Internacional - Política

Los militares reprimen las marchas en Caracas en apoyo a los nuevos jueces del Supremo 

2017-07-24

Los 13 jueces titulares y 20 suplentes juramentados el viernes ya están en medio del ojo del...

DANIEL LOZANO / El Mundo

Represión fulminante. La Guardia Nacional Bolivariana ha castigado este sábado las marchas opositoras en Caracas a los pocos minutos de iniciarse, para dejar claro desde el primer momento que nadie iba a acercarse al búnker del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sin su permiso.

La sede del alto tribunal amaneció militarizada y fortificada para repetir el mismo guión escrito desde hace tres meses y medio. En esta ocasión, las manifestaciones han sido convocadas en apoyo de los magistrados elegidos por el Parlamento para hacer sombra al TSJ del oficialismo.

Los 13 jueces titulares y 20 suplentes juramentados el viernes ya están en medio del ojo del huracán bolivariano, al haberse convertido en la corte de justicia paralela puesta en marcha por el poder legislativo. Algunos de ellos son seguidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin). "Estamos en las calles respaldando a los nuevos magistrados, que tienen el compromiso de liberar el sistema judicial de Venezuela", ha subrayado el diputado Luis Florido.

En esas calles se ha reproducido el juego violento del gato bolivariano y el ratón opositor, el mismo desde que hace 113 días comenzara la ola de protestas antigubernamentales, pero en el cuarto día de la "hora cero" decretada por la Unidad Democrática para obstaculizar el proceso constituyente impuesto por Nicolás Maduro para atornillarse en el poder.

Los militares atacaron a los manifestantes en andanadas, avanzando en batallones motorizados, bombardeando con gases lacrimógenos y disparando perdigones. Uno de los primeros heridos fue el famoso violinista Wuilly Arteaga, que en pocos días ha pasado de tocar para Marc Anthony en EU a ser atendido por la Cruz Verde tras ser alcanzado en la cara.

El reportero gráfico Daniel Blanco también resulto herido en la cabeza cuando los guardias la emprendieron a perdigón limpio contra los fotógrafos, disparando directamente contra ellos. "La Guardia Nacional agrede a los equipos de prensa que cubren enfrentamiento entre manifestantes y funcionarios", denunció el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa.
   
En Barquisimeto, en el centro del país, el fotógrafo Luis Díaz Key fue atacado, golpeado brutalmente y robado por varios guardias nacionales. Está ingresado en un hospital con dos costillas rotas.
 
La embestida militar dio paso a los habituales enfrentamientos en varios puntos de la ciudad, entre los llamados escuderos de la libertad y las fuerzas represoras. Varios cientos de manifestantes también caminaban de un lado a otro. Algunas de las pancartas que portaban recordaban al mundo que "el pueblo ya votó y rechazó esta Constituyente", en relación a los más de siete millones de papeletas depositadas en las urnas de la consulta popular el pasado domingo.

Los nuevos jueces, verdaderos protagonistas del día, continuaron sus reuniones, en unas primeras horas de ritmo frenético. Un bautismo de fuego nunca antes visto para unos juristas amenazados con convertirse en presos políticos de la revolución, tras las advertencias lanzadas por los mismos magistrados que pretende sustituir desde el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) madurista.

Los nuevos jueces, candidatos a Ramo Verde

Todos ellos son candidatos a ingresar en la cárcel militar de Ramo Verde, ya sea por "usurpación, traición a la patria y delito de flagrancia", como dice el TSJ oficialista, o a través de una "operación tun-tun", tal y como el radical Diosdado Cabello ha bautizado los operativos ilegales de las fuerzas policiales contra manifestantes u opositores. Tan oscuro es su panorama que la Asamblea solicitará protección internacional para ellos. "No tengo miedo de ir presa, más miedo me da que esta dictadura se termine de instalar", avisó Elenis Rodríguez, nueva magistrada y una respetada luchadora por los derechos humanos.

Lo primero que destaca de estos jueces es precisamente su perfil profesional e intelectual, en las antípodas de los magistrados actuales de la revolución. Maikel Moreno llegó a la presidencia del TSJ pese a dos sentencias por homicidio, pese a haber ejercido como abogado defensor de los famosos pistoleros de Puente Llaguno, chavistas radicales que la emprendieron a tiros contra la marcha opositora del 11 de abril de 2002, y más allá de sus devaneos con la "beautiful people" del chavismo. Varios de sus compañeros comparten militancia revolucionaria y participación en distintas administraciones chavistas.

La prensa local ha cuantificado los currículums de unos y de otras, con diferencias siderales. Los nuevos magistrados suman 28 doctorados, 68 especializaciones, 384 años de docencia universitaria, 73 libros publicados y 5,000 horas de juicio.

La designación de los 13 magistrados titulares y 20 suplentes ha cumplido a rajatabla los trámites que marcan la Carta Magna y la ley, según el Parlamento. Esta vez sí y no como en 2015, cuando la Asamblea dirigida por Cabello trituró las normas para elegir a los magistrados exprés llamados a asfixiar al nuevo Parlamento emanado de las urnas.

El nombramiento de estos jueces sin tribunal, de momento, forma parte de la "escalada final" emprendida por la oposición. El "exitoso" paro cívico nacional del jueves y el acuerdo de gobernabilidad de la Unidad Democrática también conforman parte de la llamada "hora cero".

"La semana entrante será muy importante, no permitiremos que más de 100 caídos queden en el olvido", reseñó el diputado Carlos Paparoni, varias veces herido durante los 113 días, que ya suman 103 muertes violentas. "No tenemos miedo y vamos a seguir en las calles", sentenció Lilian Tintori, activista y mujer del preso político Leopoldo López.



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