¿Secretario de Estado con las horas contadas?

(ANSA) - WASHINGTON, 30 NOV - "Rexit" es el sobrenombre hace meses del secretario de Estado, Rex Tillerson, pero según la prensa de Estados Unidos parece acercarse el momento de la salida forzada del ex Ceo de ExxonMobile del gobierno de Donald Trump.
    
El motivo es la difícil convivencia con el presidente, marcada por las tensiones y los contrastes que culminaron en una ofensa nunca desmentida por Tillerson e insalvable para el magnate: "moron" (en inglés, idiota). Si el jefe de la diplomacia fuera reemplazado realmente por el actual jefe de la CIA, Mike Pompeo, como escribe la prensa del país, sería el mandato más breve para un secretario de Estado en cerca de 120 años.
    
Además engrosaría la ya larga lista de las renuncias y despidos en estos primeros 10 meses de gobierno, a los cuales se podría agregar el nombre del asesor económico Gary Cohn. Y no solo eso, la administración perdería a uno de sus "pesos pesados", una de las figuras más moderadas que hasta ahora han contenido el impulso del presidente, junto a tres generales: el asesor para la Seguridad Nacional, H.R. Mcmaster, el jefe del gabinete, John Kelly, y el jefe del Pentágono, Jim Mattis, también él no ajeno a algún choque con el comandante en jefe.
    
El diario New York Times fue el encargado en revelar el "plan de transición" que se está debatiendo en la Casa Blanca, bajo la guía de Kelly. Según fuentes del gobierno, antes de fin de año o al inicio del próximo, Tillerson cedería el paso al ex diputado Pompeo, que a su vez sería reemplazado por el senador republicano Tom Cotton. Pompeo, criticado por varios sectores por ser una gestión demasiado política de la agencia de inteligencia, se conquistó la confianza de Trump en frecuentes informes diarios sobre seguridad, convirtiéndose en uno de los asesores más cercanos.
    
Cotton, de 40 años, de Arkansas, es en cambio un aliado clave de Trump en el Senado sobre seguridad e inmigración.
    
El periódico neoyorquino precisó que no está claro si el presidente dio el OK final al plan, pero Kelly contactó ya a los interesados.
    
Y Trump no desmintió el plan. A una pregunta sobre el tema se limitó a responder: "Rex está acá".
    
Lacónica fue también la voz de la portavoz de la Casa Blanca, Sara Sanders. "Como ha apenas dicho el presidente, Rex está acá. No hay anuncios sobre el personal por el momento. Tillerson sigue conduciendo el Departamento de Estado y todo el gabinete está comprometido en completar este primer año de increíble éxito de la administración Trump", declaró.
    
Silencio por ahora de parte de Tillerson, pero que después de los rumores circulados en la prensa suspendió su intervención hoy en un evento sobre el Sida y se dirigió a la Casa Blanca por la visita del príncipe de Baréin; tal vez una ocasión para alguna aclaración con el magnate. Los dos están en las antípodas por estilo y por método de trabajo. Son conocidas las divergencias sobre los documentos calientes, desde Irán a Qatar, de Rusia a Corea del Norte: sobre éste último Trump admitió incomodidad más veces que su ministro de Exteriores, como cuando tuiteó que estaba "perdiendo su tiempo negociando con 'little rocket man' (pequeño hombre cohete)". Luego trascendió la ofensa de Tillerson (idiota) que tal vez marcó su destino.
    
"Fake news", había minimizado el magnate, diciéndose seguro de ganar con él un test sobre coeficiente intelectual.
    
Además, se suma el reciente viaje de Ivanka Trump a India, sin una adecuada delegación del Departamento de Estado.
    
Un departamento donde por otro lado Tillerson no es amado luego de su drástico recorte en el presupuesto y el personal.

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