Meghan, de Hollywood a Kensington Palace 

(ANSA) - LONDRES, 27 NOV - La actriz Meghan Markle, quien será la esposa del príncipe Harry, es estadounidense, divorciada y con algunos años más que él: pero los tiempos parecen haber cambiado en el palacio real ya que tales cuestiones no suscitaron algún escándalo.

Muchos esperaban que se desatara el mismo vendaval que hace 81 años, cuando Eduardo VIII creó una crisis institucional y tuvo que renunciar a la corona "por casarse con la mujer que amaba", Wallis Simpson. Lo cierto es que Markle, conocida por su rol en la exitosa serie "Suits", se mudará de Hollywood al Nottingham Cottage de Kensington Palace, donde el hijo menor de Carlos y Diana vive desde hace cuatro años, a pocos pasos de la casa de su hermano Willian y su esposa Kate. Meghan, que en septiembre pasado fue tapa de la revista Vanity Fair, tiene 36 años (tres más que su futuro esposo) y es una estrella. La futura princesa, educada en escuelas católicas y recientemente comprometida en causas humanitarias, se definió con orgullo como "biracial": su madre es una profesora de yoga descendiente de esclavos africanos y su papá un técnico en electrónica de orígenes holandeses e irlandeses. Esto refleja cómo ha cambiado la sociedad británica.

El diario Spectactor escribió que "hace 70 años Meghan habría sido el tipo de mujer que un príncipe tomaba como amante, ciertamente no como esposa". Más controvertido que la cuestión racial, que hace un año incitó a Harry a denunciar el enfoque de los medios sobre su prometida, podría ser el historial de la familia de la joven.

Su padre Thomas, que vive en México, el año pasado se declaró en bancarrota. Además, Meghan tiene un hermanastro nacido del primer matrimonio de su padre con expediente criminal, por haber apuntado con un arma de fuego a una novia. También, tiene una hermanastra en silla de ruedas que sufre esclerosis múltiple, repleta de deudas. Los reflectores, sin embargo, apuntaron a la madre de la actriz, Doria Ragland, quien en agosto pasado voló desde Los Angeles para sentarse en el palco real de los juegos Invictus para los soldados heridos. Fue aquella, en el evento organizado por Harry -al que estaba invitada también la primera dama estadounidense, Melania Trump-, la primera exposición pública oficial de la pareja. En síntesis, parece ser muy incómoda la familia de la segunda "Cenicienta", que tras Kate Middleton llega a Windsor. Middleton, cuyos padres poseían un lucrativo negocio de organización de fiestas por correspondencia, le abrió camino a Meghan, conquistando el corazón de los súbditos ingleses a pesar de que algunos, al inicio, fruncieron la nariz por sus orígenes "comunes".

¿Lo logrará también Markle, con sus jeans rotos y sus cabellos negro noche, tan diferente del rubio aristocrático de las antecesoras en el corazón de Harry?.

Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...