Internacional - Política

Nicolás Maduro entra en el 'Eje del Mal' financiero de Estados Unidos

2017-08-02

Es un tipo de sanciones relativamente nuevo, aunque no es la primera vez que Washington...

PABLO PARDO / El Mundo


Las sanciones que el Tesoro de Estados Unidos ha impuesto a Nicolás Maduro significan, en la práctica, que el presidente de Venezuela no puede llevar a cabo transacciones financieras internacionales. Así, Maduro entra en un club en el que solo están otros tres jefes de Estado y de Gobierno, ninguno de los cuales tiene exactamente unas credenciales democráticas: Bashar al-Asad, en Siria, Kim Jong-un, en Corea del Norte, y Robert Mugabe, en Zimbabue. "Es una especie de nuevo Eje del Mal", explica a EL MUNDO Russ Dallen, socio y manager del fondo Caracas Capital, recordando la expresión de George W. Bush para referirse a Irak, Irán, y Corea del Norte.

Es un tipo de sanciones relativamente nuevo, aunque no es la primera vez que Washington actúa directamente contra un jefe de Estado extranjero. En 1997, por ejemplo, el Gobierno de Bill Clinton prohibió entrada en el país del presidente colombiano Ernesto Samper, al que acusó de haber colaborado con el narcotráfico. Seis años antes, invadió Panamá para meter en la cárcel al dictador de ese país y ex agente de la CIA, Manuel Noriega, por narcotráfico. Noriega pasó los siguientes 40 años de su vida en cárceles de EU, Francia y, finalmente, Panamá, donde murió el 29 de mayo.

La base legal de la decisión contra Maduro es la Orden Ejecutiva 13.692, firmada por Barack Obama en marzo de 2015, que "bloquea las propiedades y suspende la entrada de ciertas personas que están contribuyendo a la actual situación en Venezuela". A su vez, esa Orden forma parte de la estrategia de las llamadas "sanciones inteligentes" ("Smart sanctions") desarrollada por Stuart Levey, que fue subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera con George W. Bush y Barack Obama. Las "sanciones inteligentes" tratan de ser como las "bombas inteligentes". Es decir, tan precisas que solo afectan a personas físicas o jurídicas. Para ello, EU tiene el arma de destrucción masiva financiera definitiva: el dólar.

La clave de ello no es solo que EU pueda congelar los bienes y patrimonio de Maduro, Kim, Assad, o Mugabe, sino que "toda institución financiera que usa el sistema financiero estadounidense debe informar al Tesoro si tiene cuentas a nombre de Maduro", explica Dallen. A su vez, el Tesoro puede inmovilizar esas cuentas.

Violar las sanciones no es una opción

Ahora bien, imaginemos que un banco internacional decide ocultar a EU que está haciendo negocios con Maduro. ¿Qué pasa entonces? Simplemente, el apocalipsis para el banco. EU puede prohibirle operar en su sistema financiero, lo que significa, lisa y llanamente, obligarlo a cerrar. Para evitarlo, los bancos tienden a negociar con el Tesoro de EU multas que no son de este mundo. el caso más obvio es el del mayor banco de Francia, BNP Paribas, al que el Gobierno de Barack Obama impuso hace tres años una multa de 8,900 millones de dólares (7.560 millones de euros) por violar los embargos de Washington a Cuba, Sudán, e Irán. En aquella ocasión, el propio presidente francés, François Hollande, trató de interceder, sin ningún éxito, ante Obama para rebajar la sanción, que calificó de "desproporcionada".

Así pues, las sanciones a Maduro pueden tener un impacto muy directo en el patrimonio del presidente venezolano. Michael Camilleri, director del Programa de Promoción del Derecho en el think tank de Washington Inter-American Dialogue y ex alto cargo de la Casa Blanca con Obama y del Departamento de Estado con John Kerry en conversación con este periódico: "Los cubanos se quejan, por ejemplo, de que sus embajadas no pueden abrir cuentas en terceros países debido a medidas similares de EU".

Políticamente, también, la decisión tiene significado. "Con las sanciones, el Gobierno de Trump ha lanzado la idea de que responsabiliza directamente a Maduro de la situación en el país", declara Camilleri, que cree que Washington ha abandonado toda esperanza de que el presidente venezolano pueda ser un motor de cambio en el país. "EU está esperando divisiones en otras partes", explica el ex alto cargo del Gobierno de Obama, que señala como posibles zonas de fractura "el Ejército, que se ha convertido en árbitro de la situación en el país y cuya posición siempre ha sido seguida con mucha atención por Washington, y la fiscal general, Luisa Ortega", que se ha convertido en la principal voz disidente del régimen.

Con esa medida, Donald Trump abre la puerta, a su vez, a más medidas punitivas. "A medida que la Asamblea Constituyente empiece a funcionar, es probable que el número de altos cargos del régimen venezolano se vean sometidos al mismo tratamiento", concluye Dallen.

Claro que también hay que tener en cuenta que ni Assad, ni Kim, ni Mugabe han dejado el Gobierno pese a las sanciones. Es más, aunque cada uno de ellos opera en un entorno político y estratégico diferente, su poder no es cuestionado. Eso indica que estas medidas no son suficientes.

En ese sentido, Beatriz Rangel, directora ejecutiva de la consultora AMLA, explica que las medidas del Tesoro "son las correctas desde el punto de vista de EU. Pero su impacto va a ser limitado. Hay que tener en cuenta cómo opera Maduro y buena parte de su régimen. Su mentalidad es la de delincuentes, porque están involucrados en diferentes tráficos ilícitos. Así que no van a depositar sus fondos en bancos normales. Probablemente busquen bancos pequeños, que no tengan corresponsalías en EU y que, por tanto, no se vean afectados por lo que diga el Tesoro". Esos bancos tienden a ser más pequeños y menos fiables que las instituciones financieras grandes y medianas, "pero ofrecen la opción de eludir al Tesoro estadounidense".

Rangel cree que el impacto de la extensión a Maduro de la Orden Ejecutiva 13.692 va a ser "sobre el país. Al designar tanto al presidente como al vicepresidente de Venezuela como sujetos de legislación contra actos ilegales, están indirectamente declarando que Venezuela está en manos de un régimen de delincuentes". Las consecuencias van a ser en el medio y largo plazo, "cuando las empresas estadounidenses se retiren por completo de Venezuela por temor a ser investigadas por el Tesoro por su colaboración con ese régimen".



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