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¿Quién es Carmen Yulín Cruz, la alcaldesa puertorriqueña que peleó con Trump?

2017-10-01

Cuando Carmen Yulín Cruz fue candidata a la alcaldía en 2012, muchos dijeron que se...

Richard Fausset y Frances Robles, The New York Times

SAN JUAN — Cuando Carmen Yulín Cruz fue candidata a la alcaldía en 2012, muchos dijeron que se convirtió en un “pitirre”, un pequeño pájaro que es conocido por atacar sin temor a los más grandes.

Ahora, en su segundo mandato como alcaldesa de San Juan, la capital de esta isla devastada por las tormentas, Cruz ha protagonizado un altercado político de alto perfil. Esta funcionaria de 54 años ha criticado públicamente al gobierno estadounidense por su respuesta a la devastación causada por el huracán María, críticas a las que el presidente Donald Trump respondió con múltiples reproches este sábado.

En Puerto Rico, la franqueza de Cruz no sorprende a nadie. Antes del huracán, ya era conocida por su discurso populista de izquierda y una tendencia a hablar en términos contundentes y emocionales.

“Nos estamos muriendo aquí”, dijo en una conferencia de prensa el viernes, con los ojos llenos de lágrimas, en la que también dijo “Mayday”, señal de socorro verbal.

Cruz incluso fue a evacuar a los residentes de unas instalaciones de vida asistida después de que estalló un incendio. Cuando se le preguntó por qué lo hacía ella misma, corriendo el riesgo de que la acusaran de convertir esas operaciones de rescate en un espectáculo mediático, fue rápida con su respuesta.

“Ese es mi trabajo”, dijo el sábado en una entrevista en su centro de mando después de responder, en lenguaje fuerte, que no le importaba cómo eran percibidos sus esfuerzos. “Mi trabajo es mejorar la vida de la gente, y no puedes hacerlo si estás en un helicóptero. No puedes mejorar sus vidas si no puedes tocarlas”.

Cruz dijo que no tenía tiempo para las mezquindades de la política mientras había que salvar vidas. “A veces tienes que sacudir el árbol para hacer que las cosas sucedan”, dijo. “Y si eso tiene un costo político, lo aceptaré, siempre y cuando salve vidas”.

Su estilo retórico después de los huracanes Irma y María difiere del usado por el gobernador Ricardo Rosselló, quien elogió la respuesta del gobierno de Trump. “Siempre que hemos hecho una petición para este esfuerzo, ellos han respondido”, dijo Rosselló, miembro del Partido Nuevo Progresista.

Es posible que Rosselló, un gobernador que acaba de iniciar su primer mandato en enero de este año, no tenga otra opción que deshacerse en alabanzas con el gobierno estadounidense porque criticar al actual presidente, célebre por su personalidad impredecible, podría afectar la entrega de ayuda a la isla.

Eso ha permitido que Cruz se convierta en la principal voz crítica de Puerto Rico ante los esfuerzos de recuperación. Ella es un producto tanto de la isla como de Estados Unidos, una estrella de otra época en la que la visión política estadounidense era adorada en los barrios más pobres de la capital puertorriqueña. También ha apoyado a Oscar López Rivera, el militante puertorriqueño asociado con un grupo que organizó una campaña mortal de bombardeos en Nueva York y otras ciudades en los años setenta y ochenta.

Cruz, según una biografía de la página web de la Cámara de Comercio de Puerto Rico, fue una estudiante brillante y una estrella en las competencias de atletismo en la isla. Además cursó estudios en la Universidad de Boston y la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh. Posteriormente trabajó como directora de recursos humanos para empresas como Colgate-Palmolive, Banco Popular y Scotiabank, así como en el Departamento de Hacienda.

Regresó a la isla en 1992, como asesora de un anterior alcalde de San Juan, y en 2008 fue elegida a la Cámara de Representantes de Puerto Rico.

