Nacional - Política

Muere Jesús Silva-Herzog, el secretario de Hacienda que lidió con la crisis de deuda mexicana

2017-03-07

Silva-Herzog Flores fue máximo responsable económico en los gabinetes de José...

Ignacio Fariza, El País

El economista mexicano Jesús Silva-Herzog Flores, fundador y primer director del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y secretario (ministro) de Hacienda del país en los años más duros de la crisis de deuda de los ochenta, ha muerto este lunes a los 81 años en México. Hijo de uno de los economistas más reputados de la academia mexicana del siglo XX y afiliado al PRI, Silva-Herzog Flores fue máximo responsable económico en los gabinetes de José López Portillo y Miguel de la Madrid y, años más tarde, responsable de Turismo en el Ejecutivo de Carlos Salinas de Gortari. Tras su paso por el Ejecutivo federal, fue embajador de México en España y en Estados Unidos y candidato priista en el año 2000 a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, elecciones que perdería frente al hoy cabeza de cartel de Morena a la presidencia del país, Andrés Manuel López Obrador.

Silva-Herzog Flores estudió Economía en Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las más prestigiosas de América Latina. Posteriormente, obtuvo la maestría en la Universidad de Yale (Connecticut, EE UU) y de ahí daría volvería a la UNAM, donde ejercería de profesor. Con 36 años, pasaría a asumir la dirección general del Infonavit, un organismo recién creado para facilitar el acceso a la vivienda a los sectores desfavorecidos de la población. La fórmula: reunir en un fondo nacional las aportaciones patronales del 5% del salario de cada uno de los trabajadores para otorgarles la oportunidad de obtener un crédito de vivienda. A Jesús Silva-Herzog Flores le correspondería tanto el diseño del programa como la creación del primer organigrama del Instituto, un ente que sigue vigente hoy por hoy con un esquema muy similar al ideado por él.

La cúspide de su etapa política sería, en cambio, la crisis de deuda de 1982-1985, a la que tuvo que hacer frente desde el departamento de Hacienda. Apenas cinco meses después de asumir el cargo, Silva Herzog-Flores se vio abocado a poner negro sobre blanco una situación crítica de las finanzas públicas que muchos ya sospechaban y que marcaría el devenir económico de su país y del conjunto de la región: que México no podría asumir el repago de la deuda asumida con el exterior. Lo que empezó con la decisión de diferir la devolución de esos pagos durante 90 días, acabaría por desembocar en una crisis de deuda en toda Latinoamérica que llevaría al Fondo Monetario Internacional (FMI) a rescatar –de emergencia y con duras condiciones– a varias naciones del continente, entre ellas a México, y que fue el pistoletazo de salida de la conocida como década pérdida de América Latina.

El impago del país norteamericano, que puso al país al borde del estallido social, sería el detonante de una crisis que hizo tambalear el sistema financiero internacional de una forma que no se recordaba desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo. "Ese fue el momento más extraordinario de su carrera: la conferencia de prensa en la que anunció [en agosto de 1982] que el país se había quedado sin reservas", subraya Héctor Vázquez Tercero, uno de sus amigos más cercanos desde la universidad. "Fue honesto y admitió que la coyuntura era trágica". La honestidad es, precisamente, una de las cualidades que más destacan los amigos de Chucho, como le conocían. "Pudo haber sido presidente de la República tras De la Madrid. Si no lo fue, fue precisamente por su honradez", cierra Vázquez Tercero.



JMRS
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