Internacional - Política

Nuevo y grave tropiezo en las relaciones entre Turquía y Estados Unidos

2017-07-21

El 18 de julio ese servicio noticioso internacional, controlado por el Gobierno turco,...

 

La Habana (PL) Las tensas relaciones entre Ankara y Washington sufrieron un duro golpe tras revelar la agencia semiestatal turca Anadolu, la ubicación de las bases secretas de Estados Unidos en el norte de Siria.

El 18 de julio ese servicio noticioso internacional, controlado por el Gobierno turco, publicó un extenso informe en el que mostraba la localización exacta de diez bases militares, establecidas en los cantones kurdos del país árabe que se encuentran bajo control del Partido de la Unión Democrática (PYD) y sus milicias las Unidades de Protección Popular (YPG).

El documento ofrecía mapas, detalles sobre su creación, funciones e, incluso, el número de tropas desplegadas en cada una de ellas y su equipamiento, prestando atención al hecho de que junto a los soldados extranjeros, estadounidenses y franceses, había también oficiales de planificación y asesores que trabajan en coordinación con las YPG para combatir al denominado Estado Islámico (EI).

La información, publicada en turco y en inglés, fue reproducida un día después por el medio estadounidense The Daily Beast y desató las iras del Pentágono al revelar detalles básicos para la campaña que se está llevando a cabo contra la localidad siria de Raqqa, la última gran ciudad en manos de los yihadistas tras la caída de Mosul en Iraq.

Según los portavoces de la Operación Inherent Resolve, la coalición internacional organizada contra el EI, 'la difusión de números específicos de tropas y localizaciones proporcionaría información táctica sensible al enemigo, lo que podría poner en peligro vidas de la Coalición y de sus fuerzas aliadas'.

A su vez el portavoz del Pentágono, Eric Pahon, aseguró que la divulgación de una información tan sensible no solo 'expone a las fuerzas de la coalición a riesgos innecesarios', sino que además 'tiene el potencial de interrumpir las operaciones en curso para derrotar al Estado Islámico'.

El vocero del estamento militar culpó veladamente al Gobierno de Turquía de ser responsable de la filtración al mostrar su preocupación por el hecho de que 'funcionarios de un aliado de la OTAN pusieran intencionalmente en peligro a nuestras fuerzas mediante la divulgación de información sensible'.

El 20 de julio el portavoz del presidente de Turquía, Ibrahim Kalin, aseguró que la información sobre las bases norteamericanas publicado por Anadolu fue realizado íntegramente por los periodistas sin que Ankara les facilitara ningún dato, aseverando que 'nunca pondrían en peligro las vidas de cualquiera de las tropas de nuestros aliados'.

A pesar del desmentido algunos medios dan por segura la participación del ejército turco en la elaboración del documento, así The Daily Beast aseguró que la precisión del mapa solo pudo ser alcanzada por la confirmación de altos funcionarios de seguridad turcos.

En la misma línea expertos en geolocalización contactados por Al-Monitor dijeron que los datos presentados por Anadolu podrían proceder de los drones de vigilancia militar que Turquía utiliza en el norte de Siria o a través de imágenes de satélite, no necesariamente de la información que Washington comparte con Ankara.

Lo que parece claro para muchos analistas es que la publicación del informe es una advertencia por parte de Turquía, ante el hecho de que Washington arma y protege a las milicias kurdas y las presenta como su aliado sobre el terreno, a pesar de las protestas de Ankara que las considera un grupo terrorista y la mayor amenaza en estos momentos para su seguridad nacional.

La intromisión turca en el conflicto sirio parece haber mudado del interés por derrocar al presidente Bashar Al-Assad, a terminar con la presencia de los combatientes kurdos establecidos a lo largo de la frontera con Turquía, primero con la operación Escudo del Éufrates para evitar que se unieran los cantones de Afrín y Kobane, y ahora con los preparativos de una nueva campaña contra el primero, que considera el más débil de ellos.

En las últimas semanas el ejército turco utilizó su artillería contra las fuerzas de las YPG en Afrín, al noroeste de Siria, donde no hay tropas estadounidenses, hostigándolas con el fin de que respondan de alguna manera que pueda justificar una operación transfronteriza.

También lo intentó en abril al bombardear objetivos de las YPG en Derik, al noreste, aunque en esa ocasión avisó con una hora de antelación a Washington para que garantizara la seguridad de sus fuerzas especiales, establecidas a pocos kilómetros de la zona que iba a ser atacada.

Turquía además negó a Estados Unidos el paso desde su territorio de cualquier tipo de ayuda humanitaria destinada a las zonas bajo control kurdo, a pesar de la existencia de 200 mil desplazados, árabes suníes, en los alrededores de Raqqa desde que comenzó la ofensiva contra el EI.

El nuevo enfrentamiento entre ambos gobiernos, bajo la apariencia de una información periodística realizada sobre el terreno, solo viene a corroborar que las intenciones de Ankara de intervenir en el tablero sirio no se limita a su participación en las conversaciones de Astaná para poner fin a una guerra civil que ya dura seis años.



yoselin
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