cercaron a la población civil y limitaron su acceso a bienes y servicios esenciales".

El más simbólico de los cercos, el de Alepo, cuya población estuvo dividida durante más de cuatro años tras la ofensiva de los rebeldes en julio de 2012, terminó el 15 de noviembre, cuando el Ejército sirio y sus aliados arrebataron militarmente a sus oponentes varios barrios orientales hasta dejarlos arrinconados.

En su informe, AI señala que las autoridades "detuvieron arbitrariamente a miles de personas, a muchas de las cuales sometieron a desaparición forzada, reclusión prolongada y juicio injusto, y continuaron infligiendo sistemáticamente tortura y otros malos tratos bajo custodia, causando muertes".

"También cometieron homicidios ilegítimos, incluidas ejecuciones extrajudiciales", añade.

El grupo terrorista Estado Islámico (EI), por su parte, impuso "asedios a la población civil, perpetró ataques directos contra civiles y ataques indiscriminados, algunos de ellos, según informes, con agentes químicos".

También cometió numerosos homicidios ilegítimos, y sometió a miles de mujeres y niñas yazidíes secuestradas en Irak a esclavitud sexual y otros abusos.

Otros grupos armados no estatales impusieron "asedios a zonas predominantemente civiles contra las que lanzaron ataques de artillería indiscriminados".

Además, las fuerzas dirigidas por la coalición liderada por Estados Unidos efectuaron ataques aéreos contra el EI y otros blancos, en los que murieron cientos de civiles.

Al concluir el año, el conflicto había causado más de 300,000 muertes y había 6,6 millones de personas desplazadas dentro de Siria y 4,8 millones refugiadas en otros países.

El Consejo de Seguridad de la ONU siguió dividido respecto de Siria y no logró garantizar una vía para la paz, mientras los esfuerzos del enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, por promover conversaciones de paz fueron en gran medida infructuosos.

Pero el final del cerco de Alepo, que supuso un punto de inflexión en el conflicto además de un gran triunfo para el régimen sirio, ayudó a consolidar algunos avances.

En diciembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que se había acordado un alto el fuego, respaldado por Rusia y Turquía, entre el Gobierno y algunas fuerzas de oposición (a excepción de los yihadistas), seguido de nuevas negociaciones de paz a partir de enero de 2017.

El 31 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó por unanimidad una resolución en la que expresó satisfacción por la nueva iniciativa de paz, al mismo tiempo que pedía garantizar la entrega "rápida, segura y sin obstáculos" de la ayuda humanitaria en toda Siria. 



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