Internacional - Población

El primer ministro luso exige explicaciones a las autoridades ante la oleada de críticas y el avance imparable del incendio

2017-06-20

La Guardia Nacional Republicana , instituto armado del país vecino, ha sido especialmente...

SEBASTIÃO PEREIRA / El Mundo


Las críticas a la gestión del primer ministro luso, António Costa, parecen crecer al mismo ritmo que el imparable incendio de Pedrógão Grande. Activo desde el pasado sábado, ha acabado con la vida de al menos 64 personas -de las cuales medio centenar perecieron calcinadas al encontrarse rodeadas por las llamas en la carretera nacional 236- y dejado más de 160 heridos, varios de los cuales se encuentran en estado grave.

Esta mañana el país ha iniciado su segundo día de luto oficial con editoriales en los principales periódicos lusos cuestionando la gestión del Gobierno en materia de prevención de incendios y poniendo en duda la actuación inicial de las autoridades.

La Guardia Nacional Republicana (GNR), instituto armado del país vecino, ha sido especialmente criticada al surgir testimonios de varios supervivientes que aseguran que gendarmes lusos les desviaron hacia la llamada "carretera de la muerte", asegurando que se encontraba libre cuando en realidad estaba en el centro de la deflagración. Otros muchos han descrito momentos de agonía, esperando que las autoridades les indicaran si debían refugiarse en sus casas o evacuar la zona. Para muchos, escoger entre una opción y otra supuso determinar si sobrevivían o perecían en el incendio.

Despacho urgente del primer ministro

Ante las críticas, el primer ministro Costa ha abandonado la posición serena que ha mantenido durante los últimos días, apelando a la unidad nacional y alabando la actuación de las autoridades policiales y civiles. Este mediodía el jefe del Gobierno ha enviado un despacho urgente con tres preguntas dirigidas a los máximos responsables de la Guardia Nacional Republicana (GNR), Protección Civil y el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA), exigiendo aclaraciones sobre lo sucedido.

Desde el domingo la Policía Judicial mantiene que el incendio fue provocado por una tormenta eléctrica, pero en su despacho urgente de hoy por primera vez Costa parece poner en duda esta tesis, o al menos la idea de que las condiciones meteorológicas existentes eran tales que la tragedia era inevitable. El primer ministro pregunta explícitamente si realmente se vivió una situación climatológica "infrecuente", intentando de esta manera averiguar si el desastre fue puramente natural, o si fallos en la respuesta provocaron las muertes de tantas personas.

El primer ministro también exige aclaraciones sobre los fallos de comunicación entre las distintas unidades que respondieron al incendio, haciendo eco de las quejas de Fernando Curto, presidente de la Asociación Nacional de Bomberos Profesionales, que ha denunciado el caos y la falta de coordinación no sólo durante las primeras horas del incendio, sino a lo largo de estos últimos días.

Finalmente, Costa dedica su última pregunta a las acusaciones de los supervivientes de la "carretera de la muerte", pidiendo explicaciones detalladas sobre las medidas de seguridad que se tomaron ese día por la zona y exigiendo saber si algunas personas fueron desviadas hacia la vía en cuestión.

Fin de una narrativa heroica

Las preguntas inevitablemente suscitadas por la muerte de tantas personas en lo que inicialmente fue descartado como "un incendio entre muchos otros" ha puesto fin a la narrativa heroica inicial defendida tanto por el primer ministro Costa, como también por el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.

La noche del sábado el jefe del Estado fue una de las primeras personalidades políticas que se desplazó al escenario del desastre, e incluso en esos momentos iniciales el presidente argumentó que "todo lo que se podía hacer, se hizo", insistiendo en la actuación ejemplar de las autoridades.

Aunque los líderes de la oposición siguen manteniendo un silencio discreto, deseando evitar que se les acuse de sacar un aprovechamiento político de la tragedia, las voces críticas se han multiplicado, y ya hay diputados de varios partidos que han expresado frustración con la aparente incompetencia con la que fueron ejecutadas las operaciones de rescate.

Desde la bancada del conservador Centro Democrático Social - Partido Popular (CDS-PP), el diputado Helder Amaral ha exigido una investigación formal de los hechos y ha ridiculizado al presidente de la República por "ofrecer darnos besitos donde tenemos la herida y decir que no hay nada que se pueda hacer".

"Esta tragedia no ha sido el resultado de la falta de medios, ni tampoco de condiciones nunca antes vistas. El viento, las temperaturas y la falta de humedad en este caso eran factores idénticos a los que fueron registrados en la zona el pasado agosto, y a los que se notaron en Caramulo, en el fatídico verano de 2013", declara el diputado a través de un mensaje en Facebook, haciendo referencia a uno de los peores incendios de la historia reciente del país. ¿Qué faltó en este caso? Prevención, prevención, prevención...", dice el político.

De momento los partidos de la izquierda -que actualmente mantienen el Ejecutivo minoritario de los socialistas a través de una alianza parlamentaria- no se han pronunciado oficialmente, pero muchos diputados del Bloque de Izquierda y Los Verdes critican al Gobierno en privado por haberse negado a aplicar las medidas serias que propusieron para prevenir incendios tras los desastres del año pasado, que costaron la vida a tres personas en la isla de Madeira.

Es de prever que cuando el incendio se encuentre controlado, la oleada de críticas que actualmente dominan la prensa del país vecino pasen a un escenario donde pueden hacer mayor daño al Gobierno de António Costa: el hemiciclo de la Asamblea de la República.



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