Tras Bambalinas

Turquía, el socio táctico de Rusia

2017-05-04

Claro, en ello se dejó entrever una sutil discrepancia con Ankara que considera como...

Por Antonio Rondón García, PL

La reunión del presidente Vladimir Putin y su similar turco, Recep Tayyip Erdogan, pareció mostrar una unidad de esfuerzos tácticos de ambos países, pero con respeto a sus respectivos intereses en asuntos como Siria.

Uno de los puntos a destacar como resultado de la cita en este sureño balneario fue la creación de tres o cuatro zonas de distensión en regiones de Siria como la provincia de Idlib, Buta oriental, Homs y en el noroeste de ese país levantino.

Claro está, ambos estadistas conocen que ello depende del resultado de la cuarta ronda de conversaciones en Astaná entre los grupos armados y representantes del gobierno sirio.

Putin aclaró que las zonas deben responder a una total paralización de la actividad bélica y, claro está, conllevan una suspensión de los acciones por aire, en otras palabras, se podría tratar de una zona de prohibición de vuelos.

Sin embargo, dada la experiencia de la manipulación del referido término por Occidente en la agresión contra Libia, ambos estadistas prefirieron hablar de áreas de distensión.

El jefe de Estado ruso advirtió que la reconciliación solo es posible con la llamada oposición moderada. Allí donde actúen grupos reconocidos por la ONU como terroristas se mantendrán los ataques aéreos, indicó.

Claro, en ello se dejó entrever una sutil discrepancia con Ankara que considera como terrorista a la guerrilla kurda (YPG), contrario a cómo la ve Moscú, Europa e incluso Washington, que la utiliza para afianzar posiciones en el norte sirio.

El propósito de la zona de distensión es reforzar el régimen de alto el fuego, garantizar la integridad territorial de Siria, con lo cual estuvo públicamente de acuerdo Erdogan, y lanzar una señal de que quien rechace la reconciliación será hostigado.

La disposición podría afianzar el proceso de negociaciones en Astaná, aunque este también transcurre con dificultades, pues siempre está en el filo de la ruptura o la retirada de la capital kazaja de la llamada oposición moderada, pero armada.

Sin embargo, Erdogan debió aceptar que Rusia para nada cambia su posición respecto al legítimo presidente Bashar Al Assad, cuyo destino, dice, solo lo puede decidir el pueblo sirio.

La política de zigzagueo de Erdogan en Siria, cuando primero aceptó ser garante de la tregua y el proceso de Astaná, junto a Rusia e Irán, y después apoyó los ataques unilaterales de Estados Unidos a Siria, define el nivel de nexos Ankara-Moscú.

Sería difícil que Turquía pueda ofrecer a Rusia una posición de socio estratégico seguro en medio de su contante cambio de posición en poco tiempo, de ahí que la relación queda más bien al nivel táctico, sin llegar al estratégico.

EL BLOQUE ECONOMICO

La política de zigzagueo de Ankara también se extendió al bloque económico.

Al restablecer los nexos con Moscú, después de casi un año de enfriamiento, por el derribo de un avión ruso en Siria, Turquía estuvo dispuesta dejar atrás el diferendo y Moscú parecía hacer lo mismo.

Pero el pasado 15 de marzo, Turquía introdujo un aumento de aranceles que dejó fuera de ese mercado al trigo ruso, mientras Moscú mantuvo las restricciones sobre el ingreso de productos agrícolas turcos a este país.

Ahora en esta ciudad, Putin anunció que las restricciones mutuas concluyeron, excepto en el caso del tomate. El vice primer ministro Arkadi Dvorkovich afirma que la medida en ese caso podría extenderse por entre tres y cinco años.

Sin embargo, el avance de la cooperación se registra en otras esferas. Rusia invierte 22 mil millones de dólares en la construcción de la central nuclear Akkuyu, mientras ambos estados crean un fondo de desarrollo de mil millones.

A ello se suma el compromiso de organizar inversiones cruzadas de al menos 10 mil millones de dólares por cada parte, así como el de promover pagos mutuos en las monedas nacionales.

Un asunto delicado es la venta a Turquía, un país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de los modernos complejos antiaéreos rusos S-400, aunque las negociaciones sobre precios y otros detalles continúan.

Putin dialoga con Erdogan, después de recibir aquí a la canciller federal alemana, Angela Merkel, con quien trató la crisis siria, la ucraniana y la cooperación económica, y de intercambiar por telefónico con Trump.

A su vez, el jefe de la Casa Blanca recibirá este mes al presidente turco, quien contó con apoyo en un referendo a su aspiración de pasar a un régimen presidencialista ante el enojo de Europa y la mitad de la población de Turquía.

Además de balneario de uso para todas las estaciones, Sochi se convierte así en centro de encuentro, discusión y decisiones de dirigentes mundiales sobre temas cruciales de actualidad.



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