Editorial

Donald Trump dinamita su diplomacia 

2017-12-01

El presidente de EU, en 24 horas febriles el Twitter, ha humillado públicamente al aliado...

PABLO PARDO | El Mundo

A Donald Trump, ya lo sabemos, no le gusta demasiado México. Sin embargo, su política exterior sigue al pie de la letra el modelo de Pancho Villa: cada uno hace la guerra por su cuenta. Empezando, obviamente, por el propio Trump.

El presidente de EU, en 24 horas febriles el Twitter, ha humillado públicamente al aliado más sólido de su país en el mundo, el Reino Unido, cuyo Gobierno lleva desde enero tratando, con la audacia que da la desesperación, de estrechar las relaciones con EU ante el descarrilamiento a cámara lenta en que se ha convertido su separación de la Unión Europea.

Entretanto, la Casa Blanca ultima la sustitución del secretario de Estado, Rex Tillerson, que ha logrado reducir a escombros la diplomacia estadounidense en apenas 11 meses en el cargo. Parece cuestión de días o de semanas que Tillerson sea reemplazado por el director de la CIA, Mike Pompeo, con lo que Trump ni siquiera dejará al secretario de Estado, y ex consejero delegado de la petrolera ExxonMobil, cumplir su sueño de estar 12 meses en el cargo. A su vez, la CIA podría pasar a ser dirigida por el senador Tom Cotton, un republicano que se opone al acuerdo nuclear con Irán.

La sensación de caos se ha reafirmado después de que Trump retuiteara tres mensajes antimusulmanes -uno de ellos, falso- del partido de simpatías neonazis británico Britain First. La injerencia en los asuntos internos de ese país provocó las quejas de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, a lo que Trump respondió con otro tuit a las 8 de la noche de Washington (2 de la madrugada de España), en el que decía a la jefa del Gobierno de ese país: "No te fijes en mí, fíjate en el destructivo Terrorismo Islámico Radical que está dentro del Reino Unido. ¡A nosotros nos va bien!".

Evidentemente, los 59 muertos en un concierto en Las Vegas en octubre, y los 27 en una iglesia en Texas en noviembre no merecen comentario porque, como siempre dicen los defensores de las armas de fuego en EU, "eso es algo imposible de evitar".

El tuit de Trump desató una oleada de críticas en Gran Bretaña. Solo el ministro de Exteriores de Londres, Boris Johnson, que aspira a echar a May, defendió a Trump en la cadena de televisión conservadora Fox News. La primera ministra fue crítica, pero navegó entre dos aguas. Por un lado, dijo que "tengo muy claro que retuitear lo de Britain First fue un error". Por otro, se negó a retirar la invitación a que Donald Trump visite el Reino Unido, un viaje para el que todavía no se ha fijado fecha. Menos sutiles fueron los parlamentarios británicos, que ayer dedicaron una larga serie de epítetos Trump, entre ellos "descererado", "estúpido", "racista", e "incompetente".

No parece que eso vaya a afectar a Trump. Pero sí a May, que, ante el deterioro de su relación con la UE, está tratando desesperadamente de mejorar los vínculos con EU. Y el presidente de EU está respondiendo a esa apertura dándole lecciones -y no condolencias- tras atentados -como sucedió en septiembre- y, ahora, retuiteando vídeos falsos de un grupúsculo de ultraderecha que tiene 500 afiliados.

Entretanto, el hombre que teóricamente lleva la diplomacia de EU -aunque en la práctica, no tiene poder- podría estar a punto de hacer las maletas. Rex Tillerson, que dirigía la petrolera ExxonMobil antes de aceptar el cargo, apenas se habla con Trump, y parece que la hora de su cese se acerca, tras 10 meses al frente del Departamento de Estado han sido un desastre sin paliativos.

Tillerson está tan ocupado tratando de llevar a cabo un recorte del 30% del presupuesto del Departamento de Estado que ha llegado a paralizar cosas tan básicas como el sistema de promociones interno del ese organismo. "Ni siquiera hay una persona encargada de coordinar todas las sanciones económicas a terceros países a nivel mundial, de modo que las que conciernen a, por ejemplo, Venezuela se aplican independientemente de las de Corea del Norte", explica a este periódico Brett Bruen, director de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional con Barack Obama y ahora máximo responsable de la consultora Global Situation Room.

Eso hace que, salvo los diplomáticos, todo el mundo influya en la diplomacia estadounidense. Por ejemplo, hasta que empezó a perder poder en la Casa Blanca, hace unas semanas, el yerno de Trump, Jared Kushner, llevaba por su cuenta la política para Oriente Próximo.



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