Internacional - Seguridad y Justicia

¿Criminal de guerra o ejemplo a seguir? En Serbia, la línea es delgada

2017-10-23

Activistas y diplomáticos occidentales han advertido sobre el daño a la imagen de...

 

Por Matt Robinson y Aleksandar Vasovic


LIUBLIANA/BELGRADO, 22 oct (Reuters) - En 2009, el general serbio Vladimir Lazarevic fue condenado por una corte de la ONU de crímenes de guerra por la deportación forzada de más de 700,000 albanos durante le guerra de Kosovo de 1989-1999.

Lazarevic, bajo y de lentes, fue uno de los principales ejecutores de un esfuerzo sistemático para vaciar la entonces provincia serbia de civiles albanos y arrasó con sus hogares en el último capítulo sangriento en el colapso de Yugoslavia.

Esta semana, dos años después de ser liberado de la cárcel, el general retirado de 68 años consiguió un nuevo empleo, conferencista de la próxima generación de soldados serbios en la Academia Militar del país.

Aunque en la mayoría de los países una condena por crímenes de guerra representa una desventaja, en Serbia se ha convertido en una insignia de honor.

"Los ejemplos para los cadetes deberían ser generales serbios, en particular aquellos que se destacaron en las épocas más duras", dijo el ministro de Defensa Aleksandar Vulin al diario Vecernje Novosti esta semana, confirmando el nombramiento.

La decisión alarmó a activistas de derechos humanos en el país balcánico. Pero Lazarevic no es el único.

Es uno del trío de criminales de guerra serbios que han ascendido a nivel político desde que cumplieron sus sentencias, poniendo a prueba la confianza del país en la afirmación de que dejó atrás su oscuro pasado y aceptó la democracia occidental.

Activistas y diplomáticos occidentales han advertido sobre el daño a la imagen de Serbia en el exterior y al lento proceso de reconciliación en la región, una condición clave de la integración con la Unión Europea. Las negociaciones de adhesión con la UE comenzaron a finales del 2015 y no se espera que terminen antes del 2022.

"El mensaje es muy peligroso; es jugar con fuego", dijo Natasha Kandic, una destacada abogada de derechos humanos en Serbia que ha pasado años documentando crímenes de guerra en Kosovo y en otros lados en la ex Yugoslavia.

"Esto ni siquiera es revisionismo histórico, es la introducción del crimen como un acto recomendado", dijo Kandic a Reuters. "Es el final de una visión de integración europea, buenas relaciones entre vecinos, cooperación regional, nada de esto tiene sentido después de esto", añadió.

Una portavoz del brazo de política extranjera de la UE no respondió a pedidos de comentarios. Reuters no pudo conseguir un número telefónico de Lazarevic, quien pocas veces aparece en los medios. Una portavoz dijo que Vulin no estaba disponible de inmediato para realizar declaraciones.

"EL MÁS VALIENTE DE LOS VALIENTES"

El criminal de guerra convicto Nikola Sainovic, un cercano aliado del fallecido exlíder serbio Slobodan Milosevic durante la guerra de Kosovo, fue nombrado en la junta del cogobernante Partido Socialista de Serbia una semana después de ser liberado en 2015.

El exmilitar Veselin Sljivancanin, condenado en La Haya por la matanza de más de 200 prisioneros de guerra croatas en un criadero de cerdos en la ciudad de Vukovar en 1991, es ahora una figura en eventos del gobernante Partido Progresista del conservador presidente Aleksandar Vucic.

Lazarevic, Sainovic y Sljivancanin siempre han negado haber cometido un delito.

Aunque no hay ninguna ley que les prohíba ejercer papeles políticos, su importancia y el entusiasmo con los que fueron recibidos no son muy compatibles con la imagen que Vucic ha proyectado de un ultranacionalista reformado determinado en incluir a Serbia en la corriente dominante en Europa.

Vucic, el ministro de información de Serbia durante la guerra de Kosovo, impresionó a las capitales europeas este año con su elección de una tecnócrata lesbiana como primera ministra. La designación de Vulin, un político de línea dura y exaliado de la viuda de Milosevic, como ministro de Defensa en junio, sin embargo, fue vista como una señal a los nacionalistas y a Rusia, aliada de Serbia.

La semana pasada, Vulin dijo en una reunión de veteranos militares que Serbia ya no necesitaba sentirse avergonzada sino "bastante orgullosa" de oficiales como Lazarevic, "el más valiente de los valientes".



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