Internacional - Política

Trump y Putin mantuvieron en el G-20 en segunda reunión de la que no informaron 

2017-07-18

Lo que se dijeron quedó en el misterio. La Casa Blanca no ha informado de la...

Jan Martínez Ahrens, El País

Faltaba la guinda. La polémica relación entre Donald Trump y Vladímir Putin tuvo un capítulo oculto a los ojos del mundo. En la cumbre del G-20 celebrada en Hamburgo, ambos presidentes mantuvieron una reunión que hasta ahora no había trascendido. Fue durante un cena de líderes el 7 de julio, horas después de su primera reunión bilateral.

El segundo encuentro surgió de forma aparentemente casual. Durante el convite nocturno, Trump tenía como compañero de mesa al primer ministro japonés, Shinzo Abe. Transcurrida una hora, le dejó y, según The Washington Post, se fue a sentar junto a Putin. Entre ambos sólo permaneció el intérprete del líder ruso.

Lo que se dijeron quedó en el misterio. La Casa Blanca no ha informado de la conversación y solo ha trascendido después de que la hiciera pública el presidente del think tank Eurasia Grup, Ian Bremmer. Este falta de transparencia está destinada a atizar la polémica

La relación entre Trump y Putin viene ensombrecida por la interferencia electoral del Kremlin. Durante la campaña, los servicios secretos rusos lanzaron una operación de desprestigio contra la candidata demócrata Hillary Clinton. El ataque, que incluyó el saqueo de los ordenadores del Partido Demócrata, fue contestado por la Administración de Barack Obama con fuertes sanciones y la apertura de una investigación del FBI. Las pesquisas han derivado en uno de los mayores escándalos del siglo en Washington y ahora están bajo el mando de un fiscal especial, el legendario Robert Mueller, quien durante 13 años dirigió el FBI.

En este horizonte, cualquier contacto entre ambos presidentes es mirado con lupa. Así ocurrió con la reunión oficial que celebraron ese viernes por la mañana. Con una duración prevista de 35 minutos, se alargó más de dos horas. En ella estuvieron presentes el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov. Durante el encuentro se acordó un alto el fuego parcial en Siria y se trató, según la Casa Blanca, la implicación del Kremlin en la trama rusa. “Le pregunté a Putin dos veces si había interferido y las dos veces me dijo que no categóricamente. ¿Qué voy a hacer? ¿Acabar a puñetazos con él?”, contaría después en el avión presidencial a los periodistas. De esta segunda charla, que duró al menos una hora, nada dijo.

La reunión de la noche ha permanecido inexplicamente en la sombra. Los motivos de esta opacidad no han sido explicados por la Casa Blanca y las críticas no se han hecho esperar. Para muchos, confirma que entre Trump y Putin se ha establecdo un nexo excepcional que el presidente quiere conservar pese a las críticas que suscita. Trump nunca ha escondido la fascinación que siente por Putin. Le considera un “valor seguro”, le ha antepuesto en público al “débil” Barack Obama y le ha defendido de las acusaciones de asesinato a opositores. “¿Te crees que nuestro país es tan inocente?”, llegó a contestar en una entrevista televisada. Ahora ha trascendido que ha mantenido una reunión de la que no informó a sus ciudadanos.



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