Internacional - Política

El respaldo de Valls a Macron desata la angustia existencial en el socialismo

2017-03-29

El apoyo del ex primer ministro Manuel Valls a la candidatura presidencial de Emmanuel Macron ha...

Enrique Rubio

París, 29 mar (EFE).- El apoyo del ex primer ministro Manuel Valls a la candidatura presidencial de Emmanuel Macron ha sacudido las entrañas del Partido Socialista francés, que se acerca a unas elecciones donde su propia supervivencia puede estar en riesgo.

Macron agradeció con frialdad el espaldarazo. Su entorno admite que Valls se ha convertido en un activo tóxico, cuyo respaldo garantiza votos del socialismo moderado pero a la vez alimenta el argumento favorito de sus rivales: que Macron encarna la continuidad del presidente, el socialista François Hollande.

Las "izquierdas irreconciliables" tan a menudo citadas por Valls se sitúan así en rumbo de colisión, presionadas por Macron desde el flanco derecho y por Jean-Luc Mélenchon desde la izquierda, con el maltrecho Partido Socialista (PS) francés como campo de batalla.

"Ante la amenaza que representa el populismo y la extrema derecha (...) no se puede asumir ningún riesgo", se justificó Valls, en una entrevista en el canal "BFMTV", para explicar que no votará por Benoît Hamon, quien le venció en las primarias de su partido en enero.

Algunos correligionarios han buscado un afán revanchista en la posición de Valls, que respondió así al ser preguntado si teme ser apartado del PS: "¿Excluido por los que no han respetado ninguna regla durante cinco años?", se interrogó en alusión a Hamon, cabecilla del ala rebelde de su grupo parlamentario.

El aspirante socialista encajó esta nueva deserción en su campo -que se suma, entre otras, a la del ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian- con cara de circunstancias y un nuevo llamamiento a la unidad de la izquierda.

"Os pido que castiguéis a quienes se prestan a este juego malsano (...) y, al mismo tiempo, que déis la espalda a esos políticos que ya no creen en nada y que van hacia donde sopla el viento, en desprecio de sus convicciones", apeló.

A continuación, tendió la mano al izquierdista Mélenchon y a los comunistas para unir fuerzas en un frente común que por ahora parece improbable.

Dentro del partido la reacción fue furibunda contra Valls, para quienes no se ahorraron epítetos como "miserable", "traidor" o "desleal".

El patrón de los socialistas, Jean-Christophe Cambadélis, trató de mantener altos los ánimos de la tropa, al tiempo que advirtió de que quienes se unan formalmente al movimiento macronista "En Marcha" dejarán el PS, ya que "no cabe la doble pertenencia".

Sin embargo, en esa misma carta dirigida a los militantes, echó la mirada más adelante, en perspectiva de la posible derrota socialista, al recordar que "una elección ganada o perdida no determina el futuro de un partido".

"Perdimos en 2002, incluso fuimos eliminados en la primera vuelta (por el ultraderechista Jean Marie Le Pen). Nos recuperamos rápidamente. Ganamos en 2012 y sin embargo ¿quién puede decir que el Partido Socialista había solucionado sus problemas políticos o estratégicos?", reflexionó.

La última encuesta conocida hoy, de la casa Elabe, señala que Mélenchon, con una intención de voto del 15 %, no deja de distanciarse de Hamon, que apenas frisa el 10 %.

Si la oferta de Hamon a Mélenchon para unir sus fuerzas cuando comenzó la precampaña contemplaba que el socialista fuese el cabeza de cartel, se hace difícil pensar cómo el izquierdista podría declinar ese papel ahora que aparece claramente por encima.

Pese a todo, el líder del partido comunista, Pierre Laurent, pidió una reunión entre los dos candidatos, junto a él mismo y el ecologista Yannick Jadot, para tratar todavía de salvar una candidatura conjunta que los permita pasar a la segunda vuelta.



yoselin

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