Internacional - Política

España garantiza a Bélgica la calidad de la prisión a la que iría Puigdemont 

2017-11-16

También informaron de que las celdas pueden ser compartidas pero se podría garantizar...

 

Madrid, 16 nov (EFE).- España garantizó hoy a Bélgica que si el expresidente regional de Cataluña Carles Puigdemont es extraditado y se ordenara su ingreso a prisión, lo haría en uno de los centros más avanzados de Europa y podría disponer de una celda individual si la pide o compartirla con alguno de sus exconsejeros.

Así consta en la respuesta que las autoridades españolas remitieron hoy a la Fiscalía belga, después de que ésta solicitara información sobre el sistema penitenciario y judicial de España de cara a la comparecencia de Puigdemont y sus exconsejeros, mañana, ante un juez belga.

Según indicaron a Efe fuentes de Instituciones Penitenciarias, en la respuesta a la pregunta de "¿En qué cárcel quedarán encerrados?", se asegura que Puigdemont y los exconsejeros varones irían a Estremera, a 70 kilómetros de Madrid, donde ya se encuentran en prisión preventiva los exmiembros del Gobierno catalán cesados, acusados de los supuestos delitos de rebeldía, sedición y malversación de fondos.

Mientras, las exconsejeras que viajaron a Bélgica junto al expresidente catalán ingresarían en un centro penitenciario de la Comunidad de Madrid, previsiblemente el de Alcalá Meco, donde están recluidas ya, de manera provisional, dos exconsejeras por los mismos delitos.

Las autoridades españolas informaron a la Fiscalía belga de las condiciones de la cárcel de Estremera, un centro con un diseño muy avanzado, inaugurado en 2008 y con instalaciones que mejoran las de prisiones de otros países europeos.

De hecho, esta prisión cuenta con celdas amplias de 11 metros cuadrados, talleres para los internos, aulas y atención médica todo el día, así como los demás servicios propios de una cárcel.

A la pregunta de "¿Cuáles son las dimensiones de la celda en la cual el (los) implicados (s) serán encerrados?", las autoridades españolas ofrecieron a la Fiscalía información adicional, como que cada celda está equipada para ser ocupada por dos internos y tiene inodoro y ducha con una separación para preservar la intimidad, así como conexión para televisión.

También informaron de que las celdas pueden ser compartidas pero se podría garantizar la estancia individual salvo que los facultativos observen riesgo de suicidio.

Y a la pregunta de si hay "superpoblación" en la cárcel donde ingresarían los huidos y las medidas que se tomarían para "impedir que los implicados se vean confrontados con las consecuencias negativas de tal superpoblación", España señala que Estremera tiene 1.214 celdas y en la actualidad está ocupada por 1.071 internos.

De todos modos, se podría garantizar una celda individual si Puigdemont o los exconsejeros lo solicitan.

Las autoridades españolas respondieron a catorce preguntas sobre el sistema carcelario, entre ellas las relacionadas con la higiene, el acceso a equipamientos sanitarios o duchas y a la asistencia médica, la comida (¿Es suficiente y de buena calidad?, pregunta la Fiscalía belga), las actividades recreativas y culturales o las visitas de familias o amigos.

Recuerda España que solo si protagonizan incidentes violentos especialmente graves, los internos pueden quedar encerrados en una celda de aislamiento, pero siempre supervisado por el equipo médico, autorizado por el director de la cárcel y comunicado al juez de Vigilancia Penitenciaria.

También tranquiliza a la Fiscalía belga al haberle informado de que la comida responde a las exigencias dietéticas de los presos, edad, salud y costumbres; de que pueden ir al gimnasio, a la biblioteca y a talleres y de que los reclusos realizan vida en común con otros unas ocho horas diarias.

Garantizan asimismo las autoridades españolas una asistencia médica primaria, pero también la especializada en la red pública sanitaria, así como su derecho a la defensa facilitando el acceso a sus abogados y su integridad física con medidas de seguridad interior para evitar agresiones.



regina