Nacional - Seguridad y Justicia

Las incógnitas rodean la muerte en prisión del presunto asesino de Valeria

2017-06-15

Sánchez ingresó el lunes al penal acusado de homicidio y pederastia, un delito con...

Elena Reina, El País

El presunto asesino y violador de una niña de 11 años en México sólo llevaba tres días en la cárcel cuando apareció muerto en su propia celda este miércoles. El cadáver de José Octavio Sánchez, de 43 años, amaneció ahorcado en el calabozo que compartía con otros tres reclusos. Hace casi una semana, manejaba una combi o furgoneta de transporte público donde subió la menor Valeria poco antes de desaparecer. La familia y los vecinos encontraron a la niña muerta en ese mismo vehículo, con signos de violencia y abuso sexual. Él fue detenido poco después. La Fiscalía estatal investiga si la muerte de Sánchez se trató de un suicidio o si alguien quiso vengar el presunto asesinato de la menor. 

Sánchez ingresó el lunes al penal acusado de homicidio y pederastia, un delito con mala fama dentro de cualquier prisión. Según las autoridades, se encontraba en un área separada de la mayor parte de la población reclusa mientras esperaba su proceso por feminicidio. Tras su repentina muerte y después del escándalo mediático que ha producido el caso, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, ha pedido la renuncia del director de la prisión, Nezahualcóyotl Bordo —en el oriente del Estado de México— y del jefe de seguridad, además de ordenar la investigación a al menos 18 custodios que pudieron cometer alguna irregularidad esa noche. El penal de Neza Bordo se trata del más poblado del Estado de México. De hecho, está diseñado para 1,800 reos y conviven más de 3,700, según informa El Universal. 

El caso de Valeria, de 11 años, ha indignado a un país que mira al Estado de México, pegado a la capital, como un lugar desbordado por la inseguridad y los feminicidios. Donde millones de familias viven con el miedo a que a sus madres, hijas o hermanas les ocurra algo parecido a lo de Valeria.

En México han matado a casi 30,000 mujeres en 15 años, esto es, más de cinco al día, según las cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF). Y el Estado de México, con 15 millones de habitantes, que abraza desde el norte al Distrito Federal, ha sido señalada por el Instituto Nacional de Estadística como la entidad más letal de todas. En lo que va de año, las diferentes fiscalías municipales de la entidad han registrado hasta 1.153 casos de violaciones y otros delitos sexuales, más de tres al día. Todo ello, teniendo en cuenta que las propias autoridades reconocen que sólo el 10% de los delitos se denuncia, la cifra real con los casos en los que nadie dice nada podría resultar escalofriante.

En este contexto, lo que le sucedió a Valeria podría haber sido un número más en la cruel lista de feminicidios locales. Pero no ha sido así. "Era sólo una niña", se lamentan los vecinos. La forma en la que la víctima desapareció, la desesperación de una familia y un barrio unido para ayudarles a encontrarla, hizo que el dolor se extendiera a todo un país. Fueron ellos quienes hallaron su cadáver abandonado en la furgoneta donde una noche antes su padre la había subido para resguardarla de la lluvia. Cuando la localizaron, tenía signos de violencia, asfixia y abuso sexual.

Inmediatamente después de lo sucedido, las autoridades paralizaron a todas las camionetas que tomaban la misma ruta que aquella combi que manejaba Sánchez. Algo que le ha traído problemas a la familia: un grupo de chóferes amenazó con apedrear la casa de la madre de la niña por haberlos dejado sin trabajo, según ha denunciado el padre de Valeria, Sergio Gutiérrez.

El día que ocurrió todo Gutiérrez iba con la niña a su casa en bicicleta y para evitar que se mojara, según su testimonio, la subió a la camioneta de transporte público, que iba vacía. El padre seguía al vehículo en la bici, pero en un momento el chófer aceleró y desapareció. Cuando llegó a la parada la niña no estaba ahí. Tampoco había llegado a su casa. Hoy el conductor, principal sospechoso, ha aparecido muerto en el penal, donde compartía celda con otros tres internos.

Los padres denunciaron su desaparición desde el primer momento en que vieron cómo se llevaba a su hija. Pero no fue hasta las dos de la tarde del día siguiente cuando supieron algo de ella porque unos vecinos avisaron a la Policía de que habían encontrado su cadáver dentro de una camioneta. "Fue una muerte horrible y me siento impotente porque era mi niñita, mi bebé, y no estuve ahí, en ese momento, para poderla defender", lamentó la madre a la prensa mexicana, y sostuvo que la policía no les hizo caso cuando fueron a denunciar y que se negaron a buscarla calle por calle. "Me decían que fuera yo a hablar con sus amigos, con su novio", denunció la madre, y añadió: "Hay cámaras en cada esquina. ¿Por qué no me ayudaron, por qué?".

Sánchez, que llevaba manejando esa combi sólo ocho días, fue localizado más tarde y detenido. Ingresó en la cárcel de Nezahualcóyotl el lunes y, según confirman a este diario fuentes de la Fiscalía estatal, no se había registrado ningún altercado previo a su muerte con nadie de la prisión.

El acusado tenía antecedentes penales en la Ciudad de México, según informaron las autoridades, donde había estado recluido en una cárcel por el delito de abuso sexual. Estaba casado y tenía una hermana. Vivía en un municipio que colinda con Neza, Chimalhuacán, también en el Estado de México.

En 11 municipios del Estado de México existe el sistema de alerta de género, debido a la elevada incidencia de agresiones contra mujeres, entre ellos Nezahualcóyotl. El fin de semana en el que murió Valeria, cuatro mujeres más fueron asesinadas en distintas poblaciones de la misma entidad. Valeria ha resucitado los peores miedos de un Estado implacable con las mujeres, que desde hace años mantienen autoimpuesto un toque de queda cuando se oculta el sol. Ella iba con su padre. "Era sólo una niña".



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