Nacional - Población

Ejército socorristas voluntarios hace milagros 

2017-09-21

Los números empero no reflejan la elocuencia que tienen los rescates más recientes...

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 21 SET - El conteo oficial de muertos por el terremoto crece a cada momento, pero bajo este frío guarismo subyace un aspecto luminoso: la solidaridad de un ejército de al menos 1,2 millones de voluntarios que participan en el rescate de personas en edificios colapsados.

Según el último reporte de la Coordinación de Protección Civil, por el sismo de 7,1 grados del martes pasado a las 13:14 horas (18:14 GMT) se contabilizan 251 muertos, la mayoría en la ciudad la Ciudad de México, seguido de Morelos, Puebla, Estado de México, Guerrero y Oaxaca.

Los números empero no reflejan la elocuencia que tienen los rescates más recientes logrados debajo de toneladas de escombros de edificios derruidos por los heroicos brigadistas voluntarios, que laboran sin descanso largas horas, al lado del Ejército, la Marina o la defensa civil, la mayoría sin pago alguno.

Se estima que un millón de rescatistas trabajan en la Ciudad de México y otros 200,000 en estados como Morelos y Puebla.

Entre los "milagros" más recientes figura el rescate anoche de dos mujeres, identificadas como Ivonne y Patricia, de un edificio en el barrio Condesa, una zona céntrica de la capital, en la esquina de Alvaro Obregón 286. Además, una niña de ocho años fue rescatada también en la madrugada de hoy tras permanecer más de 30 horas debajo de los escombros de un edificio de apartamentos ubicado entre la calzada de Tlalpan y la avenida Taxqueña, sur de la capital.

Sin embargo, hay todavía historias trágicas como la de una mujer de edad avanzada sacada sin vida de un edificio entre las avenidas Tlalpan y Taxqueña, en la zona sur de la capital.

Ahí se ubica una niña viva que estaba a punto de ser rescatada, aunque estaba atrapado entre dos lozas de concreto y eso dificultaba las operaciones.

También está el caso de Erick, empleado de 35 años, que se encuentra atrapado en un edificio de Medellín y San Luis Potosí, barrio Roma, que no ha podido ser rescatado y cuya débil voz dejó de escucharse antes del mediodía, por lo que se teme que se haya desmayado o fallecido.

La voz amorosa de su hermana a través de un megáfono transmitiéndole mensajes de aliento permitió escuchar "señales de vida" desde el fondo de los escombros.

Al lado de los rescatistas voluntarios destaca también la masiva y generosa solidaridad de miles de personas que acuden a los lugares de los rescates cargados de víveres y bebidas calientes para repartir a los que participan en las tareas de ayuda.

Otros voluntarios más se afanan en poner orden en el tránsito, pues el caos de vehículos sigue siendo la nota destacada sobre todo al mediodía, a pesar de que muchos centros de trabajo y escuelas pararon actividades, debido a las averías en los semáforos.

Los 4,000 militares que fueron desplegados por el Ejército son los encargados de llevar "la voz cantante" en el rescate, la mayoría especializados en la atención de cataclismos naturales.

Otros 2,000 elementos de la Marina y 2,000 más de la Policía Federal, así como una cifra indeterminada de elementos de protección civil del gobierno de la capital complementan el apoyo.

En medio de la tragedia la ayuda en alimentos, bebidas y medicinas no deja de fluir a los numerosos centros de acopio instalados en los cuatro puntos cardinales de la metrópoli.

En los campamentos más grandes, situados en los barrios Condesa y Roma, habría al menos 500 personas preparando comida, separando víveres y organizando herramientas para los rescates.

En algunas zonas había cadenas humanas de centenares de personas para la remoción de los escombros que eran relevadas cada hora.

Jóvenes universitarios de ateneos públicos y privados que suspendieron actividades escolares se movilizaron para ayudar realizando diversas funciones en las zonas de rescate y decenas de restaurantes abrieron sus puertas pero para regalar alimentos, café, pan y otros víveres.

Además están los ingenieros civiles, arquitectos y urbanistas que se sumaron a las labores de inspección de daños en inmuebles, para dictaminar si eran habitables y evaluar la seguridad. 



yoselin