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Nuevamente acorralado, Barcelona recibe a sedienta Juventus

2017-04-18

Pese a que la actual desventaja es un gol inferior a la que el Barcelona debió resolver en...

Por ALEX OLLER

El jugador del Barcelona, Andrés Iniesta, habla en conferencia de prensa el martes, 18 de abril de 2018, en Sant Joan Despi, España. (AP Photo/Manu Fernandez)

BARCELONA (AP) — Con una inquietante sensación de un recuerdo ya vivido, el Barcelona afronta un nuevo conato de remontada europea el miércoles contra la Juventus en la Liga de Campeones, tras perder por 3-0 hace justo una semana en el partido de ida de cuartos de final disputado en Turín.

Pese a que la actual desventaja es un gol inferior a la que el Barcelona debió resolver en octavos de final contra el Paris Saint-Germain, los aficionados del conjunto catalán consideran poco probable que se duplique una gesta hasta ahora única como la del 6-1 favorable de aquella vuelta en el Camp Nou.

Los azulgranas, finalistas en la Copa del Rey contra el Alavés, también han perdido argumentos futbolísticos con sus decaídas prestaciones en la liga española, donde acumulan una derrota en Málaga y victoria local poco convincente ante la Real Sociedad en las últimas dos fechas, con lo que siguen a tres unidades del puntero, Real Madrid, que tiene además un partido aplazado.

Así, la posibilidad de una campaña sin títulos atormenta al equipo y su hinchada en el momento menos propicio, aunque Luis Enrique diera el martes el primer toque de corneta.

"Que nadie se vaya al minuto 80. Contra el PSG metimos tres goles en tres minutos. Todo es posible", soltó el timonel azulgrana, calculador pese al optimismo. "Teniendo en cuenta que ellos marcaran, el objetivo es meter cinco. Atacar y atacar. No tenemos nada que perder".

Trayectoria inversa está disfrutando la Juventus, solido líder de la Serie A italiana con un colchón de ocho puntos sobre el segundo, Roma, finalista de la Copa tras eliminar al Napoli por global de 5-4, y protagonista autoritario de la Champions con un fútbol sólido en todas sus líneas, en especial la defensiva.

Una fórmula que bien podría resultar en un triplete.

Los hombres de Maximiliano Allegri apenas han concedido dos goles en la competición, ya sea jugando con tres o cuatro defensas en un esquema camaleónico, pero donde siempre forman los veteranos centrales Giorgio Chielini y Leonardo Bonucci.

Arriba, el actual monarca italiano también presenta credenciales para competir con cualquiera gracias a los argentinos Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala. El último, considerado una de las jóvenes perlas del fútbol mundial, llega renqueante tras sufrir un golpe en la victoria del sábado por 2-0 ante el Pescara, pero ya dejó su sello en la ida, marcando los dos primeros goles que encarrilaron la eliminatoria del lado juventino.

Su duelo con Lionel Messi está servido. El astro barcelonista apenas apareció en Turín, y anda mosqueado ante la posibilidad de no llevarse su sexto trofeo al Balón de Oro en 2017, con otro reto directo el próximo domingo frente a Cristiano Ronaldo y el Madrid en el clásico español.

Como el Barsa, el argentino ha vivido una temporada de claroscuros, con grandes partidos y tardes en que delegó en sus socios del tridente ofensivo, Luis Suárez y Neymar.

Messi, que celebró un doblete con golazo incluido el sábado ante la Real, sigue comandando la tabla de cañoneros en España con 29 goles, seguido por Suárez, con 23.

La fiabilidad del ariete uruguayo tampoco se cuestiona, aunque el verdadero comodín es Neymar, capaz de liderar la gesta ante el PSG con una actuación suprema, pero también de hacerse expulsar en Málaga, resultando en tres partidos de sanción en la competición doméstica.

La sed de unos y otros resultó determinante en el primer envite, donde la bicampeona Juventus, que no conquista el trono europeo desde 1996, fue por todo desde el silbato inicial y el Barsa, cuatro veces campeón en los últimos 11 años, se dejó zarandear sin apenas oposición, huérfano del mediocentro Sergio Busquets, entonces suspendido, ya disponible.

"El resultado es malísimo y tocará arriesgar", evidenció el volante barcelonista Andrés Iniesta. "Debemos hacer el mejor partido de la temporada, con paciencia y sabiendo sufrir, para llevarles al límite y crearles dudas. Tenemos potencial y argumentos".

El Camp Nou, invicto desde 2013 en torneo continental, espera vestirse de gala para encomendarse a un nuevo milagro, aunque el murmullo de la previa no invita al optimismo, considerando que su rival ha ganados sus cuatro partidos a domicilio.

Tampoco ayuda el hecho de que Luis Enrique anunciara hace semanas que no seguirá la próxima campaña.

El fin de ciclo emerge en el Barsa, ganador de Champions, liga y copa en la temporada de debut del técnico asturiano en 2015, cuando ganó 3-1 la final europea, precisamente a la Juventus.

El once del miércoles seguramente no difiera demasiado del que levantó entonces el máximo trofeo continental, mientras que el de la "Vecchia Signora", sometida a una rejuvenecedora reestructuración del plantel, se presentará notablemente alterado, síntoma de la ambición de un proyecto que pretende culminar con la conquista de la Champions.



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