Internacional - Política

Holanda mide en las urnas el sentimiento contra las instituciones

2017-03-15

Wilders, que ha prometido

 

ÁMSTERDAM (Reuters) - Los holandeses votaban el miércoles en unas elecciones consideradas como una prueba para los sentimientos antiinmigración y nacionalistas, magnificados en los últimos días por una disputa con Turquía, y es uno de los tres comicios que medirán la fuerza de los lazos que mantienen unida a la Unión Europea.

El VVD, partido de centroderecha del primer ministro Mark Rutte, de 50 años, se disputa ser el primer grupo en el Parlamento con el PVV (Partido de la Libertad) del agitador islamófobo y eurófobo Geert Wilders, de 53 años.

Alrededor de 13 millones de votantes están llamados a depositar su voto en las urnas en todo el país, las cuales cerrarán a las 09:00 pm. Se espera una elevada participación por la agitada campaña, a lo que se ha sumado un cielo despejado y sol. El canal nacional NOS dijo que a las 09:30 GMT de la mañana la concurrencia era de un 15 por ciento, un 2 por ciento más que en las anteriores elecciones parlamentarias en 2012.

Con 4 de cada 10 votantes indecisos el día anterior a los comicios, y con un estrecho margen de tan solo el 4 por ciento entre los candidatos líderes, el resultado es impredecible.

Wilders, que ha prometido "desislamizar" Holanda, prácticamente no tiene posibilidades para formar gobierno, dado que todos los principales partidos ha descartado trabajar con él, pero una victoria del PVV podría provocar un terremoto político en todo el continente.

"Sea cual sea el resultado de las elecciones de hoy, el genio no volverá a la botella y esta revolución patriótica, hoy o mañana, tendrá lugar", dijo Wilders después de votar en un colegio de La Haya.

Wilders se ganó la confianza de Wendy de Graaf, que dejó a sus hijos en el mismo colegio de La Haya. "Votaré por Wilders. Espero que pueda lograr un cambio que mejore Holanda. No estoy de acuerdo con todo lo que dice (...) pero creo que la inmigración es un problema", dijo.

Los comicios holandeses son los primeros de los tres que se celebrarán este año y que son considerados como un examen al sentimiento contra las instituciones de la Unión Europea y a las probabilidades de supervivencia del bloque comunitario tras la victoria del euroescéptico Donald Trump en Estados Unidos y la decisión británica de abandonar la UE en un referéndum celebrado en 2016.

Francia elegirá en mayo a su próximo presidente en unas elecciones en las que la candidata de extremaderecha Marine Le Pen probablemente alcance la segunda vuelta.

Mientras tanto, el partido derechista y euroescéptico Alternativa para Alemania, que ha criticado duramente la política de puertas abiertas a los refugiados de la canciller Angela Merkel, probablemente logrará sus primeros escaños en la cámara baja del Parlamento alemán en los comicios de septiembre.

En Holanda, los sondeos de opinión daban una ventaja de tres puntos porcentuales para el partido de Rutte respecto al de Wilders, pero no tuvieron en cuenta por completo la ruptura de relaciones diplomáticas con Ankara después de que los holandeses prohibieran a ministros turcos participar en mítines con los que pretendían dirigirse a los turcos residentes en el extranjero.

El miércoles por la mañana, dos webs que proporcionaban información al votante, subvencionadas con fondos públicos, estaban sin conexión, objeto de un ciberataque DDoS.

No estaba claro si el ataque del miércoles estaba relacionado con la disputa con Turquía, que llevó a la desconfiguración de diversos sitios webs en Holanda.

Por otro lado, el miércoles bastantes cuentas de Twitter, incluyendo la del Parlamento Europeo, Reuters Japón, Die Welt, Forbes, Amnistía Internacional y la de la Universidad Duke fueron secuestradas temporalmente, aparentemente por activistas turcos.

SIN GANADOR CLARO, SEMANAS DE NEGOCIACIONES

Al contrario que en las elecciones presidenciales estadounidenses o francesas, en Holanda no habrá un ganador indiscutible, pues hasta 15 partidos tienen posibilidades realistas de lograr escaños en el Parlamento y previsiblemente ninguno superará el 20 por ciento de los apoyos.

Los expertos predicen un proceso para formar coalición que durará muchos meses hasta que se conozca el resultado final.

El último gobierno de Rutte fue una coalición de dos partidos, pero ahora podrían hacer falta incluso cuatro partidos para asegurar una mayoría en la cámara. Sería la primera alianza de más de dos partidos desde la década de los setenta. Dos de las tres alianzas formadas entonces se disolvieron en el plazo de 12 meses.

En el último debate, el martes por la noche, Wilders se enfrentó a Lodewijk Asscher, del Partido del Trabajo, que puede perder dos tercios de sus escaños en la que sería su peor derrota en unas elecciones.

Asscher defendió los derechos de los musulmanes que cumplen la ley, para que no sean tratados como ciudadanos de segunda clase o insultados, diciendo que "Holanda nos pertenece a todos nosotros, y todo el mundo da lo mejor de sí". Wilders respondió: "Holanda no es para todos. Holanda es para los holandeses".

Rutte, que espera que la recuperación económica holandesa cimiente su victoria, ha insistido en que no aceptará al PVV como socio de coalición ni confiará en Wilders para apoyar un gobierno en minoría, tal y como ocurrió entre 2010 y 2012.

El primer ministro acusó a Wilders de traición por retirar su apoyo y crear una crisis política en un momento de profundos problemas económicos.

"No trabajaré con un partido así, señor Wilders, ni dentro del Gobierno ni con su apoyo externo. No, nunca, no", dijo Rutte a Wilders en el único debate televisado entre ambos, que vieron el lunes 2,28 millones de espectadores, un récord respecto a cualquier otro comicio celebrado.



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