Vox Populi

El miedo de Peña Nieto a las redes sociales

2017-08-08

La revolución digital y el cambio en la comunicación a través de las redes...

Adriana Buentello / RT

No hay mayor manipulación que la que se gesta y se entreteje dentro de las movilizaciones sociales.

En las redes sociales se vive la mayor guerra digital de la historia y aún no logramos dimensionar la trascendencia que tiene para la democracia y la libertad de expresión en el mundo.

Antes la sociedad era consciente de que los medios tradicionales estaban supeditados a un poder, una agenda o una élite porque no podía participar ni en la elección de los contenidos ni en su distribución. Con el surgimiento de las redes sociales la dinámica cambió y cada vez más los medios tradicionales han sido desplazados y reemplazados por medios y canales digitales, así como por líderes de opinión o los llamados 'influencers', que son considerados ahora como 'prosumers' (productores-consumidores).

La revolución digital y el cambio en la comunicación a través de las redes sociales ha permitido, por un lado abrir nuevos canales en donde la información se comparte de manera directa y horizontal, con mayor libertad y crítica. Las redes sociales se convirtieron en el espacio que la sociedad necesitaba para compartir, conversar, organizarse e informarse sobre lo que los medios tradicionales callan. Sin embargo, actualmente el terreno que habíamos ganado como sociedad comienza a contaminarse con el secuestro de tendencias y la manipulación de información a través de grandes ejércitos de bots en las redes sociales y el surgimiento de las llamadas 'fake news', noticias falsas que se crean en sitios falsos para confundir y desinformar.

Los peñabots

Y aunque los bots en México hoy son utilizados por todos los partidos políticos, así como por gobiernos y empresas, de acuerdo con Alberto Escorcia ?ciberactivista que se ha dedicado los últimos años a documentar la actuación de los ejércitos de bots en Twitter?, es el gobierno de Enrique Peña Nieto el que se ha visto más favorecido por su uso.

En marzo de 2016, Bloomberg publicó una entrevista al 'hacker' Andrés Sepúlveda, quien purga una condena de 10 años en prisión por conspirar para 'hackear' las elecciones en Colombia. Sepúlveda confesó haber alterado campañas electorales en varios países de Latinoamérica (incluido México), a través del 'hackeo', espionaje y la manipulación de las redes sociales.

La publicación señala que Sepúlveda contó con un presupuesto de 600,000 dólares para robar estrategias de campaña, manipular redes sociales que crearan falsos apoyos y también incluyó el espionaje en las sedes de campaña de la oposición en las elecciones presidenciales de 2012 en México.

"Cuando me di cuenta que las personas creen más a lo que dice Internet que a la realidad, descubrí que 'tenía el poder' de hacer creer a la gente casi cualquier cosa", reveló el 'hacker' colombiano a Bloomberg.

Por otra parte, de acuerdo con Escorcia, los bots o peñabots (llamados así porque los principales ataques están ligados al gobierno de Peña Nieto), han sofisticado su operación; ya no son solo programas diseñados para lanzar masivamente tuits y crear perfiles, sino que se mezclaron con redes de operadores que han llegado a manejar hasta 75,000 cuentas falsas, lo que ha hecho más difícil ubicarlos.

"Haberlos denunciado los ayudó a sofisticarse, antes eran fáciles de detectar. Ahora prácticamente tengo que leer todos los tuits", afirma el también bloguero, quien analizó y documentó más de 400 casos.

Además, confirmó que las amenazas a periodistas y activistas, la disolución de temas y las tendencias críticas al gobierno de Peña Nieto, así como el apoyo a candidatos provenientes del mismo partido del presidente, tienen un vínculo, vienen de las mismas cuentas.

Los ataques

Los principales ataques operan para bajar 'hashtags' o tendencias en Twitter y posicionar otros para empañar y diluir la conversación en la red social. Al mismo tiempo, miles de bots atacan y amenazan a periodistas y activistas críticos al gobierno de Peña Nieto.

El mismo Alberto Escorcia afirma que ha sido amenazado en distintas ocasiones por hacer visibles estos ejércitos de bots, lo que lo ha obligado a dejar el país en tres ocasiones. Pero está convencido de que es algo que se tiene que denunciar.