Cuando fue candidata a la alcaldía de San Juan en 2012, no era una figura muy conocida y se enfrentó contra Jorge Santini, un funcionario que llevaba 12 años en el cargo y que intentó minimizarla al llamarla “esa señora” o “esa mujer”. También la definió como una socialista de estilo venezolano. Cruz, por su parte, juntó a una coalición de estudiantes, así como de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, y la gente simplemente cansada del statu quo la eligió. En 2016 fue reelegida fácilmente.

Cruz es miembro del Partido Popular Democrático, que apoya el mantenimiento de la condición de Estado Libre Asociado de la isla, en lugar de la posibilidad de independizarse. Pero Cruz está firmemente instalada en la pequeña ala de izquierda del partido. Ella permitió la sindicalización de los trabajadores sanitarios del gobierno de San Juan, y este año apoyó una huelga dirigida por estudiantes universitarios que se opusieron a las medidas estrictas de austeridad después de que la isla, asfixiada con una deuda de 74,000 millones de dólares, tuvo que declararse en bancarrota.

En junio, Cruz explicó su oposición a la estadidad (el movimiento que propone que Puerto Rico se convierta en un estado de Estados Unidos de América) a un reportero de The Guardian. “Usted no lucha contra la injusticia al pedir convertirse en parte del sistema que, en primer lugar, cometió la injusticia contra usted”, le dijo al periódico. “Eso es como un esclavo liberado que trata de convertirse en un dueño de esclavos”.

Este año, la alcaldesa le ofreció a López Rivera, el militante nacionalista, un trabajo en el gobierno de San Juan después de que él fuera liberado de prisión en mayo, después de pasar 35 años tras las rejas. López Rivera dijo que no aceptaría el trabajo pero la noticia provocó fuertes críticas contra la alcaldesa en algunos medios de comunicación.

Los críticos dicen que la calidad de vida no ha mejorado mucho bajo el mandato de Cruz. “Los primeros cuatro años no hizo nada”, dijo Irene Junco, de 65 años, dueña de una pizzería en San Juan. Las críticas contra Trump, según Junco, le parecen una estrategia para acelerar su campaña a la gobernación.

“Creo que está aprovechando el momento, como todos los políticos, para su propio beneficio”, dijo Junco.

En las calles de San Juan muchos no saben sobre los altercados entre su alcaldesa y el presidente estadounidense por los problemas en las redes de telecomunicaciones de la isla. Pero algunos dijeron que se sentían orgullosos porque ella estaba expresando sus frustraciones.

“Ha hecho lo que puede bajo estas circunstancias, y las circunstancias son difíciles”, dijo Hugo Figueroa, ingeniero de sistemas de 28 años. “Entendemos que es difícil conseguir ayuda porque estamos en una isla. Pero faltó una acción rápida por parte del gobierno”.

El centro de mando de Cruz está en el Coliseo Roberto Clemente, donde ella, su esposo, su hijastra y otras 689 personas esperaron a que la tormenta pasara. Dijo que estaba aterrorizada. En un momento dado, el techo comenzó a tambalearse.

El sábado, Cruz leyó un texto de otro alcalde de la ciudad que decía que había una “desesperación total”. No tenía agua.

“Algunos de los alcaldes con los que me he podido contactar o que han llegado aquí tienen miedo de expresar su preocupación, porque les preocupa que si lo hacen, ni siquiera recibirán una botella de agua”, dijo. “Cuando el miedo se apodera de la gente es una situación triste en una sociedad democrática, entonces sabes que algo no está funcionando”.

Ahora, dijo, no era un momento para el “cálculo político” o incluso para la “corrección política”.

“Si el presidente Trump dijera: ‘Voy a ir a San Juan a ver a esa alcaldesa desagradable’, lo recibiría con los brazos abiertos, porque la democracia es más grande que yo”, dijo. “Él fue elegido democráticamente. Representa a Estados Unidos de América y merece todo el respeto de ese cargo”.



JMRS
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