Internacional - Seguridad y Justicia

La OTAN ingresará en la coalición internacional contra el Estado Islámico

2017-05-25

El presidente estadounidense aterrizó a las 16.00 del miércoles en Bruselas, la...

PABLO R. SUANZES / El Mundo

La Cumbre de la OTAN de 2016, la última de Barack Obama, fue para los expertos la más importante desde el final de la Guerra Fría. Con la amenaza rusa, iraní, norcoreana o la del Estado Islámico, la crisis de refugiados y la decisión de desplegar soldados en Polonia y países bálticos. La Cumbre de este año, que arranca este jueves en Bruselas, sólo tiene un punto importante en la agenda, pero preocupa mucho a los aliados: Donald Trump.

El presidente estadounidense aterrizó a las 16.00 del miércoles en Bruselas, la ciudad que llamó "agujero del infierno" hace unos meses, tras los atentados y las conexiones yihadistas con barrios como Molenbeek. Trump hizo las paces reuniéndose con los reyes y el primer ministro del país, Charles Michel. Pocos compromisos para que llegue fresco a la OTAN.

La organización estrena mañana su nueva, flamante y carísima nueva sede, justo enfrente de las instalaciones que ha usado hasta ahora. Lo hace con una Cumbre mucho menos importante, convocada básicamente para recibir, saludar, calibrar y tratar de agasajar el presidente estadounidense. Y para decidir uno de los puntos más polémicos de la cita: la OTAN se unirá a la Coalición Internacional liderada por EU contra Estado Islámico que lucha contra los yihadistas en Siria e Irka, como ha confirmado ya esta misma mañana el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. "Esto enviará un fuerte mensaje político del compromiso de la OTAN en la lucha contra el terrorismo", indicó Stoltenberg, que precisó que la organización no participará en combates.

Fuentes diplomáticas aseguraron ayer que la participación estaba ya acordada, pero que aún había discusión en la forma y, especialmente, la financiación. Países como Francia son reacios a desembolsar aún más dinero cuando ya luchan contra el yihadismo en muchos frentes.

La OTAN apoya a la Coalición ahora mismo con sus AWACS, aviones de vigilancia, y entrenando en Irak a soldados y policías. Antes lo hacía en Jordania [este diario estuvo en una base de entrenamiento hace unos meses], pero no quiere entrar formalmente en los combates. Todos los miembros de la Alianza participan individualmente en la coalición.

Por diversas razones Francia y Alemania lideran el bloque de los reacios, aunque algunos en Washington querrían un cambio en la política actual. Consideran que el coste económico puede ser inmenso, que erosionaría las buenas relaciones con diversos países árabes, que la imagen de la Alianza ya quedó ensuciada en Libia y que se darían, además, excusas a Rusia para provocar más incidentes y enfrentamientos, sobre todo en Siria, donde Moscú apoya claramente al Gobierno de Bashar Asad.

Trump llegó a la Casa Blanca tildando de "obsoleta" a la Alianza, quitando importancia a las cláusulas de defensa mutua (la razón de ser de la OTAN, provocando escalofríos en los países limítrofes con Rusia) y arremetiendo sistemáticamente contra sus socios, a los que acusaba, con buena parte de razón, de estar aprovechándose una vez más del paraguas norteamericano, al no tener el gasto en seguridad y defensa al que ellos mismos se comprometieron en Irlanda hace unos años.

Las consignas de la Cumbre son claras: poca discusión, mensajes positivos, promesas de cumplir los objetivos de gasto y, en general, evitar cualquier cosa que pueda generar un desastre. En esta reunión hay poquísimo que ganar y muchísimo que perder.

La OTAN lleva días desmintiendo rotundamente una información publicada por 'Politico' según la cual el secretario general, el noruego Jens Stoltenberg, habría explicado a sus colegas que Trump tiene una capacidad de atención y retención mínima, "de 12 segundos, por lo que era aconsejable, si no imprescindible, hacer discursos muy cortos. Además de no tener mucha idea de los temas o de las competencias y misiones de la Alianza Atlántica.

Para buena parte de las delegaciones, el desmentido no es necesario. Es la impresión que comparten y el miedo principal, junto al hecho que dan por más que probado de que Trump compartió información clasificada y muy sensible con Rusia.

EU es el corazón de la OTAN. No tiene sentido ni fuerza alguna sin el liderazgo, la experiencia y el dinero norteamericano. Y por eso temen que Trump quiere forzarlos hacia caminos para los que está diseñada ni preparada.

Tras ver al Papa, a los mandatarios belgas y participar en la Cumbre, Trump pondrá rumbo el viernes a Italia de nuevo, pues el G-7 se reúne durante dos días en Taormina, en Sicilia.



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