Internacional - Política

Los Republicanos, principal partido de la oposición en Francia, se escinde en dos grupos parlamentarios 

2017-06-21

El anuncio de la marcha de Bayrou y de su mano derecha y ministra de Asuntos Europeos, Marielle de...

Silvia Ayuso, El País

Emmanuel Macron se apresta a anunciar su nuevo gabinete este miércoles en plena descomposición de la escena política francesa, tanto dentro del Gobierno como desde la oposición. En el nuevo ejecutivo del presidente francés no habrá figuras clave de su ascenso al Elíseo como François Bayrou. Su hasta ahora ministro de Justicia ha dimitido, lastrado por una investigación a su partido centrista, MoDem, por supuestos empleos ficticios con dinero del Parlamento Europeo. Es el cuarto miembro de su primer gabinete de “irreprochables” que no estará en el próximo, debido a sospechas de irregularidades. La oposición, mientras tanto, también se diluye. El partido conservador Los Republicanos, principal fuerza de la oposición en la Asamblea Nacional, ha anunciado este martes su escisión parlamentaria en dos grupos, uno formado por los diputados que pretenden hacer una oposición firme al Gobierno de Macron y otra derecha “constructiva”, dispuesta a negociar y apoyar algunas de sus reformas.

El anuncio de la marcha de Bayrou y de su mano derecha y ministra de Asuntos Europeos, Marielle de Sarnez, se ha conocido a pocas horas de que el presidente anuncie la composición de su nuevo Gobierno. Aun así no ha sorprendido y, a pesar del trastorno que supone para el nuevo ejecutivo, ha causado más alivio que disgusto.

“Simplifica la situación, que era difícil”, reconoció el portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, nada más conocerse la decisión de los ministros de MoDem.

En tanto que ministro de Justicia Bayrou, líder de MoDem, fue el encargado de elaborar y defender públicamente la propuesta de ley de la “moralización de la vida pública", una norma dirigida, precisamente, a evitar el nepotismo y el conflicto de intereses entre los funcionarios. Tras las crecientes informaciones y la apertura de una investigación preliminar la semana pasada por la fiscalía de París por presuntas irregularidades en el pago de los sueldos de los asistentes de varios de sus eurodiputados, su situación era cada vez más insostenible. El diario Libération dedica su portada de hoy al “sistema Bayrou”, como denomina a la trama. “La regla es que cualquier ministro imputado debe renunciar al Gobierno”, recordó Castaner. Aunque ninguno de los dimitidos estaba aún en esa situación, la mera posibilidad de que pudiera producirse causaba una profunda inquietud en un gobierno formado tras una campaña electoral donde los casos de nepotismo y de conflictos de interés dañaron enormemente a candidatos como el conservador François Fillon, antaño favorito al Elíseo que ahora ocupa Macron.

“La marcha del Gobierno de François Bayrou y de los ministros implicados en causas judiciales era la única salida posible”, consideró Olivier Faure, expresidente del grupo parlamentario del Partido Socialista, puesto al que vuelve a aspirar. En juego estaba, subrayó, “la credibilidad del compromiso de probidad asumido por el presidente de la República y por el gobierno”.

Bayrou anunció su decisión de forma escueta a través de una declaración a la agencia France Presse: "Decidí no formar parte del próximo gobierno. Daré una conferencia de prensa esta tarde a las 17.00 (15.00 GMT)”, dijo. Poco después, se conocía que De Sarnez, la última ministra de MoDem en el gabinete que quedaba, y directamente afectada por la investigación de los eurodiputados, también abandonaba el Gobierno.

Su salida se suma a la renuncia el lunes de Richard Ferrand, mano derecha del presidente francés durante la campaña y lastrado por sospechas de nepotismo, y la de la ministra de Defensa Sylvie Goulard, ayer martes. Goulard, también dirigente del partido MoDem, quedó en entredicho por posibles irregularidades en el pago de los sueldos de sus asistentes cuando era eurodiputada. Su marcha ha sido el detonante de la decisión de Bayrou y De Sarnez.

Varios europarlamentarios de MoDem han sido señalados por presuntamente pagar a colaboradores del partido centrista en Francia con fondos del Parlamento Europeo destinados a los asistentes de los eurodiputados, algo que la formación ha negado de forma vehemente.

La marcha de Bayrou, Goulard y De Sarnez deja a MoDem sin miembros en el Gobierno de Macron, una situación que podría mantenerse en el nuevo ejecutivo que tiene que ser anunciado esta misma jornada. Así lo dio a entender el portavoz del Gobierno quien, en una entrevista en la emisora Europe 1, dijo que el nuevo gabinete contará con nombres “que vienen de horizontes diferentes”.

Aunque fue un aliado importante para ganar las elecciones, Macron ya no necesita a MoDem. Incluso en la Asamblea Nacional, su formación, La República en Marcha (LRM) cuenta de por sí solo con suficientes votos propios, 308, para garantizarse la mayoría absoluta que requerirá para implementar el programa de Macron.

La escisión de la derecha

Los Republicanos (LR), uno de los partidos que con más fuerza reclamó la dimisión de los ministros bajo sospecha, no ha podido sin embargo regocijarse de la situación. El propio partido conservador, carente de una figura dirigente clara desde la marcha de Fillon tras su debacle electoral, afronta una escisión. Aunque por ahora se limita a la escena parlamentaria, la decisión demuestra la profunda división existente en el seno de la formación de derechas, que ya ha perdido a figuras clave que se han pasado al Gobierno de Macron, como su primer ministro, Édouard Philippe, o el ministro de Economía, Bruno Le Maire.

El diputado de Los Republicanos Thierry Solère ha anunciado en rueda de prensa junto al diputado del partido aliado de centroderecha UDI Jean-Christophe Lagarde la formación de un grupo parlamentario “constructivo” e “independiente” reacio a una “oposición sistemática” a Macron, como propone la línea dura de LR. Este nuevo grupo, que contará entre 30 y 40 diputados, se ha manifestado dispuesto a “acompañar las reformas (de Macron) que vayan en el buen sentido y oponerse cuando haga falta. No tenemos vocación de bloquear las reformas”, explicó Solère, próximo al primer ministro Philippe.



yoselin

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