Internacional - Política

La oposición venezolana se parapeta contra la "ambición dictatorial" de Nicolás Maduro

2017-07-31

Unas "elecciones viciadas" han proporcionado así a Maduro la herramienta ideal...

DANIEL LOZANODIEGO SANTANDER / El Mundo

Nicolás Maduro reapareció en la noche de su gran "triunfo", en su versión más arrogante y radical, como si de verdad creyera que sus candidatos habían obtenido tantos votos como Hugo Chávez en 2012. Como si al pueblo de Venezuela se le hubiera olvidado, por arte de magia bolivariana, que sufre la peor crisis económica, social y política de su Historia.

"En Venezuela tenemos un líder, no necesitamos emperadores", clamó el primer mandatario ante un público escaso formado por unos pocos incondicionales, nada que ver con las multitudinarias celebraciones de otras ocasiones.

Todo lo contrario piensa Luisa Ortega, fiscal general de la República, quien ayer desconoció el "presunto resultado de la inmoral" Constituyente y alertó al país: "Estamos ante una ambición dictatorial".

Casi en paralelo, Estados Unidos anunciaba sanciones jurídicas y financieras al presidente de Venezuela por la "ruptura del orden constitucional" que representa la Asamblea Constituyente, y aseguraba que esa elección confirma que "es un dictador que ignora la voluntad del pueblo".

"Las elecciones ilegítimas de ayer (domingo) confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo venezolano", indicó el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, al anunciar que todos los activos del mandatario "sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos están congelados".

Unas "elecciones viciadas" han proporcionado así a Maduro la herramienta ideal para ejercer plenos poderes y sacarse de encima a sus enemigos. Poco importa los indicios de fraude que rodean a los oficiales ocho millones de votos. Tampoco parece importar el baño de sangre derramado en varios estados del país, olvidados por un oficialismo que airea la bandera de la paz y que asegura que no hubo una sola víctima mortal.

La propaganda puede manipular con sus cortinas de humo, pero no puede resucitar a los caídos, como Daniela Machado, de 15 años. La chiquilla murió en San Cristóbal, cerca de la frontera, tras recibir un balazo de paramilitares encapuchados, según la prensa local.

La Fiscalía contabilizó 10 asesinatos solo en la jornada, que la oposición amplía a 16 sumando los del sábado en la tarde y noche. El total oficial llega así a 121 fallecidos, uno por día desde que estallara la ola de protestas contra Maduro, y casi 2,000 lesionados. El Foro Penal añade 5,000 detenidos y más de 500 presos políticos. Unas cifras escalofriantes en un país donde "se acabaron las elecciones, donde se acabó la separación de poderes, la libertad de expresión y manifestación", denunció Ortega.

Unas pistas de lo que viene en cuanto se instale en las próximas horas la Constituyente las dio Maduro en su discurso de la madrugada de ayer. "Se acabó el sabotaje de la Asamblea Nacional, hay que poner orden", ordenó el mandatario, quien también "firmó" la sentencia revolucionaria contra la fiscal.

Las amenazas presidenciales provocaron que los diputados se parapetasen ayer desde temprano en el Palacio Legislativo, amenazado también por Diosdado Cabello. Un espeso cordón de la Guardia Nacional rodeó el edificio para limitar el paso de periodistas y trabajadores, mientras radicales chavistas amenazaban, insultaban, incluso golpeaban, a los reporteros ante la mirada complaciente de los militares. Más que protección, aquello parecía un cerco.

"El Parlamento dará la pelea y hará frente al fraude Constituyente", anunció su presidente Julio Borges, desde dentro de la Asamblea. "Los venezolanos sabemos que esos son 8 millones de fantasmas", añadió.

Fantasmas que obraron el milagro revolucionario tantas veces implorado por Maduro: 8.089.320 de votos para un 41,53% de la población censada, cuando las encuestas aseguraban que entre el 70% y 80% del país deploraba esta iniciativa que pretende atornillar en el poder al primer mandatario.

La cuestión es que nadie puede verificar si esos sorprendentes ocho millones son realidad. Los comicios, amañados desde sus bases electorales, estuvieron rodeados de irregularidades que permitían el voto múltiple. Ni siquiera los periodistas podían trabajar dentro de los colegios electorales.

Unos resultados desconocidos por un ramillete de países, desde los vecinos continentales Colombia, Brasil, Argentina, Panamá, Perú, Costa Rica y Paraguay, hasta europeos como España. "Por ahora se han pronunciado 27 países sobre el fraude constituyente: 11 las declararon ilegítimas, 6 condenas cautas, 2 piden reconocerla, 6 apoyos y dos insisten en más diálogo", contabiliza el internacionalista Mariano de Alba.

Los resultados adelantados por la oposición no llegaban a los dos millones y medio de votos, 12,4%. Entre unos y otros, el independiente Torino Group arrojaba en su exit poll un estimado de 3,600,000 millones de votos, un 18,5%, resultado bastante parecido al facilitado por las encuestas durante la campaña electoral y que solo representaría la mitad de las papeletas recogidas en la consulta popular de hace dos semanas.

El chavismo cantó así una victoria imposible de verificar. En las presidenciales de 2012, Hugo Chávez obtuvo 8.191.132 votos, y desde ese momento comenzó el descenso. En 2013, Maduro superó los 7 millones y medio de votos y en las parlamentarias del 2015 rondaron los 5,6 millones.



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