Reportajes

Lula da Silva, héroe para el pueblo y villano para la Justicia 

2017-07-24

Siete días después de que se diera a conocer la condena en primera instancia a nueve...

AGNESE MARRA / El Mundo

Hace cuatro años que la Avenida Paulista, la arteria principal de la capital financiera del país, recibe manifestaciones casi todos los meses. Primero fueron las de junio de 2013 -una especie de 15M frustrado- después las de a favor y en contra del impeachment de Dilma Rousseff, y esta semana comenzó una nueva modalidad: la de los defensores de Lula da Silva.

Siete días después de que se diera a conocer la condena en primera instancia a nueve años y seis meses de prisión para el ex presidente Lula, tanto el Partido de los Trabajadores (PT) como movimientos sociales afines sacaron toda su artillería para demostrar que el ex metalúrgico puede ser perseguido por la justicia pero mantiene el apoyo incondicional del pueblo.

Además de las 30,000 personas que salieron en Sao Paulo para pedir la vuelta del ex presidente y "elecciones directas ya", cada encuesta que se publica pone al sindicalista de San Bernardo como claro favorito para octubre de 2018. Sin embargo, una condena en segunda instancia le sacaría de la carrera presidencial y desde el PT repiten una idea como un mantra: "Las elecciones sin Lula serían un fraude porque le han condenado sin pruebas", le dice a El Mundo el ex ministro de Sanidad, Alexandre Padilha.

El juez Sérgio Moro acusa a Lula de haber recibido un apartamento en la playa de la constructora OAS a cambio de que la empresa firmara tres contratos con la estatal Petrobrás. Diversos juristas definieron la sentencia como "frágil" por falta de pruebas que indiquen que el ex presidente fuera el dueño del inmueble: "No está su nombre en las escrituras y para hacer una sentencia por corrupción pasiva y lavado de dinero se necesitan datos concretos", señalaba el jurista Antonio Carlos da Ponte, de la Universidad Católica de Sao Paulo (PUC). Según Celso Antonio Bandeira de Mello "de Moro se esperaba una condena y no una sentencia", dice este abogado, al que le "sorprende que la decisión del magistrado se base en la confesión de un reo a través de una delación premiada", en referencia a Leo Pinheiro, el ejecutivo de la constructora OAS que desde prisión aseguró que Lula era dueño del inmueble.

Para echar más leña al fuego el juez Moro decretó el pasado martes el bloqueo de 250,000 euros de las cuentas del ex presidente, además de tres apartamentos y dos coches. Pero por cada golpe que el magistrado da, Lula da Silva dice que se levanta más fuerte de un proceso judicial que desde hace meses se parece más a una pelea de boxeo: "Estoy más fuerte que nunca, Brasil tiene que conseguir volver a ser un país democrático", le dijo a El Mundo el ex presidente Lula, minutos antes de dar un discurso ante treinta mil seguidores.

Presidente del pueblo

Desde el autobús del PT las pancartas de Lula inocente, Lula presidente se destacaban. Los gritos de emoción de los jóvenes con las camisetas con la cara del ex mandatario recordaban más a un concierto de los Rolling Stones que a un acto político. Abajo estaba Marcelo Paulo (47 años), había tardado dos horas hasta llegar al centro de la ciudad para defender la vuelta de Lula: "Temer es un presidente ilegítimo que quiere acabar con la clase trabajadora", decía este profesor de la zona este de Sao Paulo. Jacqueline Moraes (27) llegaba desde Recife -nordeste del país- con otras cinco amigas porque está convencida que el ex mandatario es inocente: "No hay pruebas contra él y aunque las hubiera es el único que puede sacar adelante este país y que se preocupa por el pueblo".

Las periferias de la mayor urbe de América Latina se concentraron no solo para escuchar a Lula sino para ovacionarle. El ex mandatario tenía al público en el bolsillo: "Lo importante no es mi condena sino el retroceso de derechos que sufre este país", refiriéndose a la dura reforma laboral aprobada hace diez días. Recordó sus orígenes y le dedicó sus palabras a los grupos de exclusión como los negros, los indios, las mujeres, los LGTB. Pero sobre todo insistió en la idea de convocar elecciones directas y en su retorno a la presidencia: "Este país solo va a volver a crecer cuando se incluya en el presupuesto a los pobres y se deje de gobernar para media docena de ricos", gritaba a unas masas emocionadas que levantaban sus móviles para grabar cada palabra del ídolo.

La actual presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, fiel escudera del ex mandatario, le dijo a este periódico que Brasil vivía "un tiempo de resistencia" por eso la necesidad de aumentar las manifestaciones y el apoyo internacional: "Lula tiene que ser el candidato de 2018, no es una cuestión personal, peleamos porque este país vuelva a respetar la soberanía nacional". Pero al que fuera -y para muchos es- el presidente más querido del país, se le acumulan otros cuatro procesos judiciales. Su próxima cita con el juez Moro será el 13 de septiembre. Las manifestaciones en la Avenida Paulista para apoyarle también continuarán.



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