Desde que surgieron conflictos como los de Ayotzinapa, la casa blanca de Peña Nieto y la salida de la periodista Carmen Aristegui de la radio mexicana MVS, las cuentas de varios medios de comunicación críticos al gobierno comenzaron a llenarse de bots.

El objetivo es disminuir el alcance del contenido de dichas cuentas, ya que los seguidores reales tienen que competir con los bots para ver el contenido, es decir que se diluye la información. La gente real ve cada vez menos el contenido de esos medios.

"Eso le están haciendo a Julio Astillero (Julio Hernández, periodista crítico), a Epigmenio Ibarra (productor y activista) y a Kikesma (activista)", asegura Escorcia.

Los ataques ya vienen en combo

La intrusión en los debates de la sociedad no solo incluye la disolución de temas en las redes sociales, también se encuentra la elaboración de información falsa y un sistema de espionaje de conversaciones para encontrar patrones donde se detecte la organización de la sociedad civil con el fin de desarticular movimientos.

Escorcia agrega que en algunas manifestaciones, los organizadores se han topado con la Policía al llegar al lugar acordado debido a que sabían previamente en dónde se reunirían. 

Los sistemas de espionaje y su uso contra ciudadanos en México no es nuevo, en 2015 un 'hackeo' a la empresa italiana Hacking Team, especializada en tecnología de vigilancia, puso en evidencia que el gobierno de Peña Nieto estaba dentro de la lista de clientes.

Sin embargo, en semanas recientes Citizen Lab documentó más ataques directos a periodistas y activistas con otro 'software' llamado Pegasus, de la empresa NSO, que infectó móviles de periodistas y activistas con 'malwares'.

#YaMeCansé

Uno de los momentos más importantes en México respecto a las redes sociales fue en noviembre de 2014, cuando el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, afirmó sentirse cansado, durante la presentación de los avances en la investigación de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. En Twitter, la sociedad no lo perdonó y reaccionó con el 'hashtag' #YaMeCansé, tendencia en la que intervinieron los bots para bajarla.

Y en una acción que la misma red social describiría como única en el mundo, los usuarios reales de Twitter se empezaron a mudar diariamente al #YaMeCansé2, #YaMeCansé3 hasta superar el 30, porque se dieron cuenta de que había una operación en marcha para acallarlos. Fue una tendencia muy poderosa que, a pesar de contar con el ataque de 75,000 bots, duró alrededor de 6 meses en 'trending topic' con 8 millones de tuits, recuerda Escorcia.

En estas imágenes mostradas en el blog de Alberto Escorcia, LoqueSigue, se pueden ver las interacciones reales en multicolor, haciendo conexión unas con otras y en color café claro una mancha que Escorcia llama tumor. Esos son los bots atacando el hashtag #YaMeCansé.

En esta segunda imagen se puede ver cómo la gente se empieza a mudar al #YaMeCansé2 y en tiempo real en el video se puede ver la operación de los bots.

Alberto Escorcia sostiene que escuchó testimonios de personas que operaron dentro de esos enormes ejércitos de bots y se arrepintieron de haber participado. Revelaron que en 2014 les pagaron cerca de 2,800 dólares por hora durante un ataque. Incluso una persona que también colaboró en esos centros, iba a entregarle información, pero se arrepintió y decidió desaparecer.

Los ejércitos de bots divididos en legiones, son una operación coordinada a gran escala y financiada por políticos y funcionarios, en un hecho que el ciberactivista llama 'cartelerización', y que tiene el objetivo de detectar y boicotear la organización de la sociedad.

Debido a que las redes sociales vinieron a revolucionar la forma en que nos comunicamos e incluso interactuamos, la sofisticación en la operación de los ejércitos de bots pueden predecir e incluso manipular movimientos sociales y hasta intenciones de voto. De ahí la gran trascendencia de visibilizar la operación de estos enormes ejércitos de bots.

La organización de la sociedad amenaza al autoritarismo y la democracia es un riesgo que el gobierno mexicano, encabezado actualmente por Peña Nieto, no está dispuesto asumir, por lo que en las elecciones presidenciales del 2018 se librará una de las peores guerras, la digital.



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