Internacional - Economía

Fracking petrolero incide sobre actividad sísmica, corrobora estudio

2017-10-05

Tan sólo en Estados Unidos, el número de sismos por año en el centro del...

 

Londres, 4 oct (PL) Científicos británicos sostienen hoy que la principal actividad humana desencadenante de sismos es la inyección subterránea de agua residual mediante la tecnología del fracking para la obtención de gas y petróleo.

La investigación, publicada por la revista Earth Science Reviews, señaló que tras la fractura hidráulica (fracking), la minería y la construcción de presas constituyen las otras dos labores con mayor incidencia.

El estudio de la Universidad de Durham, en Reino Unido, contempló una amplia gama de faenas, entre ellas la construcción de embalses y la extracción de agua subterránea, carbón, minerales, gas, petróleo y fluidos geotérmicos.

También abordó la excavación de túneles, la gestión de residuos de industrias extractivas, la recuperación asistida de petróleo, la fracturación hidráulica, los almacenamientos de carbono y de gas natural.‿‿

Según el reporte, el fracking puede aumentar el estrés en las fallas geológicas y provocar pequeños sismos, un fenómeno que se observó claramente en el territorio estadounidense de Oklahoma a principios de 2010, como consecuencia de la inyección de aguas residuales.

De los 730 casos de sismos inducidos, objetos de la investigación, un 37 por ciento (271) correspondió a proyectos de minería, un 23 por ciento al agua contenida en las presas y un 15 por ciento a la obtención de petróleo y gas.

Para el trabajo científico, los peritos confeccionaron un registro completo sobre más de 700 terremotos atribuidos a la gestión humana en los últimos 148 años, de 1868 a 2016: la mayoría fueron pequeños, entre las magnitudes de tres y cuatro grados, pero la lista incluyó también grandes eventos como el de 7,8 grados ocurrido en Nepal en abril de 2015, relacionado con el bombeo de agua subterránea, indicó una reseña del sitio web Energías Renovables.

Durante el período analizado, aumentaron la frecuencia y la fuerza de los terremotos inducidos por humanos, demostró el examen.

Tan sólo en Estados Unidos, el número de sismos por año en el centro del país ascendió de manera sensible: datos del Servicio Geológico norteamericano confirmaron que de 1973 a 2008 sucedieron anualmente cerca de 21 con tres o más grados de magnitud en la escala de Richter; la cifra creció a cerca de 100 de 2009 a 2013 y en 2014 hubo más de 400.

Al decir de los peritos, el mayor temblor posiblemente inducido por actividad humana fue el de magnitud 7,9 grados, ocurrido en 2008 en Beichuan, China, después del almacenamiento de la presa de Zipingpu, a unos kilómetros del epicentro del movimiento telúrico.

Las actividades humanas que actúan sobre la corteza terrestre aumentarán en el futuro, teniendo en cuenta los proyectos para aprovechar fuentes de energía (incluida la geotérmica) y almacenar las emisiones de dióxido de carbono, las obras hidráulicas y las edificaciones, alertó el informe.
 



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