Internacional - Política

Donald Tusk abre la puerta a que el Brexit no tenga lugar

2017-06-22

Ahora le toca a Theresa May explicar a sus colegas qué ocurrió en las elecciones y...

PABLO R. SUANZES / El Mundo

"El Brexit y Donald Trump, protagonistas en la última cumbre europea del curso"

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se ven las caras hoy en Bruselas en el último Consejo Europeo del verano. Una cita peculiar, sin enormes expectativas pero con tantos flecos y tantos asuntos por resolver que es posible que depare más de una sorpresa. La primera de Emmanuel Macron que busca todavía ubicar a su partido en una familia política y que debe empezar a tejer una red de alianzas para sacar adelante las políticas para las que fue elegido.

La Cumbre, que durará dos días, tiene tres patas: Trump, Brexit, y el futuro de las dos agencias europeas que están en Londres y tendrán que ser reubicadas. A nivel de impacto, es obvio que el tema principal, el que monopoliza la atención, será de nuevo el Brexit. Las negociaciones oficiales arrancaron el lunes aquí, con la primera reunión entre el ministro británico para la salida de la UE, David Davis, y el negociador jefe comunitario, Michel Barnier. Un primer asalto que se decantó inequívocamente del lado de los 27, que marcarán el ritmo, el idioma, la localización y las fases de la negociación.

Ahora le toca a Theresa May explicar a sus colegas qué ocurrió en las elecciones y qué supone para el resto. "Esperamos que la primera ministra lo haga durante la cena de trabajo del jueves, pero no habrá debate. Todas las cuestiones del Brexit se tratarán sin Reino Unido, no hay debate a 28", explica una alta fuente del Consejo.

Sin embargo, el elefante en la habitación es el tema de los derechos de los trabajadores europeos que quedarán en la isla tras la ruptura. Desde Londres se ha dejado caer en las últimas fechas que May vendrá con una "oferta generosa" para romper el hielo y acercar posturas tras meses de tensiones. No hay sintonía con la premier, pero ambas partes están condenadas a entenderse si no quieren un resultado catastrófico para millones de personas.

"Éste es mi 80º Consejo Europeo, bien como primer ministro o como presidente del mismo, pero nunca antes había tenido un sentimiento tan fuerte de que las cosas van a ir en la buena dirección", señala Donald Tusk. "Nuestro optimismo debe ser extremadamente cauteloso, pero hay buenas razones para hablar de él".

En su mensaje, Tusk abre de forma sorprendente la puerta a que la salida británica no llegue a consumarse. "Las negociaciones empezaron hace tres días (...) se escuchan muchas predicciones sobre posible resultados: un Brexit duro, uno blando o que no haya acuerdo. Algunos amigos británicos me han preguntado incluso si el Brexit no podría revocarse y si me planteo un escenario en el que Reino Unido siga formando parte de la UE. Les digo que, de hecho, la UE se construyó sobre sueños que parecían imposibles de lograr. Así que, ¿quién sabe? Pueden decir que soy un soñador, pero no soy el único", concluye.

El segundo vector es Trump. Su nombre no está, no estará, pero su espíritu preside el encuentro. El borrador de conclusiones de la Cumbre (el papel que durante semanas preparan los embajadores de los 28 ante la UE) está cargado de veladas alusiones: una defensa del libre mercado y crítica del proteccionismo. Una contundente defensa del Acuerdo de País y de la lucha contra el cambio climático, con los países comprometiéndose a seguir hacia adelante. Y temas de cooperación en Defensa y Seguridad. Algo básico tras la última cumbre de la OTAN y especialmente sensible tras el atentado sin heridos del martes por la noche en la propia Bruselas. Y que se podría articular, entre otras cosas, presionando a las empresas tecnológicas para frenar la radicalización online y la publicación de contenido violento.

De hecho, el primer párrafo del documento que aprobarán empieza diciendo que el "Consejo Europeo se ha centrado en reforzar Europa y proteger a los ciudadanos a través de medidas para luchar contra el terrorismo y desarrollar una seguridad común", con una mención directa a la "protección de las fronteras exteriores".

La UE quiere avances y mensajes claros en los tres elementos, en todo lo que chirria en la Casa Blanca. Sin elevar el tono, sin acusaciones, pero tratando de cerrar filas. La Comisión presentó hace unas semanas una propuesta para un Fondo Europeo de Defensa y la UE quiere que se empiece a hablar de cooperación y de proyectos concretos.

El tercer elemento importante será la discusión sobre la futura sede de la Agencia Europea del Medicamento y la Autoridad Bancaria Europea. Es un tema delicado porque hay muchísimas candidaturas. En el último Consejo Europeo la Comisión Europea recibió el encargo de redactar una serie de criterios técnicos para designar las futuras localizaciones. Y lo ha hecho. El problema es que todos saben que la decisión será política, no técnica. Los criterios están bien, pero lo que importa será el peso de cada país y sus coaliciones.

España, Italia y Holanda están especialmente preocupadas, según indican fuentes diplomáticas. Barcelona, Ámsterdam, Viena, Copenhague, Dublín y Milán son las favoritas, aunque Bratislava podría ser "la gran tapada". Los gobiernos de Rajoy, Gentiloni o Rutte quieren que los criterios técnicos se impongan o tengan mucho peso. Buscar una fórmula para que la Comisión, en función de sus parámetros, acote a una terna. O que se haga a nivel de los ministros, si se quiere más perfil político. Pero es algo complicado porque hay muchos países que ponen trabas.

De la Cumbre no saldrá una respuesta clara, pero sí tendrían que definirse lo máximo posible los procedimientos y decidir cuándo se adoptará la decisión final, si en octubre, como se ha barajado, o posteriormente.



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