Internacional - Política

La victoria independentista en el Kurdistán iraquí desata la tormenta

2017-09-28

"Nuestro destino está escrito. Masud Barzani [presidente del Kurdistán...

 

FRANCISCO CARRIÓN / El Mundo

"Nuestro destino está escrito. Masud Barzani [presidente del Kurdistán iraquí] eres nuestro héroe y nosotros tus soldados", canturreaban anoche los altavoces colocados a las puertas de una sede del gobernante Partido Democrático del Kurdistán en el centro de Dohuk, una urbe a 131 kilómetros al norte de Erbil. "No pueden hacernos eso. No pueden cerrarnos el aeropuerto y las fronteras. La independencia es nuestro derecho", despotricó Shukri Ahmed, un vecino apostado junto al cuartel de la formación política. El anuncio del aplastante "sí" a la separación de Irak coincidió con la aparición de los primeros nubarrones. Las aerolíneas internacionales confirmaron la suspensión de todos los vuelos a partir de las 18.00 horas de este viernes, cuando expira el ultimátum lanzado por Haidar al Abadi para que las autoridades kurdas entreguen el control de las fronteras y los dos aeropuertos de la región, siguiendo las instrucciones dictadas por la autoridad de aviación civil iraquí. Las conexiones nacionales seguirán funcionando.

La amenaza del cierre del espacio aéreo deslució los festejos por el esperado triunfo del "bale" -sí, en kurdo-, que cosechó el 92,73% de los votos. La opción contraria a la independencia del Kurdistán obtuvo el 7,27% de los sufragios. Según los datos preliminares difundidos por la comisión electoral, a la espera de la ratificación por la justicia kurda, la participación alcanzó el 72,16% del censo en las provincias de la región, las zonas fronterizas cuyo control se disputan históricamente Bagdad y Erbil y la diáspora. En total, participaron unos 3,3 millones de ciudadanos.

La difusión de los resultados enfureció al Gobierno iraquí. Durante las horas previas, Al Abadi había instado a los líderes kurdos a renegar del plebiscito. "No habrá jamás diálogo sobre el resultado del referéndum", alertó Al Abadi en una alocución en el Parlamento iraquí. "Si quieren iniciar conversaciones, deben cancelar la consulta y su resultado", agregó. Su advertencia no surtió efecto. "Impondremos la ley de Irak en todas zonas de la región con la fuerza de la Constitución", prometió durante su discurso.

Poco después, el Hemiciclo aprobó una batería de doce medidas encaminadas a castigar la rebeldía de la región autónoma. Sus señorías instan a la comunidad internacional a la retirada de su representación diplomática en Erbil y el cierre de las fronteras; suplican a Al Abadi el despliegue de las tropas iraquíes en las áreas disputadas y controladas por los peshmerga (el ejército "de facto" del Kurdistán iraquí) y la adopción de todas las decisiones necesarias para hacer cumplir las ordenes emitidas por los poderes ejecutivo, legislativo y judicial como la destitución del gobernador de Kirkuk Najmaldin Karim; exigen el procesamiento de los organizadores del referéndum, entre ellos el presidente regional, y el control de todas las explotaciones petroleras de Kirkuk.

La cancelación de los vuelos es, de lejos, la medida que mayor daño ha propinado a una región que se jactaba de haber seducido a los inversores extranjeros. Este miércoles el Gobierno regional tildó el movimiento de "erróneo e ilegal" y acusó a Bagdad, que controla el espacio aéreo, de "abusar de su autoridad". Estados Unidos, crítico con la consulta, recriminó también la decisión de Al Abadi alegando que no es "ejemplo" constructivo ni invita al diálogo que deberían entablar Erbil y Bagdad. "Si esta decisión significa castigar al pueblo kurdo por organizar un referéndum y decidir su destino, ninguna conversación con Bagdad llegará a buen puerto", esbozó el ministro de Transporte kurdo Maulud Bawa.



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