Testimonios

El hombre y el león

2017-10-31

Posteriormente, el término "evangelio" sirvió para designar los cuatro...

Por Paulo Francisco Martos

Pedimos al Divino Espíritu Santo que, por intercesión de María Santísima, nos ilumine para tomar con veneración el Evangelio.

El "Mesías", de Händel

"¡Cuando se lee una frase del Evangelio, a veces se pregunta por qué el mundo entero no para y se queda comentando aquel pensamiento por toda la eternidad!"

La palabra "evangelio" proviene del griego y significa "buena-nueva". Los escritores del Nuevo Testamento la emplean en el sentido de la "buena nueva por excelencia, esto es, de la salvación traída por Nuestro Señor Jesucristo y, consecuentemente, de la doctrina cristiana".

Posteriormente, el término "evangelio" sirvió para designar los cuatro Libros en los cuales la buena nueva de la salvación había sido consignada. Sus autores, llamados evangelistas, los escribieron inspirados por Dios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Innúmeros son los escritores que comentaron el Evangelio. Y también diversos músicos, por la armonía de los sonidos. El "Mesías", de Händel, es un comentario espléndido del Evangelio.

Los Evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas se denominan sinópticos "porque permiten una visión de conjunto, dada la semejanza de sus versiones".

Presentaremos una síntesis sobre cada uno de los cuatro evangelistas.

San Mateo ofreció a Jesús un suntuoso banquete

Leví era publicano, o sea, cobrador de impuestos. Esa profesión era considerada por los judíos como un monstruoso pecado, que merecía la excomunión. Habiéndolo Jesús llamado para seguirlo, él correspondió a la gracia inmediatamente y se tornó después San Mateo. Era rico como lo demuestra el suntuoso banquete que ofreció a Nuestro Señor, para homenajearlo y agradecerle su conversión.

Redactó su Evangelio en arameo -después traducido al griego-, teniendo en vista sobre todo a los cristianos judíos de Palestina. Por eso se extiende, más que los otros evangelistas, sobre los anatemas lanzados por el Divino Maestro contra los errores y los vicios de los escribas y fariseos.

San Mateo cita, por ejemplo, las increpaciones de Nuestro Señor contra los escribas y fariseos, en las cuales él los llama de: hipócritas, ciegos, insensatos, sepulcros caídos, víboras, etc. (cf. Mt 23, 13-33).

Menciona también varios hechos y palabras del Divino Maestro condenando la doctrina rabínica, según la cual el Mesías salvaría solamente los judíos, con exclusión de los paganos (cf. Mt 8, 11).

Algunos años después de Pentecostés, él se dirigió a Macedonia, Persia y Etiopía a fin de hacer apostolado. Murió martirizado y su fiesta se conmemora el 21 de septiembre.

Varios autores -el primero de ellos fue San Irineo (130-202)- hacen el relacionamiento simbólico de los cuatro evangelistas, en el orden en que están en la Sagrada Escritura: al hombre, al león, al toro y al águila.

San Mateo es simbolizado por el hombre porque inicia su Evangelio con la genealogía humana de Nuestro Señor Jesucristo.

San Marcos acompañó a San Pablo en los viajes apostólicos...

San Marcos, autor del segundo Evangelio, es mencionado por los nombres de Juan Marcos (cf. At 13, 5,13) y Marcos (cf. At 15, 39). Era primo del Apóstol San Bernabé (cf. Cl 4, 10).

Su madre se llamaba María, que era muy fervorosa; en su casa los Apóstoles celebraban la Misa. Fue allá que San Pedro, liberado de la prisión por un Ángel, fue a buscar refugio (cf. At 12, 12-17). En su primera epístola, San Pedro lo llama de hijo (cf. I Pd, 5, 13), probablemente por haber sido su padrino de Bautismo. Se cree que San Marcos haya sido uno de los 72 discípulos de Nuestro Señor.

Según muchos comentaristas, el joven que soltó la sábana con la cual estaba cubierto y huyó, cuando Jesús fue preso, era el propio San Marcos (cf. Mc 14, 51-52).

Posteriormente él acompañó a San Pablo en los viajes apostólicos. Pero, de cara a los peligros que los amenazaban en Asia Menor - actual Turquía --, San Marcos lo abandonó y volvió a Jerusalén (cf. At 13, 13).

...y se tornó secretario de San Pedro

En la Ciudad Santa él se tornó el compañero habitual de San Pedro (cf. I Pd 5, 13). Con admiración y alegría él oía las narrativas del Príncipe de los Apóstoles, con base en las cuales, inspirado por Dios, escribió su Evangelio.

Pero San Marcos reencontró a San Pablo en Roma, durante su primer cautiverio (cf. Cl 4, 10), en el año 63. Y cuando fue preso por segunda vez, en 66, el Apóstol recomendó instantemente a Timoteo que trajese a Marcos, "porque es útil para ayudarme" (II Tm 4, 11). Se ve, por tanto, que la discrepancia habida anteriormente entre San Pablo y San Marcos fue superficial.

Afirma San Juan Bosco que San Marcos escribió su Evangelio en griego, cuando estaba en Roma como secretario de San Pedro.

Fundó la Iglesia de Alejandría, en Egipto, de la cual fue el primer obispo. En esa ciudad, fue martirizado y su fiesta es celebrada el 25 de abril. Es el patrono de Venecia.

En la iconografía, San Marcos es simbolizado por el león porque comienza su evangelio hablando de San Juan Bautista, cuya voz "clama en el desierto" (Mc 1, 3). En aquella época, los leones habitaban los desiertos y sus rugidos eran oídos a gran distancia.
 



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