Derechos Humanos

Corea del Norte, embarcada en carrera de armas y ajena a los derechos humanos

2017-02-21

El país asiático, el último eslabón de la guerra fría y...


París, 22 feb (EFE).- El enigmático régimen de Corea el Norte continúa más preocupado por su carrera armamentística y el desarrollo de misiles nucleares que por el respeto a los derechos humanos, un terreno en el que no ha avanzado en el último año.

Esta es una de las conclusiones del último informe sobre derechos humanos de Amnistía Internacional (AI) presentado hoy en Londres, en el que se constatan las graves consecuencias para la población la política belicista del régimen, al que la comunidad internacional ha impuesto fuertes sanciones económicas.

El país asiático, el último eslabón de la guerra fría y gobernado con mano de hierro por Kim Jong-un, "siguió soportando violaciones en casi todos los aspectos de sus derechos humanos. Se detuvo y condenó a personas, tanto norcoreanas como extranjeras, por delitos no reconocidos internacionalmente como tales", asegura el informe.

Una de las mayores preocupaciones de la ONG sobre la situación del país se basa en las consecuencias de las restricciones que las sanciones internacionales causan sobre la población.

Ello ha hecho temer que aumentara la escasez alimentaria en una nación ya castigada por hambrunas periódicas.Además, y según el Programa Mundial de Alimentos, las graves inundaciones ocurridas en agosto pasado dejaron al menos 138 muertos y 69,000 desplazados.

Y aunque pidió ayuda humanitaria, la respuesta fue mínima por la desconfianza internacional respecto al programa nuclear del país.

En mayo, el Partido de los Trabajadores de Corea celebró su congreso por primera vez en 36 años e invitó a periodistas de medios internacionales, aunque se les impusieron rigurosas restricciones y no se les permitió informar de las reuniones del congreso.

Por otro lado, por mediación de empresas estatales, el Gobierno envió al menos a 50,000 ciudadanos a trabajar en unos 40 países, como Angola, China, Kuwait, Catar y Rusia, en sectores como la medicina, la construcción, la silvicultura y la hostelería.

Estos trabajadores recibían los a través del Gobierno, que deducía sumas considerables, denuncia AI.

Además, en los países de acogida se les privaba de información sobre la legislación y el derecho laboral y se les impedía a menudo acceder a organizaciones que velaran por el cumplimiento de los derechos laborales o les ayudaran a reclamarlos.

AI también denuncia que se condenó tanto a norcoreanos como a extranjeros a largas penas de prisión en juicios injustos.

Un caso que cobró notoriedad fue el de Frederick Otto Warmbier, estudiante estadounidense declarado culpable de "subversión" pese a que sólo reconoció haber robado un cartel de propaganda y que fue condenado a 15 años de trabajos forzados.

Hasta 120,000 personas seguían recluidas en 2016 en los cuatro campos penitenciarios para presos políticos que se conocían, donde eran sometidas a violaciones de derechos humanos sistemáticas, generalizadas y graves, que en algunos casos constituían crímenes de lesa humanidad.

Mientras tanto, el Gobierno llevó a cabo pruebas nucleares en dos ocasiones (en enero y septiembre) con lo que aumentó la tensión entre el país y la comunidad internacional, que trata de presionar con sanciones y aislamiento al imperturbable régimen de Kim. 



yoselin
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