Internacional - Política

Arabia Saudí asegura que la mayoría de los acusados por corrupción han pactado con las autoridades 

2017-12-05

Según Al Mujib, los que permanecen bajo custodia se enfrentan inicialmente a seis meses de...

FRANCISCO CARRIÓN | El Mundo
 

Un mes después de la insólita purga anticorrupción dictada por el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman, la mayoría de los detenidos -confinados en un lujoso hotel de Riad- han alcanzado acuerdos financieros con las autoridades. Así lo ha anunciado este martes la Fiscalía general saudí a propósito de un caso que salpica a decenas de príncipes, ex ministros y empresarios y cuya finalidad, según sus detractores, es consolidar el poder del futuro monarca.

En un comunicado, el fiscal Saud al Mujib -miembro del comité anticorrupción creado horas antes de los arrestos- precisa que han sido interrogados 320 individuos. "El número actual de detenidos es de 159 personas. La mayoría de los acusados por corrupción han llegado a un acuerdo. Se están llevando a cabo los trámites necesarios para concluir dichos pactos", esboza Al Mujib. El mes pasado, el comité acusó a los arrestados de haber robado unos 100,000 millones de dólares durante las últimas décadas y haber amasado una fortuna a costa de las arcas del país, el mayor exportador de petróleo del planeta.

"El Comité ha cumplido con los procedimientos internacionales negociando con los detenidos y ofreciéndoles un acuerdo que permitirá recuperar los fondos y activos del Estado y evitará un largo litigio. Se espera que esta fase concluya en las próximas semanas", desliza la nota en la que se rechaza las denuncias de coacciones que han circulado en las últimas semanas. "Si admite el cargo libremente y sin coerción, se llega a un acuerdo a cambio de la recomendación del comité para que se le conceda un indulto y se ponga fin al proceso penal".

La pasada semana las autoridades liberaron al primer detenido, Miteb bin Abdalá, hijo del fallecido rey Abdalá y ex ministro de la Guardia Nacional. Según algunos medios, aceptó entregar a las arcas estatales 1,000 millones de dólares. Desde principios de mes, se hallaba alojado junto a otras 200 personas en el Ritz-Carlton de Riad, un hotel cinco estrellas transfigurado en cárcel. "En base a las pruebas, la oficina del ministerio público ha decidido mantener la detención de un número limitado de individuos y poner en libertad al resto", reseña el comunicado.

Cuentas congeladas

El comité, no obstante, mantiene congeladas las cuentas bancarias de 376 personas, entre detenidos y vinculados a los casos de corrupción. Entre los alcanzados por la purga, figuran el príncipe Al Waleed bin Talal -un magnate con participaciones en empresas estadounidenses como Apple, Twitter, Citigroup o Four Seasons-; el ex ministro de Finanzas, Ibrahim al Asaf, ejecutivo del gigante petrolero estatal Aramco cuya privatización parcial impulsa Bin Salman o Bakr bin Laden, presidente de la constructora Saudi Binladin.

Según Al Mujib, los que permanecen bajo custodia se enfrentan inicialmente a seis meses de arresto, un plazo que puede ser prolongado mientras se investiga el caso. Las autoridades no detallan las cuantías de los pactos alcanzados. "La oferta es que renuncien a gran parte de sus fortunas a cambio de la libertad. Conozco bien a los detenidos y sé cómo piensan. Están dispuestos a aceptar cualquier trato", comenta a EL MUNDO un activista saudí que rehúsa proporcionar su identidad por miedo a las represalias.

"Mohamed bin Salman aspira a tenerlo todo, tanto el poder político como el económico. Aparte de eso, carece de estrategia. Hay oposición interna pero no existe organización ni coordinación entre los príncipes", admite la citada fuente. La purga se ha producido en el marco de una frenética sucesión de medidas que buscan concentrar el poder en torno a Bin Salman, de 32 años, hijo del actual monarca y urdidor de un paquete de reformas que trata de acabar con la "adicción al petróleo" de la ultraconservadora monarquía.

El pasado junio, en un hábil golpe palaciego, el rey apartó de la primera línea sucesoria al entonces ministro del Interior Mohamed bin Nayef y situó a su vástago. Desde entonces los rumores sobre una inminente abdicación se han disparado trastocando las leyes sucesorias vigentes hasta ahora. En septiembre, además, varias decenas de activistas, clérigos, periodistas e incluso miembros de la vasta familia real fueron detenidos por vocear su oposición a la agresiva y controvertida política exterior lanzada por Bin Salman con los ataques aéreos en la paupérrima Yemen y el aislamiento regional de Qatar.


 



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