Internacional - Economía

Alemania se reorienta hacia Oriente

2017-05-30

India y China son ya actualmente los países

ROSALÍA SÁNCHEZ / ABC.ES

El hueco vacío que Donald Trump está dejando en las relaciones con Europa vienen a ocuparlo China e India. Después de decir en voz alta el domingo que «los tiempos en los que nos podíamos fiar completamente (de EU) han terminado» y repetirlo el lunes por si a alguien no le había quedado suficientemente claro, Angela Merkel ha recibido hoy en Berlín al primer ministro indio, Narendra Modi, y se dispone a recibir el lunes al líder chino, Li Keqian, en una abierta apuesta por estrechar las relaciones bilaterales con India y China y reorientar su política exterior. «La relación transatlántica sigue siendo de extraordinaria importancia», ha reconocido Merkel en la rueda de prensa junto a Modi, al tiempo que señalaba que los pasos políticos y comerciales con India y China son de un «significado sobresaliente» para Alemania y subrayaba que «Europa debe ser un actor político independiente que se involucre en asuntos internacionales con sus propios criterios».

Tal y como lo ve Merkel, el papel de Europa en el mundo se ha desligado del liderazgo de EU y toma su propio camino basándose en las actuaciones desplegadas ya en Ucrania y Libia. Alemania busca ya nuevas rutas comerciales hacia Asia y aunque su gobierno asegura que «en absoluto es un objetivo perjudicar la relación transatlántica que para nosotros tiene y tendrá una gran importancia histórica», Merkel ha avanzado los proyectos de desarrollo que Alemania se prepara para llevar a cabo en África conjuntamente con sus socios asiáticos. La brújula de la geopolítica global está girando.

Algunos analistas señalan que no había una grieta de este calado en el G7 y en el interior de la OTAN desde la foto de las Azores. Frankfurter Allgemeine habla del «momento Schröder» de Angela Merkel, en referencia al plante del ex canciller socialdemócrata Gerhard Schröder a Bush en la Guerra de Irak. Y el semanario Der Spiegel se pregunta en su portada si asistimos realmente a un reajuste de equilibrios geopolíticos globales o si el movimiento se suscribirá a la campaña electoral alemana y nada más. Donald Trump, por su parte, ha reaccionado manteniéndose en las suyas. Mientras Merkel comparecía con Modi para abrir de par en par las ventanas alemanas que dan al lado este, el presidente estadounidense insistía en Tweeter en que el déficil comercial de EE:UU. con Alemania es «masivo», en que eso es «malo» y en que «va a cambiar».

India y China son ya actualmente los países «número uno» para las empresas alemanas, asegura Hubert Lienhard, presidente del comité Asia-Pacífico del empresariado alemán (APA), que aboga por un acuerdo de libre comercio entre la UE e India, así como por un acuerdo de inversiones con China. «Esto ayudaría a mostrar al señor Trump que podemos hacerlo diferente o mejor. Trump fue elegido y debemos aceptarlo, pero hay muchos caminos alternativos que podemos emprender».

Según ha cifrado Merkel tras entrevistase con Modi, el nivel de las inversiones alemanas e India es de unos mil millones de euros anuales y se centra en objetivos como las «Smart Cities», las energías renovables y la industria solar. En materia de cambio climático, Alemania está dispuesta a ayudar a India a cumplir con los objetivos del compromiso de París y a los indios, al contrario que Trump, no parece molestarles que las exportaciones alemanas a su país asciendan a 10,900 millones de euros mientras que las importaciones se queden en 7,500 millones. Esas exportaciones alemanas a India, por cierto, están creciendo a un ritmo del 19% trimestral.

Varios ministros de Merkel, por su parte, llevan 48 horas templando gaitas con EU. Esta mañana, la ministra de Economía germana, Brigitte Zypries, ha precisado que hay que diferenciar «entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aquellos que en Estados Unidos también mandan como ministros, gobernadores y el Congreso». Zypries ha reconocido que podía entender la posición adoptada en los últimos días por Angela Merkel, pero ha expresado su «preocupación» por una relación con EU que se había asentado durante décadas. Pero el giro de la canciller alemana parece contar con un gran apoyo e incluso el Partido Socialdemócrata (SPD) se apunta a la política de dejar a un lado a Donald Trump y volcarse en el liderazgo europeo abierto a oriente.

El primer ministro chino, Li Keqiang, inicia hoy una gira europea que incluirá escalas en Alemania, Bélgica y la participación en la cumbre anual China-UE, donde Pekín intentará beneficiarse del creciente distanciamiento con Londres y Washington. Li «enviará el mensaje común de que China y la UE quieren trabajar conjuntamente hacia una economía mundial abierta, apoyando la globalización en el comercio y la inversión», según el viceministro de Asuntos Exteriores Wang Chao. «Trabajando juntas, China y Europa se convertirán en una fuerza estabilizadora en la actual situación, e inyectarán energía positiva en aras de la recuperación de la economía global», ha dicho, señalando entre los posibles acuerdos a firmar uno para que las empresas alemanas de automoción apoyen los planes chinos de aumentar el número de vehículos eléctricos en sus carreteras, un programa clave en la «guerra contra la polución» iniciada por Pekín. El comercio con Alemania representa ya el 30% de los intercambios chinos.



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