Reportajes

El salvavidas de los huérfanos de Boko Haram 

2017-10-02

El abogado Zannah Mustapha contaba a EL MUNDO la historia que más le ha marcado durante sus...

CAROLINA VALDEHÍTA / El Mundo

La ONU otorga el premio Nansen para los Refugiados a un abogado por su compromiso con la escolarización de los niños víctimas de Boko Haram

El nigeriano Zannah Mustapha tuvo un papel clave en la mediación para liberar a 82 Chibok Girls en el mes de mayo

Las Chibok Girls se reúnen, al fin, con sus familias

"En una ocasión, una niña, cuyo padre era un insurgente de Boko Haram, fue sorprendida por una explosión de una bomba mientras caminaba hacia nuestra escuela. Los que la habían visto previamente no pudieron encontrarla entre los escombros y temieron que fuera una de las víctimas mortales. Cuando la noticia llegó a la escuela, los maestros y sus compañeros se pusieron a llorar. Pero un rato después la niña, que había tomado una ruta diferente tras la explosión, apareció en la escuela. Todos sus amigos, huérfanos como ella, celebraron con júbilo que estaba viva. Ese día, todos esos chicos me dieron esperanza para seguir haciendo lo que hago".

El abogado Zannah Mustapha contaba a EL MUNDO la historia que más le ha marcado durante sus diez años salvando huérfanos y viudas de Boko Haram. Todo comenzó cuando los ataques y asedios del grupo terrorista eran casi una constante en el norte del Nigeria. Cuando la insurgencia dejaba a su paso cientos de viudas y huérfanos día tras día. "Había muchos niños y niñas en las calles y nos dimos cuenta de que la única forma de que pudieran ir al colegio era ofreciéndoles un sitio donde poder estudiar y poder comer en el que estuvieran seguros", explica. Así nació Future Prowess Islamic Foundation School, una escuela que luchó contra los obstáculos de vivir en un entorno peligroso como lo era entonces el corazón de Boko Haram.

Pasaron de 36 alumnos a cientos en poco tiempo, y ahora hay una lista de espera de más de 2000. En una sociedad que estigmatiza a las personas cuyas familias han sido tocadas por el grupo, bien por violaciones o porque han reclutado o matado a algún miembro, Mustapha explica que en su proyecto no importa el motivo que convirtió en huérfanos a los niños, sino que "lo que importa es que lo son". Así mismo ocurre con las viudas, que después de perder a sus maridos se quedaron sin la seguridad económica que estos les garantizaban. "Las viudas eran tan vulnerables como los huérfanos. Por eso les enseñamos oficios y formas para mantener a la familia".

"Hubo un periodo en que la vida era muy dura, pero ahora se están poniendo las cosas en perspectiva", relata a este diario. En breve iniciará un periplo que le llevará por diversas ciudades europeas, entre ellas Ginebra, donde el 2 de octubre recogerá el Premio Nansen para los refugiados que la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) le ha otorgado este año. Pero no es la primera vez que Mustapha es premiado por su labor humanitaria. Este mismo año recibió el premio Héroe de Hoy, a manos de Aurora Prize for Awakening Humanity, que se destina a quienes "su vida y acciones garantizan la existencia segura de los demás".

Mediador clave

En momento en el que se convirtió en un verdadero héroe moderno fue el pasado mes de mayo, cuando Boko Haram liberó a 82 niñas que habían sido secuestradas tres años atrás en la aldea de Chibok. Fue la liberación pactada más numerosa hasta la fecha, y el papel de Mustapha fue clave como mediador en las negociaciones entre el gobierno y los milicianos. Los intentos anteriores para la mediación, iniciados durante el gobierno de Goodluck Jonathan, habían fracasado durante años, y ha sido con el presidente actual, Muhammadu Buhari, cuando "se ha empezado a trabajar realmente", sostiene.

"No puedo decir en qué consiste la mediación, pero sí puedo decir que cuando comienzas una mediación, nunca la terminas", asegura. Cuando se efectuó la entrega de las 82 chicas liberadas sintieron que podrían continuar y liberar a más personas secuestradas. "Las Chibok Girls son muy importantes, pero hay que recordar que hay 4 millones de desplazados por el conflicto y por lo menos 20,000 personas han muerto". A la pregunta si se está prestando más atención a ese grupo de chicas responde que no, "no quiere decir que una vez que se liberen a todas las Chibok Girls vayan a parar las mediaciones. Se ha empezado por ellas y se continuará tratando de recuperar al resto de secuestrados". A día de hoy 104 de estas niñas han regresado con sus familias.

La noche del 14 de abril de 2014 cambió la vida de 217 adolescentes de una escuela cristiana al norte de Nigeria, que serían mundialmente conocidas como las Chibok Girls. La siguiente vez que el mundo supo de ellas fue a través de un vídeo difundido por el grupo terrorista Boko Haram donde, vestidas con chadores de color negro, infundían tristeza con sus miradas. Entonces se convirtieron en un símbolo que dio la vuelta al mundo a través de las redes sociales. La consigna #BringBackOurGirls (traed de vuelta a nuestras hijas) se repitió, retuiteó y fotografió hasta la saciedad sin que la campaña diese ningún resultado. Los terroristas tenían la sartén por el mango y habían conseguido calar en la esfera internacional.

Mientras tanto, la vida en los estados de Borno y Maiduguri, al norte de Nigeria, continuaba igual. Los yihadistas seguían integrando militantes en sus filas a base de secuestros donde la negativa se pagaba con la muerte. El hermano africano del autoproclamado Estado Islámico (EI) iba perdiendo terreno y tomaba como bastión el bosque de Sambisa -cercano a la frontera con Chad y Camerún- predicando su versión de la sharia a base de sangre. Miles de personas han perdido la vida a causa de los numerosos atentados suicidas y asedios en las aldeas.

Y entre esa lucha, donde el hambre y la impotencia contrastan con el sur del país -rico en recursos y con una metrópoli apodada el Nueva York africano (Lagos)-, el último galardonado con el Premio Nansen, marcó la diferencia sin apenas recursos. "Me gustaría recordar que no tenemos la capacidad de hacer frente a toda la ayuda que se necesita, por eso hace falta la colaboración internacional", dice antes de terminar la entrevista. Esta crisis cuenta con miles de secuestrados desde que el macabro grupo se asentase en el norte del principal estado petrolero del África subsahariana en 2009.



yoselin

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