Internacional - Política

Qatar rechaza cambiar su política exterior para satisfacer a sus vecinos 

2017-06-08

Ángeles Espinosa, El País

Qatar no está dispuesto a cambiar su política exterior para satisfacer a sus vecinos árabes que han cortado relaciones diplomáticas y cerrado las fronteras con el emirato. “No vamos a renunciar a nuestra política exterior independiente”, ha declarado este jueves su ministro de Asuntos Exteriores, el jeque Mohamed Bin Abdulrahman al Thani. El jefe de la diplomacia catarí, que califica las medidas de “castigo colectivo”, afirma que su país tiene asegurado el abastecimiento y puede mantener sus estándares de vida, pero alerta de que el diferendo amenaza la seguridad de toda la región.

Su aviso ha tenido un rápido eco en Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuyo ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Anwar Gargash, comentaba en Twitter que el hecho de que Qatar busque la ayuda de Turquía e Irán en esta crisis puede abrir “un nuevo capítulo trágico”.

“No sabemos qué hemos hecho para merecer semejante nivel de castigo. Se nos acusa de tratar con Irán, pero no se han tomado medidas similares hacia Irán; también de que financiamos a los peores grupos del mundo, pero no se nos han presentado pruebas”, se quejaba el jeque Mohamed ante un grupo de periodistas, entre los que se encontraba la enviada de EL PAÍS. “Nunca hemos visto este nivel de hostilidad ni siquiera por parte de un país enemigo”, ha insistido el ministro convencido de que el intento de aislar a Qatar se debe a que es un país “progresista y con éxito”.

Su comparecencia se ha producido horas después de que emir de Kuwait, el jeque Sabah Ahmad al Sabah, hiciera una breve escala en Doha de regreso de Riad y Abu Dhabi. Los observadores habían apuntado a que el veterano mediador, que ya ayudó a resolver una crisis parecida en 2014, traía consigo una lista de condiciones que Qatar debería cumplir para que Arabia Saudí y Emiratos Árabes reconsideren su posición. Pero el ministro ha negado que hubiera ninguna lista y de sus palabras se desprendía que los esfuerzos del anciano Sabah, que la semana que viene cumplirá 88 años, no están dando resultado.

“Les ha escuchado y nos ha escuchado, pero no hemos recibido ninguna petición concreta aún”, ha señalado el jeque Mohamed.

Sin embargo, Gargash, uno de los principales portavoces de EAU en esta crisis, ha dicho públicamente que lo que buscan es “un compromiso político de cambio de rumbo por parte de Qatar, que incluya poner fin a su apoyo a los Hermanos Musulmanes y a Hamas. EAU, Arabia Saudí, Bahréin y Egipto (que también han secundado la ruptura) han incluido a ambos en su lista de grupos terroristas. Además, Gargash también ha declarado que otra de las condiciones es que deje de “utilizar la formidable propiedad de medios para promover una agenda extremista”.

La televisión por satélite Al Jazeera, propiedad del Estado catarí, es una vieja fuente de fricción en el mundo árabe en general y entre las monarquías del Golfo en particular. Sin embargo, no es el único medio en el punto de mira. La cadena Al Araby y el Huffpost Arabi, ambos con sede en Londres, son también objeto de las críticas y han sido bloqueados en los cuatro países árabes citados. “Los daños son importantes porque más de la mitad de nuestra audiencia está en Arabia Saudí y Egipto”, señala Fernando del Canto, consejero legal de la versión árabe del Huffpost.

“Estamos dispuestos a debatir sobre los asuntos de seguridad colectiva y hacer las correcciones que sean precisas al respecto, pero no sobre lo que atañe a nuestra soberanía, nuestra política o nuestros principios”, ha subrayado el ministro quien no obstante insiste en que Qatar quiere resolver las diferencias con sus vecinos por la vía diplomática. “No veo ninguna otra forma”.

Poco antes, el Ministerio de Defensa había restado importancia a una información que aseguraba que Qatar había puesto en alerta a los soldados desplegados en la frontera con Arabia Saudí. El jeque Mohamed también ha señalado que no hay cambios en el acuerdo militar con Turquía, donde el Parlamento aprobó ayer la ley que permitirá el envío de tropas a Qatar. “No se ha acelerado; todo sigue de acuerdo con el plan”, ha dicho. El pacto alcanzado en 2015 prevé que 3,000 soldados turcos entrenen a las fuerzas locales. De ellos, 600 se encuentran ya en suelo catarí.

Mientras, la presión contra Doha ha seguido creciendo. Chad ha retirado a su embajador, uniéndose a los países que secundan la iniciativa emiratí-saudí. Bahréin ha seguido a Emiratos y Arabia Saudí en castigar con multa e incluso con cárcel cualquier muestra de simpatía hacia Qatar en los medios de comunicación o las redes sociales. EAU ha bloqueado el acceso a la web de Qatar Airways e interrumpido los servicios de correos. Aun así el ministro catarí asegura que su país no va a utilizar como moneda de cambio el gasoducto Dolphin, que traslada gas desde Qatar a EAU y Omán.

“Respetamos nuestros acuerdos”, ha justificado dando a entender que Doha no desea escalar la crisis. De acuerdo con su información, el gas que transporta esa tubería proporciona un 40 % de la energía que consume Emiratos.

El efecto Trump

Desde el inicio de la crisis entre Qatar y sus vecinos, los analistas han apuntado al efecto que ha tenido la visita de Donald Trump a la región reforzando las posturas de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Muchos se preguntan qué pasó en Riad. Sin embargo y a pesar del famoso tuit del presidente norteamericano apuntando a Qatar, el ministro catarí de Exteriores, el jeque Mohamed, niega que nadie les dijera nada entonces.

“En la reunión bilateral, Trump nos dijo: ‘Tenemos que trabajar juntos para parar la financiación del terrorismo porque en todos los informes que leo se apunta a Arabia Saudí y Qatar’. A lo que le preguntamos si los informes eran periodísticos o de inteligencia. Porque a los primeros no podemos contestar, pero si se trata de los segundos, los estudiaríamos caso por caso. También le recordamos que ya colaboramos en ese terreno y que el Estado no financia a grupos terroristas”, declara el jefe de la diplomacia catarí. El jeque Mohamed insiste en que tampoco en la reunión de ministros de Exteriores del CCG nadie suscitó las acusaciones que han desatado la crisis.



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