Internacional - Política

Donald Trump pide unidad contra el terrorismo a los líderes musulmanes

2017-05-21

En una región atrapada entre autócratas y yihadistas, el republicano ha declarado que...

FRANCISCO CARRIÓN, El Mundo

"Es una batalla entre el bien y el mal"

El presidente estadounidense Donald Trump ha lanzado este domingo desde Arabia Saudi, la cuna del islam más puritano, su esperada alocución al mundo musulmán. En una región atrapada entre autócratas y yihadistas, el republicano ha declarado que la lucha contra el extremismo "no es una batalla entre entre diferentes credos, diferentes sectas o diferentes civilizaciones" sino "entre el bien y el mal".

"Esta es una batalla entre criminales bárbaros que buscan destruir la vida humana y gente decente de todas las religiones que persiguen protegerla", ha señalado el magnate ante una audiencia formada por unos 40 líderes del mundo musulmán en su segunda y última jornada en Riad, la etapa inaugural de su primer periplo internacional que incluye escala en Israel, los territorios palestinos, el Vaticano, Bélgica e Italia. "Los líderes religiosos deben hacer que esto quede absolutamente claro: la barbarie no os concederá la gloria, la piedad con el demonio no os traerá la dignidad", ha agregado.

Trump, que desde su llegada a la Casa Blanca ha trabado una estrecha amistad con regímenes como el saudí o el egipcio, ha lanzado un recado también a los países de Oriente Próximo, sacudidos por los estragos de un despertar sofocado por sus "estados profundos" y acusados de haber financiado a los yihadistas. "Las naciones de Oriente Próximo tienen que decidir qué tipo de futuro quieren para sus países y su infancia", ha detallado el republicano en un tono que contrasta con las declaraciones y las medidas que ha tratado de poner en marcha desde su investidura el pasado enero.

"El objetivo -ha recalcado- es una coalición de naciones que compartan la misma meta de erradicar el extremismo y de proporcionar a nuestros niños un futuro esperanzador". Trump ha insistido en que EU no puede hacer frente solo al extremismo y ha pedido a los mandatarios presentes más implicación en la batalla contra el terror. "Las naciones de Oriente Próximo no pueden esperar a que el poder estadounidense aplaste al enemigo por ellos", ha sugerido.

El autor del discurso también esbozó el veto migratorio

Su primera orden ejecutiva -encaminada a cerrar la puerta a la entrada en EU de ciudadanos de media docena de países musulmanes- y sus palabras contra el islam -"El islam nos odia"- le han granjeado una imagen de "islamófobo" a lo largo y ancho de la tierra de Alá. Precisamente, según la CNN, el hombre que ha redactado el discurso de este domingo es Stephen Miller, el mismo asesor que esbozó el veto migratorio, congelado por la justicia estadounidense. En esta ocasión, el discurso ha tratado de evitar cualquier controversia. Ni siquiera ha mencionado expresiones como el "terrorismo radical islámico" que Trump ha usado en el pasado.

Lejos del aislacionismo que prometió en campaña, el inquilino del despacho oval parece dispuesto a incrementar su implicación en el laberinto de intereses rivales que domina la escena en Oriente Próximo, con Irán y Rusia sirviendo de salvavidas para el Gobierno sirio y proporcionando oxígeno a las milicias chiíes iraquíes; Turquía y las monarquías del golfo Pérsico financiando a la oposición suní en Siria; y EU respaldando como dique contra el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) a las fuerzas de seguridad en Irak y a los milicianos kurdos en Siria, un movimiento que ha provocado la ira de Ankara.

"Si eliges la senda del terror, tu vida estará vacía y será corta y tu alma estará condenada", ha insistido Trump en un mensaje a quienes en los últimos años se han sumado a las filas de Al Qaeda o el autodenominado Estado Islámico. Su llamada al islam a enfrentarse a quienes lo usan para propagar la violencia está precedida por el inicio de una visita a Riad -patria de las estrictas ideas wahabíes que armaron a los movimientos yihadistas- marcada por la firma de contratos por valor de 350,000 millones de dólares, con una destacada partida destinada a la venta de armamento. "Cada vez que un terrorista asesina a una persona inocente, e invoca erróneamente el nombre de Dios, debería ser un insulto para cada creyente", ha detallado en un momento de su discurso.



JMRS
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