Fillon y Le Pen, idéntica defensa judicial, distinta expectativa electoral

Luis Miguel Pascual

París, 26 feb (EFE).- François Fillon y Marine Le Pen, dos de los principales candidatos a la Presidencia de Francia, afirman que son víctimas de un complot judicial para apartarles del Elíseo, una estrategia que sirve a la ultraderechista, firme en los sondeos, pero que no ha evitado el desplome del conservador.

Tanto el uno como el otro están siendo investigados por la Justicia por desvío de fondos ligados a sus asistentes parlamentarios y los dos aseguran que esas acusaciones tienen como único objetivo apartarles de la carrera por el Elíseo.

Le Pen está acusada de haber pagado con dinero del Parlamento Europeo a asistentes parlamentarios que, en realidad, trabajaban para su partido, el Frente Nacional.

Fillon, de haber contratado a su esposa Penelope y a dos de sus hijos como asistentes parlamentarios cuando era diputado y senador, sin que existan registros del trabajo de ella en las cámaras legislativas.

Dos acusaciones que se asemejan pero que han tenido repercusiones diferentes en términos electorales, según se desprende de los sondeos.

Fillon, candidato conservador tras haberse impuesto de forma brillante en unas primarias que ganó con un programa de derecha dura, aparecía como el favorito para ganar las presidenciales a principios de año.

Pero cuando a finales de enero el semanario "Le Canard Enchaîné" reveló el llamado "Penelopegate", se desplomó en los sondeos y en los últimos días ni siquiera tiene garantizado pasar a la segunda vuelta.

En un primer momento, el candidato restó importancia al asunto y se mostró dispuesto a colaborar con la justicia. Al tiempo que dijo estar firme y determinado en continuar la campaña, que solo estaba dispuesto a abandonar si le imputaban.

Pero, posteriormente, cambió de opinión, aseguró que la investigación perseguía exclusivamente desestabilizar su campaña y aseguró que no renunciaría ni siquiera en el caso de que la justicia le procese.

Desde entonces, el candidato, sus abogados y su partido no han dejado de atacar a los magistrados.

Una estrategia que contrasta con la imagen institucional de un hombre que fue primer ministro del país durante los cinco años de la presidencia de Nicolas Sarkozy (2007-2012).

Fillon repite en cada intervención que él es el único capaz de poner en práctica el programa de derecha liberal con el que ganó las primarias y que es precisamente por eso por lo que quieren apartarle de la carrera electoral.

El candidato llegó incluso a declarar que "la izquierda institucional" estaba organizando un "golpe de Estado".

Esa línea de defensa le aproximó al Frente Nacional, que desde hace años se considera víctima de los ataques del sistema que pretende destruir.

Las principales acusaciones contra Le Pen proceden del Parlamento Europeo y la candidata ultraderechista asegura que responden a un complot de las instituciones de la UE para acabar con un partido que persigue precisamente acabar con ellas.

La Eurocámara denunció los hechos ante la justicia francesa, que abrió una investigación que prosigue y en la cual está imputada la jefa de gabinete de la candidata.

En paralelo, los magistrados también investigan la financiación de las campañas electorales del Frente Nacional desde que en 2011 Marine Le Pen sustituyó a su padre al frente del partido.

Pero esas investigaciones judiciales no han tenido incidencia en las intenciones de voto. Se mantiene firme en el primer puesto para la primera vuelta del 23 de abril próximo y progresa para la segunda del 7 de mayo, aunque ningún sondeo le da como ganadora.

Los analistas consideran que el electorado de Le Pen ya tiene asumido el carácter antisistema de la candidata.

Además, sus acusaciones proceden de las instituciones europeas, muy poco valoradas por los votantes del Frente Nacional.

Finalmente, apuntan que, a diferencia de lo que sucede con Fillon, las acusaciones contra Le Pen no incluyen el enriquecimiento personal.

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