Internacional - Población

Bangladesh intenta frenar la avalancha de los rohingya 

2017-09-18

"Bangladesh ha registrado recientemente unas inundaciones devastadoras. Un tercio del...

JAVIER ESPINOSA / El Mundo

Las autoridades de Bangladesh pretenden construir un enorme campo de refugiados capaz de acoger a 400,000 personas

Las peleas de los refugiados por conseguir ayuda han causado ya al menos tres muertos, incluidos dos niños

Birmania, objetivo de Al Qaeda

Desbordados por la incesante afluencia de refugiados rohingya, que han comenzado a adentrarse hacia el interior del país, las autoridades de Bangladesh dictaron el sábado nuevas ordenanzas para intentar contener esta oleada humana en las zonas de la frontera, donde pretenden construir un enorme campo de refugiados capaz de acoger a 400,000 personas, la misma cifra que ya ha sobrepasado con creces la linde con Birmania.

La crisis humanitaria que se está generando en el área de Cox's Bazar es tal que la organización Save the Children advirtió este domingo que los recién llegados pueden empezar a morir simplemente de hambre o ante la aparición de epidemias.

"Mucha gente está llegando hambrienta, exhausta, sin agua y comida. Sus demandas no se pueden cubrir ante el gran número de personas necesitadas", aseveró Mark Pierce, el director local de esa ONG.

Las ONG han alertado en las últimas jornadas sobre la imposibilidad de canalizar la ayuda humanitaria ya que los actuales campos de acogida son incapaces de albergar a más residentes.

De hecho, la entrega de asistencia está generando tal caos que Naciones Unidas reconoció que al menos "dos niños y una mujer" han muerto aplastados en las últimas jornadas en una estampida durante un reparto de ropa.

La primera ministra de Bangladesh, Hasina Wazed, se encuentra ya de viaje en dirección a Nueva York donde pretenden exigir ante la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra esta semana que la comunidad internacional presione a Birmania para que "repatrie a todos los refugiados", según expresó su oficina en un comunicado.

Daca ha comenzado a detener a decenas de rohingya que deambulaban por ciudades alejadas de Cox's Bazar y les ha prohibido utilizar cualquier medio de transporte, exigiéndoles que permanezcan en los campos instalados en esa región.

Las fuerzas de seguridad locales han instalado decenas de controles en la zona y un alto cargo de la policía, Monir Uz Zaman, admitió que están intentando "hacer todo lo posible para que los refugiados no alcancen el interior del país. Estamos trabajando para contenerlos en Cox's Bazar".

Las declaraciones de las autoridades chocan con la realidad sobre el terreno, donde el reguero humano se ha esparcido por los territorios cercanos al río Naf, que marca la divisoria entre los dos países, y por la carretera que une Ukhia y Teknaf. Naciones Unidas estima que hay ya más de 229,000 exiliados viviendo en "asentamientos espontáneos", otros 159,000 han podido acomodarse en los campos ya existentes y cerca de 21,000 han buscado cobijo en todo tipo de recintos, desde cuadras para animales a jardines de domicilios privados.

La policía también ha prohibido que los ciudadanos locales permitan la estancia de rohingya en sus viviendas o terreno.

Obaidul Quader, secretario general del partido gobernante en Bangladesh, la Liga Popular de la primera ministra Hasina Wazed, admitió ayer en una conversación con el diario 'Dhaka Tribune' que "es imposible" para su país "dar refugio y comida" a los más de 400,000 huidos, que se suman al más de medio millón que ya se encontraban en esta nación como resultado de acometidas birmanas anteriores.

"Bangladesh ha registrado recientemente unas inundaciones devastadoras. Un tercio del país está anegado y nos enfrentamos a una escasez de alimentos. Después de estas calamidades, no nos podemos permitir un número tan grande de rohingya", declaró quien también ejerce como ministro del Ejecutivo.

Columnistas como Tanim Ahmed, del mismo diario, asumen ya que su país se convertirá "en la nueva residencia" de esta comunidad pese a que el Gobierno local siga insistiendo en que es "un problema temporal". "Los rohingya están aquí y no van a ir a ninguna parte. El Gobierno se aferra a una eventual repatriación que no va a ocurrir", añadió considerando que la posibilidad de que Birmania acepte tal hipótesis es poco más que un milagro.

Aunque la Historia recuerda que ése fue el caso en oleadas de represión anteriores -por ejemplo, tras la expulsión de cientos de miles en la tristemente célebre Operación Rey Dragón de 1978, la que se registró a principios de la década de los 90 y en 2012, Naipyidó aceptó el retorno de una parte de los huidos-, las ONG y las mismas Naciones Unidas han indicado que en esta ocasión estamos asistiendo a un esfuerzo sistemático de "limpieza étnica de libro", expresión del organismo internacional, que suscita serias dudas sobre las intenciones ulteriores del Ejército birmano.



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