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¿Cuál es la situación y el destino del califato en Siria e Irak?

2017-07-10

Hace tres años, las huestes del autodenominado Estado Islámico se creían...

FRANCISCO CARRIÓN / El Mundo

Hace tres años, las huestes del autodenominado Estado Islámico se creían invencibles. Por aquel entonces se hallaban en pleno apogeo. Al calor de la guerra civil siria, la organización había cosechado un rápido avance que volvió a alentar la insurgencia en la vecina Irak, apenas unos años después de flirtear con su desaparición. El califato proclamado en el verano de 2014 fue una espectacular demostración de músculo. El grupo creó una suerte de Estado con instituciones y un detallado y próspero organigrama que llevó hasta sus confines a miles de combatientes extranjeros. Hasta diez millones de almas padecieron su yugo. Ahora, las distintas ofensivas militares lanzadas a ambos lados de la frontera los han colocado contra las cuerdas. Aún así, el IS sigue siendo letal y su estrategia amenaza con continuar saboteando el futuro de ambos países.

¿Cuál es la situación del IS en Siria?

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza integrada por kurdos y árabes y apoyada por EU, lanzaron el pasado noviembre la ofensiva sobre Raqqa, hasta ahora la capital "de facto" de su califato. El pasado 6 de junio la coalición irrumpió en la ciudad siria y desde entonces ha ido estrechando el cerco sobre los militantes del grupo. El pasado martes atravesaron la muralla que separa el casco antiguo del resto de la urbe. El IS mantiene en la ciudad a unos 2,500 combatientes mezclados entre decenas de miles de civiles y parapetados en una red de túneles y artefactos explosivos improvisados similar a la de Mosul. No obstante, los principales dirigentes de la cúpula han huido de Raqqa hallando refugio en otras plazas del IS en el valle del Eufrates.

¿Cuál es su cuartel general en Siria?

Durante la pasada primavera, la organización comenzó a trasladar su cuartel general a Mayadin, una villa a unos 44 kilómetros al sureste de Deir Ezzor, una ciudad en manos gubernamentales asediada por el IS, y próxima a cotizados yacimientos de petróleo. Mayadin, blanco de los ataques aéreos de la coalición internacional, fue golpeada a mediados de junio por misiles iraníes. A pesar de haber perdido la ciudad de Palmira a manos de los ejércitos sirio y ruso, la organización se mantiene fuerte en el desierto sirio y en poblaciones como Abu Kamal, en la frontera con Irak.

Tras la derrota en Mosul, ¿qué zonas de Irak quedan en manos del IS?

Perdido su núcleo urbano, el control del IS se repliega a zonas desérticas y rurales, bastiones históricos de la organización. En suelo iraquí, unas 150,000 personas continúan bajo su terror en Hawija, Tal Afar y áreas de la vasta provincia occidental de Al Anbar que resisten a la campaña militar que liberó las ciudades de Ramadi y Faluya. Precisamente, Tal Afar -asediada por las fuerzas de seguridad y las milicias chiíes- se ha convertido en la nueva sede de operaciones del IS en Irak. El grupo ha trasladado todas sus divisiones a esta ciudad, emplazada a unos 55 kilómetros al oeste de Mosul. Fuentes del grupo han desvelado, además, que el pueblo ha perdido a todos los líderes iraquíes y se halla gobernado por militantes de otros países árabes y extranjeros. 

¿Cuál es el destino del IS?

Las derrotas militares dibujan progresivamente un califato aislado en pequeños y sitiados reinos de taifas pero su ideología está lejos de sucumbir. El IS ha contagiado a toda una generación de jóvenes yihadistas alrededor del planeta perfeccionando varios lustros de yihad global y haciendo sombra a la todopoderosa Al Qaeda fundada por Osama Bin Laden. Uno de los riesgos está encarnado en las decenas de miles de combatientes extranjeros que emigraron al califato. La incógnita que aterra las agencias de inteligencia es determinar la porción que ha regresado a sus lugares de origen y sorteado su vigilancia. En Siria e Irak, el IS se reconciliará con la insurgencia dificultando la estabilización de las ciudades liberadas mientras que, extramuros del agonizante califato, continuará inspirando atentados, tal y como lo ha hecho hasta ahora. Las huellas de su presencia golpearán suelo europeo o aquellos países donde están ubicadas sus sucursales más activas como Libia, Egipto, Afganistán, Filipinas o Yemen.



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