Nacional - Economía

Los hogares mexicanos más ricos ingresan 21 veces más que los más pobres

2017-08-29

Más ingresos, pero con el fantasma de la inflación al acecho. Los hogares mexicanos...

Ignacio Fariza, El País

Más ingresos, pero con el fantasma de la inflación al acecho. Los hogares mexicanos percibieron en 2016 un 2,1% más en términos reales —descontado el incremento de precios— que dos años antes, según los datos hechos públicos este miércoles por la oficina estadística del país norteamericano. Pero el aumento de precios registrado en lo que va de 2017 —del 6,44% hasta julio— amenaza con borrar buena parte de la mejoría en el año en curso. Pese al incremento, el ingreso promedio real sigue estancado en niveles similares a los de 1994, cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). Además, la desigualdad entre familias y entre regiones —cuanto más al sur, más pobre— sigue siendo la nota predominante en México: los hogares más acaudalados ingresaron el año pasado más de 20 veces más que los más pobres.

El hogar promedio mexicano ingresó en 2016 algo más de 46,500 pesos por trimestre (2.650 dólares, sin tener en cuenta la diferencia en el poder adquisitivo entre un país y otro, ya que la vida en México es considerablemente más barata que en Estados Unidos, en Canadá o en la Unión Europea) o 517 pesos por día. El gasto corriente promedió, por su parte, 28.140 pesos por familia según los datos recabados en la encuesta realizada a una muestra de 81,000 viviendas de todo el país.

Respecto a 2017, Valeria Moy, profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México y directora de México cómo vamos, ve "altamente probable" que la inflación se coma buena parte del aumento en los ingresos familiares, con lo que en términos reales el incremento —si lo hay— será bajo no del todo. "En el último trimestre de 2016 [que forma parte del dato presentado este lunes], la inflación ya empezó a comerse parte del aumento del ingreso", subraya Moy.

El trabajo subordinado —por cuenta ajena— es, con diferencia, la principal fuente de ingresos de los hogares mexicanos y supone más de cinco de cada 10 pesos percibidos por cada familia. Las transferencias, desde pensiones por jubilación o indemnizaciones por despido hasta becas o donativos, supusieron por su parte la segunda mayor fuente de ingresos: aproximadamente un 15% del total.

En el capítulo de los gastos, alimentos, bebidas y tabaco fueron el mayor desembolso de las familias mexicanas en 2016. De cada 10 pesos gastados, 3,5 se fueron en este rubro, por delante de categorías como transporte (dos de cada 10 pesos) y educación y ocio (poco más de un peso). En el lado contrario, solo 27 centavos de peso fueron dedicados al capítulo de salud.

El hecho de que los alimentos consumidos dentro del hogar supongan el mayor grupo de gasto es visto por los especialistas como un indicador de pobreza, de tal forma que cuanto mayor es la proporción de la renta que se va en algo tan básico como la comida, mayor es la precariedad de las familias. En el caso de México, esta realidad se hace especialmente evidente: casi el 80% de lo gastado en comida, bebida y tabaco fue alimentos fue en alimentos consumidos en casa, una cifra muy alta en relación con los países más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que pertenece el país latinoamericano.

Desigualdad entre hogares y entre Estados

La inequidad sigue siendo la nota predominante en la distribución de los ingresos en México. El 10% de hogares con mayores rentas percibieron el año pasado 21 veces más que el 10% con retribuciones más bajas, y obtuvieron el 36% de los ingresos totales de las familias mexicanas. La mitad de los hogares con mayores entradas recibió, por su parte, casi el 80% del dinero total. En contraposición, el 30% de los hogares de menor renta ni siquiera llegó a suponer el 10% de los ingresos totales.

La décima parte de los hogares con entradas más altas obtuvo casi 1.880 pesos por día (106 dólares al tipo de cambio actual), frente a los 91 del 10% más desfavorecido. "La desigualdad es tremenda", analiza Moy, del ITAM. "Pero lo sería aún más si los datos de la encuesta se cruzan con los del Servicio de Administración Tributaria [la Hacienda mexicana]: lo que declaran las familias con más recursos en la encuesta suele ser menos de lo que ganan. La pobreza en México está sobredimensionada, pero la desigualdad está igualmente infradimensionada", añade.

El norte del país y la capital copan los primeros puestos en lo que a ingreso medio por hogar se refiere. La familia promedio de Nuevo León —fronterizo con EE UU y uno de los más industrializados y productivos del país— ingresó en 2016 casi 87,700 pesos al trimestre, seguida por la Ciudad de México (70,800 pesos), Sonora (58,800) y Baja California (57,700). En el lado contrario aparecen los tres Estados más pobres de México: Chiapas (con una renta media por hogar de 23,300 pesos por trimestre), Guerrero (27,000) y Oaxaca (27,700).

No solo la situación geográfica influye en los ingresos de cada hogar. El tamaño de las localidades en las que viven las familias también es un buen predictor de sus emolumentos: cuando más grandes, mucha mayor renta. En los municipios considerados urbanos (de 2,500 habitantes o más), el ingreso familiar promedio por trimestre fue de más de 52,200 pesos. Esta cifra duplica con creces los poco más de 26,000 pesos trimestrales que ingresan las familias que viven en las localidades rurales (de menos de 2,500 habitantes).

El hogar promedio mexicano está compuesto por casi cuatro miembros (3,7), en su gran mayoría en una franja de edad de entre 15 y 64 años. Prácticamente la mitad de los integrantes de estas unidades familiares es económicamente activo y lleva ingresos a casa.



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