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El Real Madrid, sin puntería en el Bernabéu

2017-09-22

El planteamiento inicial, a priori centrado en el juego asociativo y los balones al espacio, fue...

Pablo Pérez, El País

El Real Madrid salió del Bernabéu tras el partido contra el Betis con ocho puntos de 15 posibles en cinco jornadas de Liga. Cerró con una derrota (0-1) su tercer encuentro en casa, otro pinchazo, el más grave para los blancos hasta la fecha tras los empates ante Valencia (2-2) y Levante (1-1). Los de Zidane suman solo dos puntos de nueve en su estadio, unos datos históricamente inusuales en el club. Es el peor arranque de la década como local. Por eso ya se presentó con urgencias ante los verdiblancos.

Con el comodín de Cristiano, Zidane optó por una formación propensa a priorizar el juego de toque por el centro del ataque frente al desborde por fuera, a partir de los costados. Sin extremos puros, con la baza de Bale como híbrido entre la banda y la delantera y las continuas incorporaciones de Marcelo y Carvajal, el técnico apostó por poblar de jugadores interiores la zona ofensiva. Planteó Zidane un 4-1-3-2, esquema al que últimamente recurre con asiduidad, con Casemiro como pivote y Kroos, Modric e Isco ejerciendo de volantes. Tres virtuosos propensos a combinar por detrás de Cristiano, el rematador con mayor acierto del continente, y Bale, un velocista imparable en la carrera.

El planteamiento inicial, a priori centrado en el juego asociativo y los balones al espacio, fue esfumándose de forma gradual en un Madrid que terminó inmerso en el caos y el desgobierno en su juego, agarrado a los centros desde los laterales y evidenciando por tercer partido consecutivo en el Bernabéu una gran falta de acierto en el remate.

Siempre a remolque

Excesivamente acelerados, los hombres de Zidane enviaron 46 centros al área del Betis. Remataron 27 veces, solo siete fueron a puerta y ninguno resultó exitoso. El Madrid se estrelló una y otra vez y terminó claudicando. “No ha querido entrar el balón. Esto es el fútbol, no hay que darle vueltas. Si en una de esas ocasiones hubiésemos metido un gol, el partido habría sido otro”, argumentó Zidane. La falta de gol no es una anécdota de una noche en el Madrid. Tampoco lo es la ausencia de ideas y alternativas de juego en el Bernabéu.

Centra el doble que a domicilio —38,6 envíos de media por 17,5 en casa— y remata más (22,3 frente a 17 de promedio), pero el acierto se desploma a unas cifras mínimas. “En casa nos cuesta un poco más generar fútbol, materializar las ocasiones. Si no marcamos pronto, nos entra ansiedad", habló con sinceridad Isco. La sensación no es nueva para el Madrid. La temporada pasada fue campeón consiguiendo más puntos a domicilio, 47, que como local, 46. Esta temporada, los blancos se han dejado en casa en tres jornadas más de la mitad de los puntos que el año pasado en 19.

En el Bernabéu, el Madrid necesita casi ocho remates para hacer un gol; fuera, anota en uno de cada seis remates.

La explicación del volante concuerda con lo visto en las cinco primeras fechas. Parece el Madrid un equipo bipolar, certero y vistoso a domicilio; atascado y sin soluciones en casa. En el Bernabéu, el Madrid necesita casi ocho remates para hacer un gol; fuera, anota en uno de cada seis remates. La diferencia se confirma con un porcentaje de acierto a puerta de solo el 5,66 % en el Bernabéu y de un 24 %, más de cuatro veces por encima, en las salidas. En Chamartín ha anotado tres goles en tres partidos, los mismos que promedia en cada partido a domicilio (tres en Riazor y tres en Anoeta). La argumentación de Zidane se basa estrictamente en la suerte, pero las palabras de Isco se adecuan más a lo sucedido frente a Valencia, Levante y Betis. “Es un comienzo jodido. Es alarmante. Hay que preocuparse”, añadió Sergio Ramos.

Es cierto que el Madrid no encontró el gol ante los verdiblancos, pero hacerlo no le evitó problemas ni pinchazos ante los dos equipos valencianos. Se le acumularon de la misma manera y por el mismo conflicto: la falta de acierto. Remataron 22 veces ante el Valencia, 18 frente al Levante y se fueron a 27 contra el Betis. Y en los tres días la ansiedad se apoderó de ellos ante la ausencia de goles.

Factor Morata

De momento el Madrid no ha conseguido llegar a los últimos 10 minutos con un resultado a favor en su estadio. Obligados a buscar la victoria a la carrera, unas veces la obsesión y otras las decisiones de Zidane descolocaron a un Madrid que se olvida de jugar para dar paso a las prisas y a los centros laterales. Ante el Betis los blancos acabaron con tres defensas, dos centrocampistas y cinco delanteros. El técnico retiró a sus dos jugadores más creativos, Modric e Isco, para poblar el campo de atacantes, que se agolparon de forma alocada en el área buscando cazar algo en la catarata de centros, casi medio centenar. Ninguno acabó en la red.

La ausencia hasta el miércoles de Cristiano, sobreexcitado en su regreso, y la falta de tino de Bale un día y Benzema otro reabren el debate sobre las salidas sin recambio este verano de Álvaro Morata y Mariano. Sin el revulsivo de los canteranos y sin puntería, el Bernabéu ahoga al Madrid en un arranque de campeonato que ha evidenciado sus carencias.

En cinco partidos suma tres goles en el Bernabéu y la cifra se eleva nueve en todo el campeonato, exactamente los mismo que lleva Lionel Messi.



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