Internacional - Política

Gobierno de Trump, estrategia de borrón y cuenta nueva

2017-10-12

La retirada parece ser una de las estrategias preferidas de la actual administración...

Por Martha Andrés Román

Washington, 12 oct (PL) La retirada parece ser una de las estrategias preferidas de la actual administración estadounidense, que en solo ocho meses ya anunció su salida de pactos internacionales o amenaza con abandonar varios mecanismos por creerlos ''desfavorables''.

Si hacia lo interno la agenda del presidente Donald Trump se muestra marcada por el deseo de desechar todo lo hecho por su predecesor, Barack Obama
, hacia el exterior se sigue una tendencia similar de borrón y cuenta nueva.

Cuando solo tenía tres días en el cargo, el gobernante republicano informó que su país no participaría en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, al cual fustigó duramente durante su campaña como candidato.

Mucho más controvertida fue su decisión, anunciada el 1 de junio, de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, alcanzado por 195 naciones en la capital francesa a finales de 2015. Este jueves Washington vuelve a los titulares con otra medida similar, e igual de polémica: la retirada de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La decisión, que según del Departamento de Estado, no fue tomada a la ligera, se justificó con las preocupaciones de Estados Unidos ante 'el aumento de los atrasos en los pagos en la Unesco', pero sobre todo se ve motivada por lo que Washington considera una 'tendencia anti-Israel'.

Como respuesta, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, expresó su pesar por la medida de la administración norteamericana y dijo que el pueblo estadounidense compartía los objetivos de la entidad internacional.

La retirada del organismo especializado de la ONU significa 'una pérdida para el multilateralismo' en un momento crucial cuando 'la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio', manifestó en un comunicado.

El anuncio de este jueves, aunque controversial, no resulta del todo sorprendente, si se tiene en cuenta la historia de esta nación con la Unesco y los pronunciamientos anteriormente realizados por Trump sobre el tema.

A finales de 1984, bajo el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989), Estados Unidos también se retiró de la organización y solo regresó en 2001, durante el primer mandato de George W. Bush (2001-2009).

En 2011, en tanto, la nación dejó de entregar financiamiento a la Unesco amparada en una enmienda que ordenaba un corte completo de fondos a cualquier agencia de la ONU que aceptara a Palestina como miembro.

Varios esfuerzos del expresidente Barack Obama (2009-2017) para revocar tal restricción legal fracasaron en el Congreso, y este país perdió su voto en la organización después de dos años de falta de pago, en 2013, recordó The New York Times.

En entrevista telefónica con el diario, Bokova cuestionó el momento de tomar una decisión de este tipo, en medio de las elecciones de un nuevo director para reemplazarla en el cargo.

Antes de la medida anunciada este jueves, que entrará en vigor el 31 de diciembre de 2018, tanto Trump como la embajadora norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, criticaron reiteradamente lo que consideran una postura contraria a Israel.

Pero para analistas citados por el periódico, retirarse de la Unesco resulta una escalada significativa de Estados Unidos en su crítica a los órganos de las Naciones Unidas, de los cuales Trump promueve una reforma que responda a los intereses norteamericanos.

'Este es otro ejemplo de la profunda ambivalencia y preocupación de la administración Trump por la forma en que la ONU se estructura y se comporta, y muestra la determinación de separarse de sus predecesores', estimó Aaron David Miller, ex asesor sobre Medio Oriente de ejecutivos republicanos y demócratas.

Varias voces consideran que esta es otra evidencia del rechazo al multilateralismo por parte del republicano, quien ya ha sido muy cuestionado, incluso por aliados europeos, sobre todo en el tema del cambio climático.

Preguntado en una entrevista con la revista Forbes si no se siente responsable de cumplir con tratos alcanzados por administraciones anteriores, como el mencionado Acuerdo de París, el jefe de la Casa Blanca respondió rápidamente que no.

La revista calificó de precedente peligroso un país en el que cada gobierno, en lugar de basarse en las responsabilidades asumidas por sus predecesores, se deshace de ellos y socava efectivamente la autoridad de cualquier jefe de Estado.

En esa postura de romper con la participación norteamericana en diferentes ámbitos internacionales, el gobernante también amenaza con desechar el acuerdo nuclear con Irán, sobre el cual realizará un anuncio mañana, o con terminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

De momento, la marca del gobierno de Trump, quien se presenta como un gran negociador, parece ser abandonar compromisos y romper acuerdos, en lugar de promoverlos.



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