Migración
Crece el drama de los deportados
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 10 JUL - El gobierno mexicano mantiene en el abandono a los connacionales deportados de Estados Unidos, reveló una encuesta realizada entre personas que fueron repatriadas, tanto bajo la era del presidente Donald Trump como de su antecesor, Barack Obama.
El investigador Rodolfo García, coordinador de un libro que recoge un estudio basado en entrevistas a 1,800 migrantes retornados, señala que se encuentran a la deriva y sin una esperanza clara sobre el futuro.
Los migrantes interrogados pertenecen a los estados tradicionales expulsores de "mano de obra barata" a Estados Unidos, que abarca desde el sureste hasta el centro de México (Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Puebla y Chiapas), que coincide con la zona más empobrecida del país.
"El retorno de los mirantes mexicanos de Estados Unidos", es el título del libro de García, presentado hace unos días, en el cual se explica que el fenómeno del retorno creció a partir de la crisis económica en Estados Unidos y las políticas de mayor vigilancia en la frontera y de expulsión.
Actualmente, la cifra de deportados que llevaban muchos años viviendo y trabajando en Estados Unidos "ha crecido mucho", pero en ningún estado del país como tampoco en el gobierno federal se han adoptado políticas para brindarles atención y respaldarlos, por lo que enfrentan un incierto futuro.
"Los repatriados no son recibidos con acciones concretas que les ayuden a reintegrarse de mejor manera al país", afirmó el investigador, quien señaló que urgen "políticas sólidas y eficaces para los mexicanos que retornan, sean deportados o de forma voluntaria".
Mientras los migrantes mexicanos envían a su país 26,000 millones de dólares de remesas, la asignación gubernamental para su atención en el extranjero apenas llega a los 300 millones de dólares.
El Programa Especial de Migración aprobado por el gobierno del presidente Enrique Peña en 2015 sólo tuvo una asignación de 52 millones de pesos (unos 2,7 millones de dólares).
El drama que enfrentan los deportados va desde "la separación familiar hasta el de la integración" pues "el mexicano al que regresan ha cambiado cualitativamente", afirmó el investigador.
Algunos testimonios documentan el verdadero "via crucis" que enfrentan los deportados, principalmente bajo la política migratoria de Trump, que se ha endurecido a tal grado que los migrantes, de la noche a la mañana, son sacados de su "zona de confort" para vivir una especie de infierno.
El diario La Razón señaló que hay un grupo de 350 migrantes mexicanos deportados que llevan una vida de parias en los alrededores de Tijuana, limítrofe con San Diego.
"Cuando cae la noche se refugian en los túneles del canal del Río Tijuana, debajo de puentes o en improvisadas casas. Durante el día caminan a la deriva o limpian automóviles para conseguir dinero", escribió.
El matutino indicó que los migrantes "siempre andan huyendo del acoso de la policía local que, al igual que las autoridades estadounidenses, los detienen por no tener papeles o credencial de elector", que es el carné de identidad válido en México.
Algunas organizaciones de la sociedad civil, grupos filantrópicos o la propia Iglesia Católica han creado refugios para ayudarlos a alimentarse o asearse y pasar este "trago amargo" mientras logran rehacer su vida.
Está el caso del llamado "comedor del Padre Chava", al norte de Tijuana, que ofrece de jueves a martes 900 desayunos diarios gratuitos para inmigrantes y deportados.
El párroco católico Luiz Kendzierski, director de la Casa del Migrante en Tijuana, considera que "en estas condiciones, un migrante deportado se vuelve un indigente a los tres días".
Otros indocumentados que no alcanzan a comer o refugiarse suelen acudir a los canales de aguas negras del río Tijuana, a pocos metros de la Puerta México, uno de los principales puentes fronterizos, en busca de un poco de calor alrededor de una fogata. (ANSA).
yoselin
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