Internacional - Economía

La ONU vincula la desigualdad económica extrema con un riesgo para la paz 

2017-10-17

En su discurso, la política panameña argumentó que la desigualdad...


Londres, 17 oct (EFE).- La desigualdad económica extrema, en particular la que sufren las mujeres y las niñas, "socava las perspectivas de crecimiento" y puede "destruir la paz", alertó hoy en Londres la directora ejecutiva del Fondo de Población de la ONU (UNFPA), Natalia Kanem.

En un acto celebrado en la capital británica, la panameña, designada recientemente para ocupar ese cargo, presentó el informe 2017 "Mundos aparte: La salud y los derechos reproductivos en tiempos de desigualdad".

Este documento es, según dijo Kanem a Efe, "una llamada de atención" a los Gobiernos a fin de combatir todas las formas de desigualdad en el ámbito de la salud y los derechos reproductivos.

"La idea principal es desgarradora, pues muestra que la desigualdad en la salud de las mujeres repercute en la desigualdad económica, y que parte de la estabilidad del mundo se debe a los esfuerzos en el área de desarrollo para traer igualdad", explicó.

El informe deja patente que "no estamos solo ante un problema de dinero, sino que es mucho más un problema de poder, y se quiere atraer la atención (sobre la discriminación con las mujeres) para romper el círculo de la pobreza".

Algunos de los datos expuestos revelan que en los países en desarrollo la necesidad de servicios de planificación familiar no satisfecha afecta a 12,8 millones de adolescentes.

Entre ellos, el 43 % de las gestaciones no son planeadas y se registran cada año 89 millones de embarazos no deseados, 48 millones de interrupciones voluntarias del embarazo, 10 millones de abortos espontáneos y un millón de bebés mortinatos.

En su discurso, la política panameña argumentó que la desigualdad económica divide a los países entre "aquellos que tienen y aquellos que no tienen" y que "las desigualdades en el ámbito de la salud y los derechos reproductivos y la desigualdad de género dividen a las personas entre aquellos que pueden y aquellos que no pueden".

Esa disparidad "priva de derechos a millones de mujeres y refuerza los sistemas sociales y económicos que permiten que unos cuantos privilegiados lleguen a la cima y se mantengan ahí", al tiempo que "arrastran a la gran mayoría hasta el fondo".

Según este razonamiento, la salud y los derechos reproductivos son "variables fundamentales de la solución a la desigualdad económica".

"La desigualdad económica extrema puede socavar las perspectivas de crecimiento de los países y retardar su desarrollo. Puede dar lugar al extremismo político y, si no se le hace frente, puede destruir la paz", arguyó.

Por ello, es necesario frenar la "espiral descendente de desigualdad actual", con una nueva visión de sociedades incluyentes, en las que las personas puedan desarrollar su potencial pleno.

La también doctora en medicina y exrepresentante del UNFPA en Tanzania advirtió de que "muchas emergencias y crisis humanitarias se ven exacerbadas por las desigualdades" y que éstas se amplifican en épocas de crisis, poniendo de ejemplo el caso de los rohinyás.

En el informe 2017 se alerta de que en la mayoría de los países en desarrollo son las mujeres más pobres las que menos poder tienen para decidir si se quedan embarazadas, cuándo o con qué frecuencia.

Esto tiene repercusiones duraderas en ámbitos como la salud, la vida laboral y el potencial de ingresos, lo mismo que en su contribución al desarrollo de sus naciones y la eliminación de la pobreza.

El fracaso para proporcionar servicios de salud reproductiva a las mujeres más desvalidas económicamente, como los de planificación familiar, puede debilitar las economías y sabotear el progreso hacia el principal objetivo de desarrollo sostenible: eliminar la pobreza, según el documento.

En la mayor parte de los países en desarrollo, las mujeres con menos recursos tienen escasas opciones de planificación familiar, un menor acceso a cuidados prenatales y más probabilidades de dar a luz sin la ayuda de un médico o una matrona, según el texto.

Esto no solo daña la salud de las mujeres, sostiene el análisis, sino que también limita su capacidad para unirse o permanecer en el mercado laboral y avanzar hacia la independencia económica.

La falta de acceso a servicios relacionados, como un cuidado asequible para los niños, también dificulta que ellas puedan buscar empleos fuera del hogar familiar. 



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