Internacional - Seguridad y Justicia

Los vecinos del terrorista aseguran que era una persona callada y afable

2017-11-01

La residencia de Sayfullo Saipov al sur de Paterson, en Nueva Jersey, se convirtió en un...

Sandro Pozzi, El País

La residencia de Sayfullo Saipov al sur de Paterson, en Nueva Jersey, se convirtió en un lugar clave para la investigación del primer ataque terrorista que sufre la ciudad Nueva York tras el 11-S. Los agentes del FBI están convencidos de que el hombre que irrumpió en un carril bici en Manhattan, matando a ocho personas, se trata de un lobo solitario, pero no quieren dejar ningún cabo suelto. Lo revisaron todo en el interior hasta entrada la mañana para asegurarse de que el sospechoso no tiene conexión o recibe apoyo financiero de grupos extremistas.

Saipov, de 29 años, vive en esta ciudad de clase obrera con su mujer y sus tres hijos. “Llegó hace cinco meses”, comenta el vecino de puerta. La parte trasera del edificio de ladrillo en Genesse Avenue da justo a una mezquita. En la comunidad no ocultan su sorpresa por alguien de los suyos hiciera algo similar. “Nunca habló de cosas radicales”, apunta antes de dar un portazo cuando ve que se acercan las cámaras. “Se le veía amistoso”, comenta Slavo Petrov sin dar más detalles.

El inmigrante de origen uzbeko llegó a Estados Unidos en 2010. Logró la tarjeta de residencia en la lotería que realiza el servicio de inmigración. Trabajaba como conductor para el servicio alternativo al taxi, Uber, desde hace seis meses. Los investigadores le interrogaron al ingresar en el hospital para tratar de determinar qué le llevó a ejecutar el martes la carnicería en el carril bici que pasa junto al World Trade Center.

El sospechoso fue reducido tras recibir un disparo en el abdomen. Lo único que tienen claro las autoridades es que el ataque era premeditado y señalan que no mostró remordimiento alguno por haberlo ejecutado. “Se le veía incluso orgulloso”, comentaron fuentes de la investigación. La policía piensa, de hecho, que Saipov hubiera utilizado los viajes que hizo con Uber para realizar pruebas antes del ataque.

Aunque su estado es crítico, se espera que sobreviva. Saipov recorrió cerca de un kilómetro y medio con una camioneta de Home Depot antes de chocar a la altura de Chambers Street con un autobús escolar. En ese momento se bajó del coche al grito de “Dios es grande”, llevando en la mano armas de juguete. La policía encontró en el vehículo una nota manuscrita en la que mostraba su simpatía por el Estado Islámico.

Empresario en Ohio

Los hijos del sospechoso estaban jugando en la calle cuando su padre orquestó la matanza, relata el vecino de puerta. Saipov tiene un permiso de conducir emitido por el Estado de Florida, donde vivió un tiempo en Fort Myers. El registro policial muestra que trabajó como conductor de camiones y que creó dos empresas en Ohio. Está casado con una uzbeka desde 2013. “Se le veía una persona afortunada en la vida. Todo parecía que le iba bien”, insisten en el barrio, “no parecía un terrorista”.

Los agentes del FBI abandonaron el domicilio pasadas las 10.00, hora local. Desde la pasada noche estuvieron recopilando pruebas para tener una imagen lo más completa posible del ataque en el barrio de Tribeca, muy cerca del distrito financiero. El carril bici que discurre en paralelo al río Hudson es muy popular entre corredores y ciclistas. El acto se produjo coincidiendo con salida de los colegios.

El sospechoso, de acuerdo con el relato de la policía, alquiló la camioneta una hora antes de producirse el atropello masivo. Paterson está situada a una veintena de minutos en coche desde Nueva York si el tráfico acompaña. Es una localidad con una comunidad muy importante de inmigrantes, sobre todo de origen latino. Al sur de la ciudad se concentran los vecinos de origen musulmán, de las mayores en EE UU.

Una comunidad pacífica

“Nadie viene a Paterson por casualidad”, afirma Ramy Elhelw, “esta es una comunidad muy unida. Toda la gente se conoce”. Saipov, sin embargo, no se relacionaba con el resto del vecindario. Tampoco lo han visto por la mezquita de Masjid Omar, añade Abdallah Abuzid, que a primera hora de la mañana se acercó para rezar. Lo corrobora también Mohamed Nanaa.

El centro religioso está justo al girar la esquina donde se encuentra el apartamento de la familia del terrorista. La mezquita, de lengua árabe, una de las tres que hay en la zona, no es objeto de la investigación aunque hace años estuvo bajo vigilancia por parte de la policía de Nueva York en el marco de un programa antiterrorista que fue muy criticado por las organizaciones que defienden los derechos civiles.

Lo que no ocultan los vecinos es que el atentado daña más aún la percepción hacia los musulmanes. “Lo único que pedía es que no hubiera dicho nada en árabe”, lamenta Ramy Elhelw, “lamentablemente es lo que hizo”. Ken Khader Abuassad, fundador de la American Arab Civic Organization, deja claro que lo hecho por Sayfullo Saipov “no representa el islam". "Esta es una comunidad que vive en paz"", acaba.



yoselin