Internacional - Seguridad y Justicia

"¡Me están torturando! ¡Denuncien!": Leopoldo López

2017-06-25

La primera en llegar a las inmediaciones del recinto penitenciario es la diputada Delsa...

DANIEL LOZANO / El Mundo

Dirigentes de la Unidad Democrática se trasladan hasta la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, tras a dar a conocer Lilian Tintori, mujer de Leopoldo López, un vídeo en el que se escucha al preso político gritar desde su celda. "¡Lilian, me están torturando! ¡Denuncien, denuncien!", clamó al líder opositor, incomunicado desde hace 19 días y al que sus abogados no permiten ver desde hace 78.

La primera en llegar a las inmediaciones del recinto penitenciario es la diputada Delsa Solórzano, responsable de Derechos Humanos en el Parlamento, a la que se le ha impedido acercarse a la entrada. Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea, exigió al general Vladimir Padrino, ministro de Defensa, que demuestre el estado de salud del líder nacional de Voluntad Popular, su partido.

Pese a que, según informa EFE, el periódico Últimas Noticias habría difundido unas imágenes en su versión digital en las que López aparece recibiendo alimentos y la atención médica rutinaria, la incertidumbre en torno a su estado culminó una jornada en la que miles de venezolanos se lanzaron a las calles para mostrar su repudio tras el asesinato de David Vallenilla, de 22 años, que en unas semanas iba a recibir su título en Enfermería. Tres perdigonazos contra su corazón, a quemarropa y con total alevosía, le arrebataron la vida. Las protestas continuarán hoy sábado con una concentración frente a la base aérea de La Carlota.

Una ola de repulsa recorrió un país conmovido por el "fusilamiento" del joven, como denunciaron organismos de derechos humanos, en el primer asesinato atribuido a un sargento de La Carlota, y no a un guardia nacional (también militar), como se creyó en un principio. "Asesinatos de manifestantes son sistemáticos. Son crímenes de lesa humanidad", recordó a oficiales y soldados Alfredo Romero, director de la ong Foro Penal Venezolano, quien defiende a buena parte de los más de 3,000 detenidos durante las protestas.

"Hay una dictadura que diseña sistemáticamente cómo matar a su pueblo", denunció también Luis Almagro, secretario general de la OEA.

El Observatorio de la Conflictividad Social confirmó protestas en al menos 18 de los 23 estados del país y la Unidad Democrática contabilizó más de un centenar de bloqueos de calles. "Lograda la tranca nacional en todos los estados y en toda Caracas", resumió Guevara. "Si los dictadores siguen, tocará trancar días y no horas", añadió el diputado Juan Requesens.

Maduro dedicó buena parte de su día a defender la actuación de sus militares. Ya en la comparecencia del jueves en el Palacio de Miraflores, el "hijo de Chávez" aseguró que la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana "han hecho un esfuerzo heroico, sin armas de fuego, sin escopetas de perdigón, (que) están prohibidas. Con agua y gasesito lacrimógeno solamente, es heroico y eso debería resaltarse".

Un día más tarde, durante la toma de posesión de la nueva cúpula militar, el primer mandatario se desató en elogios, pese a las imágenes que daban la vuelta al mundo: "Tenemos unas fuerzas armadas bolivarianas ejemplares para el mundo entero... Debemos continuar para acabar victoriosos en cualquier escenario". Para el líder bolivariano, empeñado en llevar adelante el proceso constituyente para atornillarse en el poder, la base militar de La Carlota fue atacada por grupos terroristas.

El "gasesito" de Maduro o "gas del bueno", como lo bautizó Chávez si se empleaba contra los estudiantes que le repudiaban, volvió a aparecer en las inmediaciones de la base, precisamente en el lugar donde cayó malherido Vallenilla. Extrañamente, una vez más, varios encapuchados lograron quemar tres camiones y tumbar las verjas metálicas que el jueves separaban al joven enfermero de su asesino.

Solo más tarde llegaron las bombas lacrimógenas y los chorros de agua a presión. "Cuando se quema un camión nunca hay Policía Nacional o Guardia Nacional Bolivariana, es el mismo gobierno. ¡Basta que unas personas quieran concentrarse y aparecen cientos de esbirros!", protestó el gobernador Henrique Capriles en sus redes sociales.

La Unidad Democrática tenía nuevos motivos para quejarse, además de los habituales durante los casi tres meses de protestas. Nicolás Maduro había avanzado, durante su rueda de prensa internacional del jueves, que la oposición había estado reunida "en cónclave secreto para llamar a la insurrección".

Ni secreta ni conspiratoria y sí una de las muchas que se suceden en tiempos tan revueltos. Nada más terminar el acto de Maduro y una vez acabado también el encuentro de los opositores, 50 agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), armados hasta los dientes, irrumpieron en la casa señalada por el "hijo de Chávez" para llevarse detenidos a Roberto Picón, representante opositor ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), y a Arístides Moreno, exfuncionario de Carlos Andrés Pérez y dueño de la vivienda. Dos dirigentes de segunda fila, muy conocido el primero por ser un de los grandes técnicos en materia electoral.



JMRS