Internacional - Política

Tensión entre Estados Unidos y Turquía tras suspender mutuamente su servicios de visados 

2017-10-09

Las preocupaciones expresadas por Estados Unidos se deben principalmente al arresto, la semana...

LLUÍS MIQUEL HURTADO / El Mundo

Turquía y Estados Unidos elevan la tensión en la frontera turcosiria

La cada vez más turbia relación entre turcos y estadounidenses pasa por nuevas turbulencias desde este domingo por la noche. Al anuncio de la embajada de EU en Ankara de suspender temporalmente los servicios de visado para no inmigrantes en Turquía le siguió un comunicado de las autoridades turcas anunciando medidas recíprocas. Este nuevo enfrentamiento ocurre en el marco de una investigación judicial turca contra varios empleados en las misiones de EU en el país, que ha enfurecido a Washington.

Los turcos que este lunes quieran pedir permiso para pasar la navidad en Nueva York hoy no podrán hacerlo. Del mismo modo, los estadounidenses que piensen en visitar la Capadocia deberán esperar, no se sabe hasta cuándo. Según la prensa turca, turistas, estudiantes, trabajadores y hasta diplomáticos no podrán viajar de un país al otro. El periódico Hürriyet informa de que la decisión no está afectando a quienes ya obtuvieron la visa con anterioridad, por lo que quienes aterricen este lunes en Turquía todavía podrán acceder a suelo turco.

Este nuevo escenario, que ha provocado que el dólar repunte hasta las 3,71 liras turcas - la mayor subida desde el pasado febrero - llega después de un duro intercambio de comunicados diplomáticos. El domingo por la noche, EU anunció en un comunicado la suspensión de sus servicios de visados a no inmigrantes, en todas sus sedes, mientras se realiza una "reevaluación del compromiso del Gobierno de Turquía con la seguridad de las instalaciones y del personal de la misión de EU" en el país.

Poco después, las autoridades diplomáticas turcas publicaron un mensaje casi calco del de sus homólogos: "Acontecimientos recientes han forzado al Gobierno turco a reevaluar el compromiso del Gobierno de los Estados Unidos con la seguridad de las instalaciones y del personal de la misión de Turquía", enfatizaba, y recordaba que la decisión recíproca de suspender todo servicio de visa para no inmigrantes atañía tanto a las visas en pasaporte como a las solicitadas por Internet. Según el Hürriyet, el sistema digital ya se ha cerrado.

Las preocupaciones expresadas por Estados Unidos se deben principalmente al arresto, la semana pasada, de un empleado de seguridad en el consulado estadounidense en Estambul. Metin Topuz, un antiguo agente de la Administración antidroga de EU, está acusado de haber mantenido contactos con policías y jueces implicados en las operaciones de Anticorrupción de diciembre de 2013 contra miembros del Gobierno turco. Recep Tayyip Erdogan las consideró un "golpe" en su contra de la cofradía del teólogo Fethullah Gülen.

Ankara ha solicitado reiteradamente a Estados Unidos, sin éxito, la extradición de Gülen, ya que lo culpa de orquestar el golpe de Estado fallido del 15 de julio de 2016. Las reticencias de Washington han supuesto, para los turcos, un agravio más en un in crescendo que incluye la entrega de armas a la milicia kurdosiria YPG/J, afín a la guerrilla kurdoturca PKK, y la detención en marzo de 2016 del empresario turcoiraní próximo al Gobierno turco Reza Zarrab, investigado por un esquema financiero para evadir sanciones a Irán.

Tras unas relaciones complicadas con su predecesor Obama, especialmente en su última etapa, Turquía había puesto todas sus esperanzas de ver cumplidas sus demandas en Donald Trump. Sin embargo, después de varias reuniones, el último inquilino de la Casa Blanca no sólo no ha satisfecho los deseos de Erdogan, sino que, desde esta semana, ha colocado a los ciudadanos turcos en un trance similar al de otros países afectados por el controvertido veto migratorio, como Venezuela, Yemen, Siria, Corea del Norte o Irán.

Ante tales desplantes, Erdogan no ha tenido inconveniente en sugerir la existencia de una suerte de política de rehenes. Uno de ellos es el misionero cristiano estadounidense Andrew Brunson, encarcelado en Turquía desde hace justo un año. "Nos dicen 'dadnos a cierto pastor'", rememoró una conversación con funcionarios de EU el Presidente turco el septiembre pasado, frente a una congregación de policías. "Tenéis a otro pastor en vuestras manos; dádnoslo".

Hay alrededor de una docena de personas con pasaporte estadounidense encarceladas en Turquía, acusadas de tener lazos con los presuntos encargados de la asonada, una organización que antaño había servido a los intereses políticos del mismo Erdogan. Por ello, Estados Unidos ha emitido este año una alerta a sus ciudadanos con intenciones de viajar a Turquía. Alemania, otro país con un conflicto similar, actualizó el pasado julio su alerta mencionando "restricciones" a sus nacionales, "en violación de la ley internacional".

Fuentes del consulado estadounidense en Estambul, hablando a este periódico bajo condición de anonimato, no dan fecha de caducidad a la decisión estadounidense. Este lunes por la mañana, el Ministerio de Exteriores de Turquía ha convocado al subsecretario de la embajada estadounidense en Ankara. Al mismo tiempo, el subsecretario turco ha hablado por teléfono con el embajador saliente de EU en Ankara, John Bass. Por su parte, el ministro de Justicia turco ha desmentido la emisión de una orden de detención contra otro empleado, publicada por la prensa turca a primera hora de la mañana.



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