Internacional - Política

Cristina Kirchner dice que Macri quiere meterla "en un cohete" y enviarla "a la Luna"

2017-10-10

"Una vez que pasen las elecciones vamos a hacer una presentación ante las Naciones...

Federico Rivas Molina, El País

Cristina Fernández Kirchner está en campaña y da conferencias de prensa, una rareza absoluta. El martes convocó a los periodistas a la sede del Instituto Patria, el think tank que ella misma creo en Buenos Aires cuando dejó el poder, en 2015, y respondió preguntas. Buena parte de su presentación la dedicó a Claudio Bonadio, el juez que la citó a declarar el 26 de octubre en una causa por el presunto encubrimiento en la investigación del atentado a la Amia, que en 1994 mató a 85 personas. Pero la peor parte se la llevó el presidente, Mauricio Macri, y su gestión. Kirchner dijo que Macri quiere enviarla a la Luna en un cohete, y que como en la Luna “no hay vida” busca, en realidad, hacerla “desaparecer”, una figura que en Argentina tiene una pesada carga simbólica. La expresidenta se mostró de buen humor y contestó seis preguntas, una novedad que no quiso confirmar si se repetirá en el futuro.

“El Presidente”, dijo Kirchner, “tiene un listado negro de unas 500 de personas y que él interpreta que si no estuvieran en Argentina y las mandaran en un cohete a la Luna se acabarían los problemas del país. Sé que debo encabezar esa lista”. Macri nunca hizo referencias públicas a una supuesta lista negra y mucho menos a un viaje en cohete, pero la prensa argentina publicó días atrás que forman parte de las charlas privadas que mantiene con su círculo íntimo. El diario Clarín reveló un listado sin nombres de 562 personas, un número “inventado” por Macri pero que, según dice, “no estaría lejos de la realidad”. Ese grupo es el responsable de frenar los cambios que el país necesita y merece, esta vez en tono de broma, un viaje a la Luna. Para Kirchner no hubo gracia. “Si me meten en un cohete para mandarme a la Luna, suponiendo que la misión tuviera éxito, me moriría, porque en la Luna no hay vida. Con lo cual no me resta más que pensar que se trata de un eufemismo de los que tendrían o tendríamos que desaparecer en Argentina para que Argentina no tuviera problemas”, dijo Cristina.

El resto de la rueda de prensa fue para atacar a Bonadio. Los equipos de campaña de la expresidenta montaron un video de seis minutos para recordar que el juez que investiga a Kirchner por encubrimiento en la causa Amia fue apartado de la investigación del atentado por, justamente, encubrimiento. La denuncia contra Bonadio la impulsó en su momento el fiscal Alberto Nisman, muerto de un disparo en la cabeza un día antes de presentar ante el Congreso pruebas contra la expresidenta. Esas pruebas son las mismas que ahora sostienen la citación de Bonadio para que Kirchner declare el 26 de octubre. El juez considera que encubrió a los iraníes acusados de la autoría intelectual del atentado con un memorando que su Gobierno firmó en 2013 con Teherán para garantizar la declaración de los acusados.

"Una vez que pasen las elecciones vamos a hacer una presentación ante las Naciones Unidas, porque se trata de un hecho no judicializable. Un acuerdo entre dos países es un acto hecho en el marco de la ONU", dijo Kirchner, antes de declararse víctima de "persecución política y judicial". Para Kirchner, los jueces que la investigan (otra causa muy avanzada es por corrupción) sólo buscan perjudicar su caudal de votos en las elecciones de medio término del 22 de octubre y actúan como un “grupo de tareas” del Gobierno, otra referencia a los escuadrones paramilitares que secuestraban activistas durante el último gobierno militar (1976-1983).

Con todo, la rueda de prensa fue en sí misma un hecho noticioso. En 2012, durante una charla con estudiantes de la Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos, Kirchner dijo que no daba conferencias porque “en Argentina no hablar con los periodistas es no decir lo que ellos quieren escuchar”. La última vez que Kirchner aceptó preguntas abiertas de la prensa fue hace más de seis años, el 15 de agosto de 2011, en la Casa Rosada. Fue también toda una rareza para la época, pero la situación política no podía ser mejor: la expresidenta acababa de ganar con el 50,2% de los votos las elecciones primarias celebradas un día antes. El caudal de votos de Kirchner superó entonces por 38 puntos al segundo, el radical Ricardo Alfonsín, y le allanó el camino para el segundo mandato que dos meses después consiguió con 54% de los votos. Aquel fue su triunfo más arrollador y su última elección, hasta ahora, cuando decidió volver al ruedo para disputar una banca como senadora.

Kirchner y el proceso catalán

Cristina Kirchner ser refirió a la situación en Cataluña durante la rueda de prensa que dio este martes en Buenos Aires. La expresidenta criticó con dureza la “represión” de la Guardia Civil contra “mujeres que eran arrojadas por las escaleras” durante el referendo independentista del 1 de octubre.

“Detesto la violencia, pero hoy España está ante una encrucijada brutal, porque creo que a partir de la reacción del Estado muchos que no eran independentistas ahora lo son”, dijo. Kirchner pidió que la situación “pueda resolverse sin violencia”, aunque sin dar una opinión sobre el proceso catalán: “Si tuviera que pedir un deseo lo que pediría primero sería que, cualquier será la resolución, con o sin independencia, por favor no hubiera violencia”



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